La violencia se extiende dos muertes más
Las posibilidades de diálogo se cierran La revancha va ganando terreno.
64 los periodistas agredidos. Capriles se niega a dialogar con "un
gobierno moribundo"
lunes, febrero 24, 2014 | CubaNet
Dos nuevas muertes se sumaron este lunes a la cuenta de víctimas fatales
en el décimotercer día de desórdenes en Venezuela. En San Cristóbal,
capital del estado Táchira, epicentro de las protestas fronterizo con
Colombia, un manifestante de 34 años de edad, Jimmy Vargas, murió al
caer desde una platabanda en medio de una carga con perdigones de la
Guardia Nacional
Casi en simultáneo, en horas de la mañana, desde Cagua (estado de
Aragua, centro de Venezuela) se reportó el deceso de Wilmer Carballo, un
comerciante que recibió un balazo cuando, según diversos testigos, un
grupo de motorizados pertenecientes a uno de los grupos de choque del
oficialismo pasó echando tiros al aire para dispersar una protesta.
Este lunes el cierre de calles y avenidas por parte de manifestantes de
oposición tomó un segundo aire después de la pausa dominical. Los
bloqueos afectaron principalmente a barrios de clase media, baluartes
del antichavismo, en Caracas y ciudades del interior como Valencia,
Maracay, San Antonio de los Altos, San Cristóbal, Mérida, Maracaibo,
Valera y Barinas, entre otras. Al cierre de esta nota efectivos de la
Guardia Nacional se batían contra manifestantes en la ya casi
acostumbrada refriega nocturna en la Plaza Altamira de Caracas,
simbólica plaza fuerte opositora en el municipio Chacao.
Poco antes de los nuevos decesos, la Fiscal General de la República,
Luisa Ortega Díaz, había ofrecido un balance sobre los hechos violentos.
En ese momento, el ministerio público contaba trece fallecimientos. Su
encargada también informó de la detención de tres funcionarios
policiales por su presunta responsabilidad en el asesinato de las dos
primeras víctimas fatales de las protestas, el día 12 de febrero, en la
parroquia La Candelaria de Caracas. Se trata de un caso que dejó muchas
pruebas en video sobre la participación, mediante el uso de armas de
fuego, de agentes de la policía política (Sebin- Servicio Bolivariano de
Inteligencia) en la represión de los manifestantes. Ortega dijo que
todavía se busca a otros cuatro funcionarios.
Sin embargo, circulan cifras dispares sobre la cantidad de detenidos
durante los disturbios, que van desde los poco más de 300 oficiales
hasta los 634 que la oposición comunicó en un parte esta tarde. Los
cuerpos policiales no suelen dar listados de sus detenciones y
organizaciones de derechos humanos se han encargado de la pesada tarea
de consolidar la información que corre fragmentada por las redes
sociales y otros medios, y localizar a los arrestados en sus centros de
detención.
Tampoco hay precisión sobre las prácticas violatorias de los derechos
humanos en el control de las manifestaciones. La fiscal general de la
República, una simpatizante del gobierno, declaró que no hay una
política de Estado que incluya el uso de tortura y maltratos, como lo
vienen denunciando organizaciones no gubernamentales y los propios
manifestantes.
El presidente Nicolás Maduro y otras autoridades gubernamentales
felicitan en eventos públicos a los cuerpos de seguridad por su
"actuación impecable", a contracorriente de la multitud de testimonios
gráficos y orales que certifican excesos cometidos, en particular, por
la Guardia Nacional, uno de los cuatro componentes de las fuerzas
armadas venezolanas.
Maduro ha solicitado este lunes a la Asamblea Nacional, controlada por
el oficialismo, la constitución de una Comisión de la Verdad que estudie
los hechos de los últimos días y "revele la verdad sobre los crímenes
fascistas (…) ardo en deseos de entregarle al parlamento todas las
pruebas que están en nuestro poder".
La solicitud la formuló el presidente venezolano durante un acto
realizado en el palacio de Miraflores, en el centro de Caracas, donde
recibió a una nutrida representación de los motorizados organizados.
Estos antes habían recorrido buena parte de la ciudad, desde su extremo
oriental, en lo que se llamó Gran Marcha de los Motorizados por la Vida
y la Paz.
El cierre del acto fue transmitido en cadena nacional de radio y
televisión con evidente propósito intimidatorio. Los
llamados motorizados –término con el que se denomina al usuario de
motocicletas en el castellano de Venezuela- comprenden gente trabajadora
y común, pero también a los integrantes de los colectivos armados del
chavismo, el último recurso disuasivo de la revolución, que representan
la peor pesadilla para los sectores de clase media.
Cifras oficiales de la policía científica sostienen que una vasta
proporción de los crímenes en Venezuela, una de las naciones más
violentas del mundo, la cometen delincuentes que circulan en
motocicletas. En distintas jurisdicciones del país –incluyendo algunas
gobernados por el chavismo, como el estado de Anzoátegui-, las
autoridades han optado por establecer restricciones de circulación de
motocicletas en determinados horarios, sobre todo entre la noche y la
madrugada. Sin embargo, pareció llegado el momento de utilizar este
espantajo, de manera ya no tan velada, en provecho del bando oficial.
