Fracasó el matrimonio entre Venezuela y el chavismo
YOANI SÁNCHEZ, La Habana | 07/12/2015
Esta vez no resultaron ni los engaños, ni el miedo. Como una mujer 
largamente amenazada por el marido abusador, Venezuela le ha dado un 
portazo al chavismo y lo ha hecho con determinación. A partir de ahora, 
para Nicolás Maduro será un calvario gobernar. Con un partido en 
absoluta desventaja en el parlamento, al sucesor de Hugo Chávez sólo le 
queda violar sus propias leyes para imponer la voluntad presidencial.
El pueblo, ese mismo pueblo que el presidente del Partido Socialista 
Unido de Venezuela (PSUV) invoca desde la tribuna para justificar sus 
tropelías, ha dicho no al socialismo del siglo XXI y al proyecto de país 
promovido por el oficialismo. Una negativa rotunda contra una fuerza 
política bajo cuya gestión la nación sudamericana se ha hundido en la 
inseguridad, la escasez, la corrupción y la más insostenible polarización.
El hartazgo llegó. La gente se cansó de tanto discurso crispado, del 
miedo en las calles, de la emigración constante de los jóvenes y de una 
inestabilidad que lo roe todo y que en el último año se ha agravado. Los 
electores también han penalizado con sus votos a un partido que no ha 
sabido gobernar para todos, sino sólo para una parte de la sociedad, a 
la que ha azuzado sistemáticamente contra quienes piensan diferente.
Con la herramienta de las urnas en sus manos, los venezolanos han 
impulsado un cambio de manera pacífica, sin pisar la trampa de la 
violencia ni emprender una revolución armada. Maduro ha recogido así los 
frutos de su pésima gestión. Sus declaraciones previas a los comicios, 
entre las que incluyó la amenaza de luchar desde las calles si su 
partido era derrotado, sólo le agregaron determinación a una decisión 
social que ya estaba tomada. Con sus palabras, terminó cavando la tumba 
de su propio ejecutivo.
Porque hay un momento en que el abusado se percata de que el abusador 
sólo es otro ser humano frágil, al que se le puede derrotar. Ese 
instante llegó para la población venezolana este 6 de diciembre, al 
demostrar con su voto que el chavismo no es eterno ni popular. Lo 
ocurrido confirma la pérdida de ese temor que un autoritarismo de 17 
años había impregnado al país, esa enfermiza relación de dependencia y 
miedo con la que quiso mantener paralizados a sus ciudadanos.
Los resultados electorales también van contra la Plaza de la Revolución 
de La Habana. En los oscuros entresijos de ese poder que lleva más de 
cinco décadas sin convocar elecciones, se moldeó la figura de Hugo 
Chávez y se intentó hacer lo mismo con Nicolás Maduro. Pero les ha 
salido mal la jugada, porque se toparon con una población que ha 
reaccionado, una oposición que ha sabido unirse a pesar de las 
diferencias y una comunidad internacional que cerró filas en las 
críticas contra los métodos del PSUV.
El eje financiado desde Miraflores y simbolizado por la bravuconería 
política de Chávez y la mediocre prepotencia del actual presidente, 
empieza a desarmarse. Venezuela ya ve la salida y acarrea tras de sí a 
una isla que aún no se atreve a parar el golpe de un Gobierno abusador, 
cerrarle la puerta y dejarlo fuera del futuro nacional.
Source: Fracasó el matrimonio entre Venezuela y el chavismo - 
http://www.14ymedio.com/blogs/generacion_y/Fracaso-matrimonio-Venezuela-chavismo_7_1903079674.html
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