¿Objetivos educativos o políticos?
Gustavo Roosen
Lunes, 12 de noviembre de 2012
Presentada originalmente como referida sólo a la educación básica, los
argumentos en los que se apoya la Resolución 058 serán, sin duda,
esgrimidos mañana para todos los ámbitos de la educación, distorsionando
gravemente la función educativa y confirmando la amenaza a la autonomía
universitaria, como ahora a la autoridad del director, del maestro y de
las familias.
La controversial Resolución 058 del Ministerio de Educación, que crea el
Consejo Educativo como autoridad máxima de una unidad educativa, ha
generado justificada preocupación en la comunidad nacional. Se trata de
una instancia que saca las decisiones pedagógicas o administrativas de
la competencia de las autoridades naturales el director, los maestros y
la comunidad educativa y las transfiere a un heterogéneo sistema de
consejos y comités.
Las reacciones generadas desde diversos sectores coinciden en
afirmaciones como éstas: la resolución entorpece el proceso educativo,
disminuye la autoridad del director, no garantiza más calidad ni
eficiencia en el proceso educativo, añade funciones extras a la misión
pedagógica de las escuelas y liceos, incorpora en la toma de decisiones
un heterogéneo conjunto de participantes que poco tienen que ver con el
hecho educativo, pervierte incluso el valor de la participación de la
comunidad al complicarla con un número inmanejable de comités. Como ha
señalado Leonardo Carvajal, "atenta contra la misión pedagógica de la
escuela, irrespeta la dignidad profesional de los docentes y directivos".
Si, como se declara, uno de los objetivos era dotar a las escuelas de un
instrumento que les permitiera ganar en calidad, el camino escogido es
claramente equivocado.
Frente a la tentación de reducir o despojar al director y a los maestros
de su autoridad y de su autonomía en la conducción de la gestión
educativa, lo que se impone, en contraste, es el robustecimiento de su
función y de su figura. En esta línea se inscribe la recomendación 5
("Nueva gerencia para las escuelas, liceos y universidades") contenida
en el libro Educación para transformar el país del Centro de Reflexión y
Planificación Educativa Foro Cerpe en la cual se fija como una de las
metas imprescindibles el fortalecimiento del director de escuela como
gerente de cuyo liderazgo depende la calidad de la educación.
Partiendo de la premisa de que el éxito o el fracaso de la acción
educativa de una sociedad se definen en cada escuela y apoyada en la
experiencia según la cual al frente de cada institución educativa eficaz
se encuentra siempre un buen director y un bien formado y estimulado
equipo de educadores, la propuesta concluye en la necesidad de
fortalecer la formación del director como gerente y propone, en
concreto, un Programa Nacional de Formación de Directores que tendría
como objetivo prepararlos para además de administrar el presupuesto y
el personal ejercer la gerencia pedagógica, encaminar al equipo docente
al logro de objetivos académicos concretos y medibles y estimular a los
padres y a la comunidad educativa a participar y apoyar los procesos
formativos. La formación del director y el fortalecimiento de su
autoridad frenarían el proceso de debilitamiento que ha venido dándose y
que ha hecho de él en muchos casos un simple administrador de nómina. La
Resolución 058 no sólo no le dota de más autoridad, sino que le deja a
merced de un numeroso y complejo grupo de comités y le asigna funciones
ajenas a su función esencial.
El fortalecimiento de la acción de las escuelas y el apoyo a la gestión
de sus directores se afirman como parte de un proceso de
descentralización que reconoce a cada plantel un controlado pero amplio
grado de autonomía en los asuntos administrativos y pedagógicos y dota a
sus autoridades naturales de competencia para elaborar y aprobar el
proyecto pedagógico del plantel, todo en el marco de eficaces procesos
de evaluación y rendición de de cuentas.
Presentada originalmente como referida sólo a la educación básica, los
argumentos en los que se apoya la Resolución 058 serán, sin duda,
esgrimidos mañana para todos los ámbitos de la educación, distorsionando
gravemente la función educativa y confirmando la amenaza a la autonomía
universitaria, como ahora a la autoridad del director, del maestro y de
las familias. Si algo deja en evidencia esta resolución son sus
objetivos políticos. Con ella, no gana la educación, simplemente se abre
una puerta todavía más amplia a la acción partidista ideologizante.
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/4439178.asp
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