Documentan 18 casos de tortura durante las protestas
El Foro Penal Venezolano asegura que los opositores han sido
salvajemente golpeados y abusados por la policía civil y militar
domingo, febrero 23, 2014 | CubaNet
Su madre pide que la identidad de su hijo, y la de ella, queden en
reserva por temor a represalias. El 12 de febrero, mientras él regresaba
de una protesta convocada por la oposición al gobierno del presidente
venezolano Nicolas Maduro, que culminó con dos fallecidos, fue detenido
por agentes del Sebín (Servicio Bolivariano de Inteligencia). La familia
no conoció de su paradero sino 30 horas después, cuando fue presentado
en los tribunales. A él le dieron, dice ella, una salvaje paliza que
incluyó un repertorio de torturas: desde descargas de electricidad en el
cuello, pasando por la colocación de bolsas de aire en la cabeza, hasta
golpes con palos. "Y eso sin contar la tortura psicológica. Le decían
que me estaban violando a mí y a su hermana", dice ella, serena pero
conmovida, casi a punto de llorar.
Este joven, estudiante de Derecho en la Universidad Santa María de
Caracas, tiene 23 años y es nieto de gallegos. Como él, otras dos
personas de nacionalidad española han sido salvajemente torturadas por
policías y militares venezolanos por participar en los disturbios que
desde principios de febrero mantienen a Venezuela parcialmente
paralizada, según la organización defensora de derechos humanos Foro
Penal Venezolano. El caso más escandaloso es el de Juan Manuel Carrasco,
también descendiente de españoles, que según su madre Rebeca González
fue violado con el cañón de un fusil. La Fiscal General de la República
ha negado que en la presentación de Carrasco ante tribunales se
conociera esa versión.
En total son 18 historias de torturas que conoce el Foro Penal
Venezolano. "A todos los detenidos se les ha violado el derecho a la
defensa. No se les permite contacto con sus abogados y se les obliga a
firmar un acta en la que reconocen que sí han sido atendidos por
defensores", denuncia el director de la ONG Alfredo Romero.
El sábado, durante su intervención en la última gran concentración de
quienes rechazan al gobierno, el excandidato presidencial Henrique
Capriles quiso aprovechar ese momento para hablar de los torturados.
Citó el caso de un joven al que le partieron un casco en la cabeza. En
su criterio es obvio que el gobierno de Maduro trata de tapar esas
denuncias. El relato del chavismo emerge sobre la represión que durante
la democracia de partidos (1958-1998) sufrió la ultraizquierda venezolana.
El Foro Penal Venezolano tiene constancia de la muerte de siete
personas, la mayoría de ellas después de tratos crueles e inhumanos.
Está el caso de Geraldine Moreno, una joven asesinada en Valencia,
Estado de Carabobo, al recibir una descarga de perdigones en el rostro.
Pero el número de víctimas subi;o a 11. Este domingo el presidente
Nicolás Maduro sumó al trágico balance el nombre de Danny Vargas en el
Estado andino de Táchira, la región donde el gobierno central ha
reconocido graves problemas de orden público. Vargas murió en
una guarimba (barricada callejera) cuando fue acuchillado por una
persona que, según el gobernante venezolano, había sido humillada por
manifestantes opositores.
Esa versión busca abonar una tesis que desde el viernes en la noche
sostiene el gobierno. En las barricadas anidan los sectores más
radicales del antichavismo capaces también de provocar la muerte de
personas ajenas a la manifestación. El viernes un motorista, Elvis
Durán, falleció después de chocar contra una cuerda colocada por
opositores que pretendían impedir la libre circulación en el sector
residencial de Horizonte, en el este de Caracas.
El propio Maduro ha tomado este par de casos como otra forma de
demostrar que está enfrentando un "golpe de Estado prolongado y
fascista". Por el caso del motorista Durán el Presidente ordenó la
detención del general retirado del Ejército Ángel Vivas, a quien su
gobierno responsabiliza de "entrenar a los fascistas" y de sugerir la
colocación de cuerdas en las barricadas.
Este domingo los cuerpos de seguridad del Estado trataron de allanar la
residencia de Vivas, en la urbanización Prados del Este, en el sureste
de Caracas, pero el propio oficial y los vecinos lo impidieron. Armado
con un fusil y una pistola Vivas gritó desde el jardín al grupo que
pretendía detenerlo que no se entregaría. "No reconozco la autoridad
genocida de los Castro (Fidel y Raúl) en Venezuela. Estoy entrenado para
dar la vida por Venezuela. No puedo rendirme ante una orden cubana. No
permitiré que entren a mi casa y si lo hacen ejerceré el derecho a mi
legítima defensa". Fue una larga intervención que coronó gritando: "Ven
a buscarme tú, Maduro".
Los vecinos salieron a la calle haciendo sonar sus ollas y con banderas
de Venezuela. Otras personas cerraron las calles en un kilómetro a la
redonda sacando de sus casas los trastos viejos –colchones inservibles-
y juntándolos con ramas secas y bolsas de basura. En la noche venezolana
(madrugada de España) Vivas se mantenía atrincherado en su casa. El
abogado José Antonio Zaa pudo conversar con él y afirmó que su cliente
sólo se entregaría si su detención se ajusta a los principios del
derecho. "Queremos conocer por qué se le cita, qué delito cometió.
Queremos tener la garantía de que no lo van a dejar detenido", explicó.
Vivas mantiene un pulso con el chavismo porque siendo oficial activo del
Ejército demandó en 2006 ante los tribunales la suspensión del uso del
lema "Patria, Socialismo o Muerte". Ese lema a modo de saludo y
despedida fue uno los cambios que el fallecido Hugo Chávez introdujo en
la Fuerza Armada Nacional.
http://www.cubanet.org/venezuela/documentan-18-casos-de-tortura-durante-las-protestas/
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