Sunday, November 4, 2012

Déficit-depreciación-devaluación

Déficit-depreciación-devaluación
Orlando Ochoa P
Viernes, 2 de noviembre de 2012

Este monto de divisas entregado en los últimos años ha sido inferior a
la cifra de las importaciones

Los mercados cambiarios en Venezuela padecen de restringida oferta de
divisas. En los oficiales a tasa fija (Cadivi y Sitme) prevalece la
escasez y mucha corrupción para obtener divisas. En el mercado oscuro
los indicadores señalan altos precios y expectativas adversas sobre el
suministro futuro. PDVSA está entregando menos del 40 por ciento de las
divisas generadas por exportación petrolera al BCV, según registro de
balanza de pagos.

Este monto de divisas entregado en los últimos años ha sido inferior a
la cifra de las importaciones. El BCV además de tener que recurrir a
reducir las reservas internacionales ha debido solicitar al Gobierno
traer divisas de otros fondos en el exterior al país. El resto de los
recursos que PDVSA no ha entregado al BCV parecen estar comprometidos,
ya sea porque son parte de condiciones preferenciales a otros países
(Petrocaribe y acuerdo con Cuba) o por ser parte del pago en acuerdos de
petróleo con China, por el financiamiento previo recibido para proyectos.

Por otra parte el gasto público, ya sea dentro del presupuesto nacional
con créditos adicionales o vía el gasto de los fondos gubernamentales en
el exterior, junto al gasto vía PDVSA (incluye Misiones, Viviendas y
otros), financiados con impresión de dinero por el BCV (compra acumulada
de pagares de la petrolera por más de $28.000 millones) o con
endeudamiento interno y externo, revela que algo anda muy mal en el
manejo financiero del sector público.

PDVSA no ha podido cumplir con sus obligaciones con al fisco y entrega
pagarés al Tesoro Nacional. Este le intercambia estos pagarés por dinero
recién impreso al BCV (contribuyendo a la presión sobre el mercado
cambiario y la inflación represada, pero no eliminada). PDVSA además ha
tenido un flujo de caja tan restringido que no paga oportunamente a
contratistas/proveedores ni a sus socios de las empresas mixtas el
porcentaje de utilidades que les corresponde.

La dependencia económica del Estado y del partido de unos 5.3 millones
de votantes, además de alimentar la esperanza de 3.4 millones de
familias con la Misión Vivienda y el aparentar que la inflación no tiene
consecuencias serias, vía costosos subsidios y grandes déficits de las
empresas estatales, han dejado una delicada situación financiera cuyas
consecuencias veremos en 2013.

orlando@ochoa.net.ve

http://www.analitica.com/va/economia/opinion/4671406.asp

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