Thursday, May 9, 2013

Fascismo, Nazismo y Comunismo: no olvidar

Fascismo, Nazismo y Comunismo: no olvidar
JULIO CÉSAR PINEDA | EL UNIVERSAL
jueves 9 de mayo de 2013 12:00 AM

El Fascismo, el Nazismo y el Comunismo representan la misma línea
autoritaria con líderes mesiánicos, una ideología totalitaria, una
política excluyente y militarización de la sociedad. Combinaron el
autoritarismo con el encuadramiento de masas, desmantelaron todo sistema
de partido y oposición al gobierno, eliminaron o compraron a las elites
susceptibles de constituir un peligro, confundieron el Estado y
oposición, se apoderaron de la sociedad civil dominando la vida privada
de los ciudadanos, abolieron la separación de poderes y la
alternabilidad, en permanente violación de los Derechos Humanos. Los
tres sistemas políticos e ideológicos se expresaron después de la
Segunda Guerra Mundial, con modelos de partidos únicos, regímenes
dictatoriales, la absoluta centralización del poder y el total control
de la sociedad, con la sistemática represión y la continua propaganda.
Fue fundamental el culto a la personalidad y el sentido mesiánico del Líder.

En la Alemania Nacional Socialista todo se fundamentó en la raza aria
como pivote del orden político y social, la diplomacia se empeñó en
construir el Tercer Reich con el concepto del espacio vital,
reaccionando frente al Tratado de Versalles. En el caso de Italia la
política no se basó en la humillación por la derrota. Roma legitimaba su
diplomacia tratando de revivir el viejo Imperio Romano y su extensión en
el norte de África. En Rusia los bolcheviques impusieron su disciplina
revolucionaria, desde 1920 como partido único, con la economía en manos
del Estado y total centralización. Rusia no tenía tradición cultural
liberal y pasó de una dictadura autoritaria arcaica a una dictadura
totalitaria que parecía moderna.

Comunismo, Fascismo y Nazismo trataron de establecer un nuevo orden con
la violencia y la guerra. La historia comenzaba a partir de ellos y con
sus líderes fundamentales.

En el Nazismo y en el Fascismo el pueblo y la raza fueron factores
fundamentales, como la clase obrera en el Comunismo, por eso rechazaban
el pluralismo, cualquier consulta electoral era totalmente controlada.
En los tres el enemigo externo fueron Estados Unidos y las democracias
occidentales. No concibieron un orden jurídico internacional, y se
pronunciaron contra las organizaciones internacionales, negando
principios como el de la solución pacífica de controversias y la
inviolabilidad de los tratados. Buscaron una diplomacia de posibilismo y
relativismo extremo, con alianzas en función de los intereses
hegemónicos de la potencia.

En el Fascismo, Nazismo y Comunismo trataron de asaltar el poder por la
fuerza pero llegaron al poder con la legalidad electoral, en los casos
de Alemania e Italia, y con la revolución en Rusia. Mussolini llegó al
poder en 1922 como presidente del Consejo, desde allí perfeccionó la
simbiosis del gobierno con el Estado. Hitler en 1933 desde el poder
abolió las formulas democráticas. Para el Duce y para el Führer, como
para el camarada Stalin, con sus camisas negras, sus camisas pardas o
sus camisas rojas, todo era en función de un hombre nuevo y un Estado
nuevo, aunque en el comunismo el origen y el desarrollo del
totalitarismo fueron de manera diferente. Lenin en los años 20 al 21,
instauró el partido único y prohibió la oposición parlamentaria,
proclamó la dictadura del proletariado y el capitalismo de Estado. En
Rusia fue más fácil porque se pasó del autoritarismo zarista al
comunista sin ninguna experiencia democrática liberal, fue fácil modelar
la inmensa Rusia en la ideología marxista. Stalin perfeccionó ese
sistema dictatorial. De los campos de concentración se pasó a los Gulags.

En Italia el Fascismo dejó aspectos liberales, el Rey continuó
representando al Estado y los militares con cierta independencia, pero
en 1926, se excluyeron a los diputados de la oposición y en 1939 la
Cámara de Diputados se convirtió en representación solo de los miembros
del Fascismo, y todo el poder absoluto para Mussolini como jefe de
gobierno, primer ministro y secretario de Estado, asignándole al líder
un sentido de trascendencia y legitimidad casi religiosa. En el caso
alemán, llegando legalmente al poder Hitler como canciller, fue
monopolizando todos los poderes, desconoció a los jueces y el incendio
al Parlamento provocado por él le permitió disolver el Congreso. Desde
ese momento gobernó por decreto, bajo la excusa de proteger al pueblo y
al Estado. Así consolidó su poder policial y militar, incluyendo la pena
de muerte por alta traición, sabotaje y desorden público.

Tres expresiones del mismo totalitarismo. Regímenes autoritarios que
algunos quisieran resucitar en estos tiempos donde la democracia llegó
para quedarse para siempre.

Jcpineda01@gmail.com Twitter: @jcpinedap

http://www.eluniversal.com/opinion/130509/fascismo-nazismo-y-comunismo-no-olvidar

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