Ventajismo o Fraude
Mario Torre
Sábado, 3 de noviembre de 2012
Después de las elecciones presidenciales del pasado 7 de Octubre, y del
resultado obtenido de este evento electoral, han surgido muchas voces de
supuestos "expertos" o "conocedores", declarando que tal resultado es
producto de un fraude
Y, como base de tal aseveración, mencionan repetidamente los abusos y
excesos cometidos tanto por el candidato oficialista, hoy presidente
re-electo, como por toda la estructura estatal y por el partido
oficialista. Denuncian que estos abusos constituyen un fraude, mezclando
todos estos comportamientos abiertamente ventajistas con un supuesto
fraude electrónico.
Esta confusión es, en mi concepto, dañina, y nos desvía de entender
cuáles son las razones reales de este resultado electoral. La principal
confusión está entre lo que entendemos como "ventajismo" y lo que
entendemos por "fraude".
No es mi intención abrir una discusión semántica sobre ambos vocablos,
es sólo la de exponer mi visión al respecto. Yo creo que sí hay una
distinción clara entre ventajismo (obsceno, como muchos han mencionado)
y fraude. Ventajismo es la utilización irresponsable y descarada de los
recursos y facilidades de manejar los medios del Estado para favorecer
la opción oficialista. El ventajismo es la utilización impúdica de los
medios del Estado para aterrorizar, amedrentar, confundir a los
electores. Ventajismo es el bloqueo mediático que se hizo en todos los
medios públicos y la autocensura inducida en los medios privados para
que no llegara el mensaje del candidato de la alternativa democrática a
ciertos sectores de la población. Este inmenso ventajismo se realizó a
la vista de todos. El ventajismo está plenamente documentado, existen
claras evidencias de éste, y ha sido constatado tanto por observadores
nacionales como internacionales. Debemos resaltar que, desde mucho antes
del comienzo de la campaña, sabíamos a lo que nos enfrentábamos: A un
gobierno/partido/estado con exceso de poder y carencia de escrúpulos,
que pisotea los derechos de los ciudadanos y destruye la
institucionalidad que se construyó durante muchos años con mucho
esfuerzo y trabajo.
Fraude, por otro lado, es cambiar los resultados electorales a través de
manipulaciones manuales o electrónicas, en forma oculta, y fuera de la
vista de todos. El fraude se hace en secreto, a la sombra, a oscuras. En
el sistema de votación automatizado no hubo fraude; se realizaron con
precisión y profesionalismo todas las auditorías técnicas de ley; se
recogieron las actas de más del 90% de las mesas, se hizo una importante
cantidad de auditorías de verificación ciudadana, por testigos
acreditados y adiestrados. No se detectó ni siquiera un acta que no
coincidiese con el conteo de votos o con los resultados publicados por
el CNE. Además se realizó una auditoría post-electoral, con base en una
muestra aleatoria y representativa de 215 mesas, en la que se contaron
nuevamente los votos, y se compararon con las actas de escrutinio de
tales mesas y con los resultados electorales publicados, sin que se
pueda apuntar ni a una sola disparidad. Existen otros estudios y
controles realizados cuya reseña escapa a este espacio, pero que agregan
evidencia a que no hubo fraude electrónico.
El pasado 7 de Octubre hubo ventajismo, abierto, claro, a la vista de
todos, y como tal debe ser protestado y sancionado por el Órgano
competente, como lo establecen reglamentos y ley Electoral; pero no hubo
fraude. Los votos contabilizados por el Sistema de Voto Electrónico
fueron los sufragados por electores debidamente registrados y con
derecho a votar. El hecho de que hubo miles o millones de electores que
ejercieron su voto por coacción, terror, o conveniencia, forma parte del
ventajismo; pero estos votos fueron contados correctamente por un
sistema de votación automatizado con el que no se cometió fraude. Esto
lo podemos asegurar; tenemos las evidencias de que fue efectivamente así.
El hecho de que digamos que no hubo fraude electrónico no exime al CNE
como una institución que, lamentablemente, permitió y avaló el
ventajismo brutal a la que fue sometida la campaña electoral,
contribuyendo a la destrucción de su propia imagen e institucionalidad.
Tampoco podemos decir que el sistema de voto electrónico es inmune a
fraudes. Lo que sí podemos asegurar es que si se realiza algún fraude en
el sistema de voto electrónico, nosotros tenemos los controles y los
mecanismos para detectarlo rápidamente. Y debemos permanecer vigilantes
para que tales mecanismos sean mantenidos y profundizados.
Podemos asegurar que en las elecciones presidenciales del 7 de Octubre
de 2012 no hubo fraude, se preservó el secreto del voto, pero sí hubo un
claro y abierto ventajismo. Propongo que trabajemos juntos en denunciar,
protestar, combatir este ventajismo aberrante, manteniendo vigilado el
sistema de voto electrónico.
No hubo fraude, pero sí ventajismo. A eso nos volveremos a enfrentar el
16 de diciembre, y a las siguientes confrontaciones electorales del
futuro, mientras este régimen prevalezca. Pero esencial es participar,
de la única manera que conocemos los demócratas: con el voto.
Activándonos para votar y defender nuestros votos, participando como
testigos, movilizadores, motivadores, y formar parte de la fuerza que
nos permitirá salir de este régimen en forma pacífica y democrática, y
que no es de otra forma sino a través de la fuerza del voto.
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/8062606.asp
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