Tuesday, February 25, 2014

Las okupas presidenciales

Las okupas presidenciales
Las hijas de Chávez se resisten a abandonar La Casona, donde debería
vivir Nicolás Maduro

El cuerpo de Hugo Chávez ya no está, pero su sombra sigue proyectándose
sobre Venezuela. Solo así se entiende que Nicolás Maduro no se atreva a
reclamar La Casona, la residencia destinada al presidente, la que
debería ser su hogar tras ser encumbrado el pasado 14 de abril. Un mes
antes había muerto el caudillo.
Maduro no ha entrado en La Casona porque allí siguen, como si nada
hubiera pasado, las dos hijas mayores de Chávez. Rosa Virginia y María
Gabriela se pegan la vida padre en este enorme edificio de estilo
colonial situado al este de Caracas, entre dos urbanizaciones de clase
media, en la antigua sede de una hacienda azucarera denominada 'La
Pastora'. Este inmueble fue restaurado y ampliado para que el entonces
presidente Raúl Leoni la inaugurara en 1966.
Hugo Chávez dejó cuatro hijos. Rosa Virginia, María Gabriela y Hugo jr.
son fruto de su matrimonio con Nancy Colmenares, mientras que su
hermanastra, Rosinés, de 16 años, es hija de Marisabel Rodríguez, con
quien vive. Las dos mayores se resisten a abandonar La Casona. Los
vecinos están hartos del bullicio de sus fiestas y las empresas de
comida rápida han dejado de servir porque las Chávez, conocidas como
'las infantas', no pagan las facturas. Pero ellas siguen disfrutando de
privilegios presidenciales pese a que la constitución es muy clara y les
despoja de cualquier derecho.
La situación tiene más miga de la que pueda parecer porque el pueblo
venezolano no solo ve a dos treintañeras que se aprovechan del poder que
atesoró su padre, sino que lo interpreta como un síntoma de debilidad
del presidente: Nicolás Maduro no se atreve a echar un pulso a las
'infantas'.
La hija mayor de Chávez tiene una débil coartada. Está casada con Jorge
Arreaza, un expresentador de televisión que prosperó a la sombra del
caudillo hasta convertirse en ministro y, ahora, con Maduro, en
vicepresidente. «Yo di la orden al vicepresidente de que permaneciera en
La Casona», contestó Maduro ante las preguntas de la prensa por la
embarazosa coyuntura.
Rosa Virginia tiene 38 años y es la presidenta de Misión Milagro, un
programa social creado por Caracas y La Habana en 2003 para tender una
mano a los pobres de Venezuela y Cuba. La primogénita estudió Relaciones
Internacionales, como su marido, aunque antes estuvo casada con un
empresario, Pedro Manuel Prieto, con quien tuvo un hijo, Manuel
Alejandro, a quien Chávez llamaba 'gallito' en sus recurrentes alusiones
televisivas.
Su actual esposo -el vicepresidente actual- también domina el inglés y
el holandés: es hijo de diplomático y se crió en las Antillas Holandesas
y en Vigo. Arreaza se mudó a Cuba durante la convalecencia de su suegro.
La relación con la hija de Chávez no es firme y durante un tiempo él se
fue a vivir a Fuerte Tiuna, a las afueras de Caracas, la sede del
ministerio de la Defensa, un lugar que encantaba a Chávez.
Si Rosa Virginia es discreta y reservada, su hermana María Gabriela es
todo lo contrario. El ojito derecho de Chávez es conocida en Venezuela
por sus amoríos y su exhibicionismo en las redes sociales -su perfil de
Twitter tiene 853.000 seguidores-, donde lo mismo arenga a los
venezolanos que recuerda a su padre o presenta a su última pareja.
La heroína
Su 'especialidad' son los artistas y las estrellas de la tele. Durante
un tiempo se mudó a la urbanización de la Alta Florida para escribir un
libro dedicado a la memoria del comandante -ella ejerció de primera dama
cuando se separó de Marisabel en 2004-. Pero esta viajera incansable,
que lo mismo cuelga en Instagram una foto desde España que desde México
o Cuba, regresó a La Casona.
A María Gabriela Fidel Castro la llamaba 'la heroína'. El apodo viene de
cuando los militares anunciaron que el presidente había renunciado y se
lo llevaron a Fuerte Tiuna, en 2002 . La primera persona a la que llamó
Chávez fue a su segunda hija: «Me tienen preso; yo no he renunciado».
Entonces ella informó a los periodistas para que alertaran al mundo del
golpe de estado.
María Gabriela, de 33 años, estudió Comunicación Social, es madre
soltera y no se le conoce ocupación. Entre sus romances se cuentan un
nieto de Salvador Allende, un actor de telenovela y, actualmente, el
empresario Roberto Leyba. Cuando vivía su padre, lo convenció para que
incluyera actuaciones del grupo Los Cadillac's para amenizar sus
mítines. Los venezolanos la ven como el lado frívolo del chavismo.
Ella y su hermana no ceden. La Casona, donde llevan 15 años viviendo, la
consideran suya. La mansión, que cuenta con ocho grandes salones, tiene
una sala de cine y piscina, además de una imponente biblioteca con una
colección de los premio Nobel de Literatura. Solo por eso merece la pena
atrincherarse.

http://www.lasprovincias.es/v/20140225/sociedad/okupas-presidenciales-20140225.html

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