¿Por qué falta papel higiénico en Venezuela?
El primer desabastecimiento del país, pese a los ingresos del crudo, es
el de divisas
Miguel Jiménez 15 MAY 2013 - 23:31 CET163
Oferta y demanda. Esa es la cuestión. Los fundamentos básicos de teoría
económica explican los problemas de desabastecimiento que vive
Venezuela. La economía chavista servirá para ilustrar en tesis
doctorales y libros de texto cómo los controles de precios pueden
conducir a la escasez. Venezuela lleva años imponiendo límites de precio
a ciertos productos básicos para tratar (con nulo éxito) de controlar la
inflación, la más alta de Latinoamérica y una de las mayores del mundo.
El Gobierno de Hugo Chávez impuso precios regulados para productos como
los huevos, el azúcar, la leche, la harina, el pollo... o el papel
higiénico. En determinados momentos y productos, esos precios máximos se
han situado incluso por debajo de los costes de producción y
prácticamente siempre por debajo de los de mercado.
La teoría económica nos enseña que la oferta de un producto disminuye y
la demanda aumenta cuando los precios son bajos. Simplemente eso es lo
que ha ocurrido en Venezuela. Los fabricantes pierden dinero produciendo
y los comerciantes vendiendo algunos de esos productos, lo que, unido a
la desastrosa gestión de algunas empresas nacionalizadas, ha tumbado la
oferta. Al tiempo, la demanda de los consumidores se ha disparado no
solo porque sus precios son asequibles en términos absolutos, sino
también porque cada vez lo son más en términos relativos, ya que los
precios de los productos no controlados están por las nubes como
consecuencia de la inflación galopante. Oferta y demanda no se
encuentran. Así, los productos regulados se han visto sometidos
intermitentemente a la escasez, el racionamiento o el acaparamiento
porque su precio no es de mercado. Las importaciones del Estado y las
redes de distribución estatales, donde la venta a pérdida se asume con
naturalidad, tratan de paliar el problema. En un país petrolero, hasta
la gasolina en ocasiones escasea, sobre todo la de mayor octanaje en
algunas estaciones de servicio del interior del país. Su precio es
absolutamente ridículo: con el equivalente a 10 o 20 céntimos de euro se
llena el depósito.
Pero el desbarajuste de la economía venezolana no se ciñe solo al papel
higiénico y demás productos regulados. El primer precio regulado de
todos es el del bolívar, la moneda nacional, rebautizada como bolívar
fuerte cuando se agruparon los antiguos bolívares de 1.000 en 1.000, y
cuya debilidad ha quedado patente pese a su nombre.
El precio regulado es de 6,30 bolívares por dólar tras una serie de
depreciaciones y devaluaciones que han hecho perder a la divisa más del
90% de su valor oficial durante el chavismo, en un periodo en que el
precio del petróleo se ha multiplicado por 10. Pero a ese tipo de cambio
oficial, la demanda de dólares en Venezuela tiende al infinito, mientras
que su oferta está muy limitada y controlada por el Gobierno, lo que ha
provocado amiguismo, corrupción y, sobre todo, una generalizada
ineficiencia económica. El tipo de cambio paralelo, el del mercado
negro, ronda los 26 bolívares por dólar, más del cuádruple del oficial.
El primer desabastecimiento del país, pese a los ingresos del crudo, es
el de divisas. Y como con los otros productos, lo inevitable con el
dólar será subir el precio. Es decir, devaluar el bolívar. Una vez más.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/05/15/actualidad/1368645719_336796.html
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