Sunday, May 5, 2013

Las ambiciones de Diosdado

Las ambiciones de Diosdado
FERNANDO OCHOA ANTICH | EL UNIVERSAL
domingo 5 de mayo de 2013 12:00 AM

La violencia que se desarrolló en la Asamblea Nacional no es fácil de
explicar. El primer punto a analizar es el origen. Prohibir que los
parlamentarios hablen, como lo hizo Diosdado Cabello, es un total
absurdo. Sus consecuencias están a la vista: una crisis política en el
momento que Nicolás Maduro más necesita del reconocimiento nacional e
internacional. Un gobierno que surge sin suficiente legitimidad no es
capaz de enfrentar la difícil situación económica y social que vivirá
Venezuela. Su interés político inmediato es fortalecerse. Hechos como
los ocurridos en la Asamblea Nacional lo impiden totalmente. Además, las
declaraciones de Maduro son inaceptables: el presidente de la República
no puede exigir respeto y disciplina al Parlamento. Viola la
independencia de los poderes.

La posición de las rectoras del CNE tampoco es fácil de explicar. El
régimen chavista debería estar más que interesado en que el proceso
electoral fuese considerado transparente por la mitad de los ciudadanos
que votaron en contra de su candidato. La única manera de lograrlo, como
lo ha mantenido con gran inteligencia Vicente Díaz, era satisfaciendo
absolutamente las condiciones de la auditoría solicitada por la
oposición para lograr su presencia en el momento de realizarla. No
haberlo permitido compromete aún más la legitimidad del resultado
electoral. El cuestionamiento de Henrique Capriles no se refería a la
suma de los votos ni al funcionamiento de las máquinas, sino a las
numerosas violaciones que ocurrieron el día de las elecciones en las
distintas mesas electorales.

El tercer punto, inaceptable para un gobierno popular que se inicia, es
la exagerada represión. No es fácil enumerarlas porque han sido
demasiadas. Me voy a detener en tres: las ofensas y amenazas a Henrique
Capriles y a los más importantes líderes de la oposición. Actuar de esa
manera limita totalmente cualquier posibilidad de establecer un diálogo
constructivo con la oposición. Sin esa posibilidad, un gobierno débil
como el de Maduro difícilmente puede tener destino... La represión
contra los estudiantes detenidos por la Guardia Nacional y la prisión
del general Antonio Rivero, realizada en la propia oficina del ministro
Miguel Rodríguez Torres, acusándolo, sin prueba alguna, de conspiración
e instigación al delito son flagrantes violaciones de los derechos humanos.

El diputado Julio Borges, con una perspicacia política indiscutible, le
recomendó esta semana a Nicolás Maduro que se cuidara de Diosdado
Cabello. Las razones están a la vista. Los hechos que resumimos en los
párrafos anteriores, sólo le hacen daño a la estabilidad del recién
juramentado gobierno. Es imposible que estos hechos estén ocurriendo de
manera casual. Tiene que haber algún interés en juego y una dirección en
dichos eventos. Es verdad que inicialmente, al existir la designación de
Maduro por parte de Chávez, se consideró que esa escogencia era acertada
y fue aceptada por todos, pero el descalabro electoral, perder más de un
millón de votos en quince días, ha producido entre los oficiales que se
insurreccionaron el 4 de Febrero una profunda inquietud.

Están convencidos de que el débil liderazgo de Nicolás Maduro no es
suficiente garantía de supervivencia de la Revolución Bolivariana. Esta
realidad tiene muy angustiado a ese sector. Sus integrantes comprenden
que Venezuela enfrentará una muy compleja situación económica y social
que debilitará aún más la imagen de Maduro y la legitimidad de su
gobierno, sin que exista ninguna posibilidad de recuperación. Para
colmo, en medio de esa inmensa crisis, habrá que enfrentar los embates,
que ya empiezan a observarse, de las elecciones municipales y
parlamentarias. Esta realidad, los ha llevado a presionar a Cabello para
que trate de liderar al sector más radical del PSUV para que pueda
transformarse en una verdadera alternativa ante Maduro.

El liderazgo de Cabello se encuentra muy cuestionado. De allí que este
grupo piense que la única manera de fortalecerlo es a través de acciones
violentas como las vividas en la Asamblea Nacional. También consideran
un gravísimo error de Maduro no interpretar cabalmente el rechazo que
tiene en la Fuerza Armada la presencia cubana. Su viaje a visitar a los
Castro ha incrementado el malestar. Esa lucha interna se irá
desarrollando en los próximos meses con un resultado no previsible, ya
que también hay que considerar el creciente liderazgo popular de
Henrique Capriles. De todas maneras, el grupo que conspiró el 4 de
Febrero no se presenta homogéneo, ya que algunos piensan que tomar el
camino de una aventura es peligroso. Prefieren negociar una solución
constitucional.

fochoaantich@gmail.com

http://www.eluniversal.com/opinion/130505/las-ambiciones-de-diosdado

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