Wednesday, April 10, 2013

La reivención de Capriles

La reivención de Capriles
Pedro Corzo
10 de abril de 2013

Miami, Florida – www.PayoLibre.com – La presente campaña electoral que
envuelve a los venezolanos tiene características inéditas, no sólo
porque falta el principal gestor del denominado Socialismo del Siglo
XXI, Hugo Chávez, sino también porque la oposición, desde las
perspectivas de muchos observadores, ha asumido una posición más radical
y agresiva ante las propuestas del oficialismo.

Tal pareciera que el fallecido presidente Chávez ejercía un influjo
sobre la capacidad de gestión de sus opositores. El desaparecido
comandante presidente, una combinación a temer, fuerza armada y poder
civil, no cesaba de agredir de la forma que le fuera más conveniente a
cualquier opositor pero la mayoría de sus contrincantes, salvo honrosas
excepciones, le ripostaban con cierta timidez, como reservando la
artillería para un momento que nunca llegaba.

Siempre fue de notar la rapidez con la que los candidatos presidenciales
reconocían su derrota, deber moral cuando se tiene la certeza de que el
fracaso se ha producido en buena lid y no como consecuencia del abuso de
poder del ejecutivo.

De todos es conocido el ventajismo del chavismo. Usó a su antojo los
recursos del estado para ganar votos y mantener bajo control a sus
partidarios, persiguió a sus rivales policialmente, amenazaba o
confiscaba a los empresarios que fueran en su contra y recurría a los
medios de comunicación a su antojo, no permitiendo prácticamente a sus
contrarios promover sus proyectos políticos.

Los gobiernos de Chávez fueron un desastre. Los derechos humanos y la
economía entraron en plena bancarrota y la nación fue sometida a la
influencia de los hermanos Castro, sin embargo no eran temas
fundamentales en las campañas, era como si el populismo del difunto en
alguna media se colara entre sus rivales.

Pero el enfrentamiento entre el presidente encargado, Nicolás Maduro y
el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática, Henrique Carriles
Radonsky, difiere mucho del que Capriles sostuviera con el difunto
presidente Hugo Chávez en octubre del pasado año, al extremo que declaró
que en la campaña anterior había tolerado muchos abusos y atropellos por
parte del oficialismo.

Maduro, el candidato presidente, pretende imitar al desaparecido Hugo
Chávez en los actos electorales, pero aunque el original, Chávez, no era
ningún ser excepcional, no hay dudas que tenía un liderazgo peculiar que
le permitía manipular a las masas y contener a los políticos que le
retaban, condición con la que no cuenta su heredero, porque aunque se
esfuerza por parecérsele con cuentos infantiles como el del pajarito,
chabacanerías, bravuconadas e invocaciones mágico-religiosas, no posee
las condiciones de liderazgo que ostentaba su comandante Chávez.

Maduro se ve como un minusválido político que recurre a la memoria de
Caudillo para ganar votos, sin percatarse de que más allá del recuerdo
que puedan tener sus partidarios del Jefe, nunca segundas partes fueron
buenas aunque hay que reconocer que el original tampoco era excepcional.

Tal parece que la ausencia de Chávez aporta a la estrategia de la
oposición una mayor confianza en el electorado y en consecuencia el
discurso es más claro y firme en aspectos fundamentales de la campaña
como es el intervencionismo castrista en los asuntos internos de Venezuela.

Demostrar la dimensión del intervencionismo cubano es fundamental para
que el pueblo reconozca la traición de sus líderes, incluido Chávez.
Destacar el enriquecimiento de la boliburguesia es clave y señalar a los
corruptos por sus nombres es una obligación moral de los que quieren
cambiar el país.

Un aspecto en la campaña de Carriles es que en esta ocasión no pretende
robarle el discurso populista al chavismo. Está en el ruedo con su
verdad, como dijera en su momento Winston Churchill.

Capriles al parecer ha decidido plantear que el país sólo se levanta
trabajando, con esfuerzo y responsabilidad y que un estado que todo lo
resuelve no es viable, porque a la larga se llega al desastre que vive
Venezuela.

Un factor importante que es herencia de otro caudillo, pero este si era
excepcional, la frase de Napoleón Bonaparte de que la guerra era dinero,
dinero y más dinero por lo que sería más que conveniente que los
empresarios venezolanos que están contra el despotismo chavista
inviertan en la campaña de Capriles Radonski, porque la victoria de
Maduro por falta de recursos de su contrincante, será la soga que
asfixiara su economía personal y eliminara la posibilidad de que el país
se recupere en los muchos aspectos en que se ha deteriorado.

Vale el cambio de discurso y el resultado es el gigantesco apoyo popular
y entusiasmo que demuestran los que se oponen al heredero de un golpista
que llegó al poder porque confundió al pueblo, pero también porque un
sector de la clase dirigente favoreció el cambio sin pensar cuales eran
los beneficios a la nación del nuevo liderazgo. Algo similar ocurrió en
Cuba.

Pero como hace unos pocos días expresaba un articulista. Es necesario
organizar el voto, comprometer por medio de una red la participación
electoral, contar con observadores en las mesas de votación, y hacer
todo lo posible porque el Consejo Nacional Electoral, sea imparcial,
algo realmente muy difícil de lograr pero que merece trabajarse con el
voto masivo de la oposición si quieren democracia sin apellidos.

http://payolibre.com/articulos/articulos2.php?id=5537

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