Fraude, terrorismo y golpe al Parlamento
El próximo espectáculo circense será la guerra entre los integrantes del
manicomio del siglo XXI
MARTA COLOMINA | EL UNIVERSAL
domingo 5 de mayo de 2013 12:00 AM
La locura de los lugartenientes de Chávez, solo controlada por el "muro
de contención del Comandante Supremo", como declarase Diosdado Cabello,
se ha desatado en una violencia devenida en terrorismo de Estado después
de los resultados electorales del 14-A, en los que, a pesar del nada
disimulado fraude que dio "ganador" a Maduro por poco más de 200 mil
votos, la pérdida de casi un millón de electores chavistas que
sufragaron por Capriles ha sacado de quicio al nada carismático
"heredero" y al furibundo teniente Cabello, quien ha convertido la AN en
un gueto nazi-fascista. Aunque los diputados opositores obtuvieron el
52% de los votos (que la vil patraña del CNE tradujo en minoría) el
presidente de la AN decidió impedirles el derecho de palabra y como
supuso que tan grave violación de sus derechos constitucionales era de
escaso rigor para el cuartel de conscriptos que hoy es el Parlamento,
aupó una criminal agresión contra los diputados María Corina Machado
(cuatro fracturas en la nariz), Julio Borges (fractura y enormes
moretones en su cara), De Gracia (empujado por una escalera) Gómez
Sigala y otros. Tal salvajada recorrió los noticieros de TV y prensa del
mundo, como prueba de que la locura desatada después de la muerte de
Chávez, desembocó en fascismo puro y duro y en un golpe de Estado al
Parlamento. Solo falta que incendien el hemiciclo para emular la quema
del Reichstag alemán y culpar a la disidencia.
Aunque la lógica política recomienda (como dijo el hábil JVR al
"Ilegítimo") que la crisis del país obliga a Maduro a tender puentes con
el sector privado de la economía y, sobre todo, con la oposición
representada por Henrique Capriles, la respuesta oficial ha sido la de
un terrorismo aplicado desde todos los poderes públicos y diseñado por
la dictadura cubana de Raúl Castro, como la monstruosa golpiza en plena
AN contra los diputados de la Unidad Democrática. Esa brutal agresión
-dice esta semana un editorial de El País de España, a semejanza de
otros muchos medios del mundo democrático- "muestra ya sin tapujos el
rumbo deplorable que han adoptado los herederos de Chávez después de las
elecciones del 14-A. Tras rechazar el recuento de votos que exige
Henrique Capriles, Maduro escoge opciones destructivas". El editorial
relata la persecución política de que han sido víctimas sindicalistas,
trabajadores y funcionarios por sospecha de haber votado por Capriles:
"La MUD ha recibido más de 4 mil denuncias de empleados públicos que han
sido despedidos, degradados o amenazados por ser sospechosos de
simpatizar con la oposición" y refiere la detención del general Antonio
Rivero bajo la acusación de estar vinculado a las protestas (declarado
en huelga de hambre, hecho terrible que acaba de seguir su anciana madre
de 81 años), sin olvidar las detenciones, amenazas y torturas a jóvenes
en todo el país por solicitar el recuento de los votos electorales. "Del
acoso -concluye el editorial- no se libra ni el propio Capriles, a quien
la ministra del Servicio Penitenciario ha anunciado que ya tiene lista
su celda". "Estamos -denuncia la ONG Provea- en "una etapa superior de
la criminalización de la protesta", ante la aplicación de la Ley
Antiterrorismo y la justicia militar contra civiles".
Ante el estrecho y cuestionado resultado electoral y las presiones
internacionales para que se haga una auditoría confiable, Maduro se
comprometió en cadena y luego en Lima con los presidentes de Unasur, a
que se realizase la auditoría solicitada por Capriles, como también lo
hiciera la presidenta del CNE, de cuya promesa ambos se retractaron
después de la juramentación. Ahora el gobierno ha emprendido una feroz
campaña de acusaciones achacando a la oposición las muertes de
militantes del PSUV -muchas de ellas desmentidas por familiares de los
fallecidos- y culparla de la destrucción de varios CDI que jamás fueron
dañados, como demostrase la reconocida ONG Provea.
A menos de un mes de los comicios -impugnados documentadamente esta
semana por el equipo de Capriles Radonski ante el muy parcializado TSJ-
varios gobiernos democráticos y la mayoría de los medios de comunicación
del mundo libre, expresan fuertes dudas sobre la legitimidad de Nicolás
Maduro, convencidos de que ha habido un fraude electoral que, para
acallarlo y desviar la atención nacional e internacional, el gobierno de
Maduro ha emprendido un acoso terrorista contra el Parlamento y la
disidencia.
Los locos andan sueltos y encuentran "golpistas" y "terroristas" hasta
en un despistado gringo que vino a Venezuela a filmar un documental. El
próximo espectáculo circense será la guerra abierta entre los
integrantes del manicomio del siglo XXI.
mcolomina@gmail.com
http://www.eluniversal.com/opinion/130505/fraude-terrorismo-y-golpe-al-parlamento
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