Maduro aseguró a los asistentes al acto –cerca de unos 500 motorizados-
que el palacio presidencial era su casa: "Defiéndanla", invitó, poco
antes de que una orquesta de salsa arrancara a tocar y el mandatario
venezolano aventurara unos pasos de baile con su esposa, Cilia Flores. A
pesar de las tensiones que reinan en el país, el sucesor de Hugo Chávez
trata con denuedo de invocar la atmósfera festiva de los venideros
carnavales que, supone, congelará los ánimos soliviantados de al menos
una parte de la población. En la misma alocución acusó "a los amargados"
de la derecha de querer quitarle "al pueblo" la celebración del próximo
carnaval, "un derecho cultural".
Los motorizados retribuyeron los llamados presidenciales con diversas
expresiones de lealtad. "Nicolás, aquí tienes tu caballería de hierro",
le dijo uno de los dirigentes gremiales que intervino en el acto.
Quien no llegó después al mismo palacio de Miraflores fue el líder
opositor y gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles Radonski,
que debía asistir al Consejo Federal de Gobierno en horas de la tarde.
Como se trata de una instancia que regularmente reúne a las autoridades
de la administración central con los gobernadores, se había creado una
gran expectativa en torno a un posible encuentro entre el presidente
Maduro y Capriles que contribuyera a disminuir tensiones.
A pesar del carácter eminentemente administrativo del evento –se
discuten asignaciones de recursos y coordinan políticas públicas- el
propio Maduro había alimentado esa expectativa, diciéndose abierto a
hablar de cualquier tema, aunque a la vez presionando fuertemente al ex
candidato presidencial para "desmarcarse de los violentos" y, tal vez
con ello, forzar una división en las fuerzas opositoras.
Capriles, que el sábado había asegurado ante decenas de miles de sus
simpatizantes que asistiría, se retractó este lunes. "No voy a ir a
lavarle la cara a un gobierno moribundo", trató de explicar en una rueda
de prensa que ofreció desde su comando.
Aunque criticó las llamadasguarimbas –los cierres de calle con
barricadas improvisadas por vecinos-, pues "encierran a la gente en sus
lugares y no tienden puentes", prefirió desatender la convocatoria de
Maduro. "El palacio de Miraflores no es lugar para hacer la paz, desde
allí se ordena reprimir todos los días", dijo, al reiterar que el
diálogo sincero sólo puede hacerse sin condicionamientos.
Al dejarlo Capriles con la mano tendida, son pocas las iniciativas de
apaciguamiento que a Maduro le quedan disponibles para retomar la
iniciativa política. Ha convocado a celebrar desde este miércoles una
Conferencia Nacional de Paz cuya metodología aclara todavía y que, al
parecer, no contaría con una contraparte del conflicto. Las escasas
pistas que ofrece al respecto parecen describir esa conferencia como
otra misión gubernamental que tendrá reflejos en los diferentes
compartimientos corporativos del chavismo: mujeres, trabajadores
petroleros, motorizados, cultores, entre otros.
Otro conteo que aumentó el lunes fue el de periodistas agredidos. Según
el Sindicato Nacional de trabajadores de la Prensa (SNTP), ya son 62 los
ataques registrados contra reporteros y medios nacionales e
internacionales. El domingo se conoció que el enviado de Vice.com a
Caracas, Tim Pool, abandonó el país después de recibir amenazas de muerte.
Aunque el gobierno restituyó las credenciales de los corresponsales de
CNN en español y CNN Internacional, el presidente Maduro siguió
atacándolo. Por dos días seguidos, ha relatado el caso de un joven que
los organismos de inteligencia detuvieron luego de haber propalado por
Twitter amenazas contra la vida del mandatario. Siempre según Maduro, el
joven, cuya identidad se desconoce, habría reconocido durante el
interrogatorio de rigor que veía la programación de CNN cuando "de
repente sintió las ganas de matar".
Maduro y su gobierno se esfuerzan en negar legitimidad a las protestas
–en principio, estudiantiles, y ahora de oposición- que se desarrollan
en las principales zonas urbanas del país desde hace casi dos semanas.
Atribuyen la agitación a un complot urdido por potencias extranjeras en
conjunción con los medios internacionales.
Para sustanciar esa denuncia, Maduro anunció que se había capturado en
la ciudad de Maracay (capital del estado de Aragua, a una hora al oeste
de Caracas) a un "mercenario árabe". Fue identificado como Jayssam
Mokded, de presunta nacionalidad iraquí, a quien se le habrían incautado
numerosos teléfonos móviles internacionales y divisas en la habitación
de hotel en la que se alojaba.
Publicado en El País, de España
http://www.cubanet.org/venezuela/la-violencia-se-extiende-dos-muertes-mas/
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