Carlos Julio Peñaloza
Viernes, 3 de febrero de 2012
El exceso de seguridad, más allá de lo necesario y adecuado en el cuerpo 
social, es tan malsano como la sobre-medicación aplicada sobre un cuerpo 
humano. En los seres humanos un exceso de medicinas produce enfermedad y 
muerte. En un Estado la sobre vigilancia genera pérdida de libertad y es 
dictadura
Foto: Google
Chávez tiene listo su monstruo de Frankestein, un ministerio para 
centralizar espionaje político e inteligencia, montado por cubanos 
conforme el diseño con que los hermanos Castro aterrorizan a sus 
compatriotas.
Todo Estado democrático tiene el deber de vigilar para brindarle a la 
población un adecuado grado de protección y seguridad, pero sin limitar 
sus derechos. Es dañino, ilegal e ilegítimo todo exceso de control 
movido por razones políticas. Al igual que es ilegal tratar de acallar o 
detener opositores que ejercen pacíficamente su derecho a expresarse y a 
diferir del gobierno.
El exceso de seguridad, más allá de lo necesario y adecuado en el cuerpo 
social, es tan malsano como la sobre-medicación aplicada sobre un cuerpo 
humano. En los seres humanos un exceso de medicinas produce enfermedad y 
muerte. En un Estado la sobre vigilancia genera pérdida de libertad y es 
dictadura.
Un Estado que ejerce exceso de control y aplica represión para 
constreñir la actividad política de sus ciudadanos es un Estado 
Policial. Venezuela bajo el presidente Hugo Chávez Frías se está 
moviendo inexorablemente en esa dirección. Los venezolanos decentes 
estamos en la obligación de detener este monstruoso intento de coartar 
nuestros derechos imponiendo una dictadura guarecida dentro de un Estado 
policial.
Por otra parte es grotesco que mientras se agiganta el Estado Policial 
en nuestra patria, se incrementa la inseguridad en las calles dominadas 
por los malandros. Este resultado es de esperar, porque Chávez no está 
movido por su deber de proporcionar seguridad a los ciudadanos, sino por 
su paranoica y enfermiza sensación de inseguridad.
Se considera que un Estado es policial cuanto mantiene un inflexible 
dominio sobre la sociedad mediante el empleo de una poderosa fuerza de 
seguridad política secreta e invierte en ella grandes cantidades de 
dinero para dotarla de mecanismos de vigilancia cada vez más 
sofisticados. Un Estado policial es necesariamente antidemocrático, 
porque dirige su esfuerzo a asfixiar a sus opositores políticos. Desde 
hace años el Gobierno ha tomado ese tortuoso camino con el fin de 
establecer una férrea dictadura comunista. El último paso que el 
presidente Chávez piensa dar en esa dirección es la creación del 
Ministerio de la Inteligencia.
Esta nueva organización que viene a aumentar la burocracia estadal no 
tiene nada que ver con el ingenuo e inofensivo ministerio de la 
inteligencia creado hace veinte años por Luis Herrera, siguiendo los 
poco prácticos consejos de Luis Alberto Machado.
La flamante estructura policial ha sido diseñada siguiendo las 
directrices del siniestro Estado policial cubano. En medio siglo, Fidel, 
combinando el asesoramiento inicial de la KGB y la Stasi con sus propias 
ideas sobre la materia, ha logrado desarrollar un sistema de persecución 
política basado en la falsedad y el terror, para abrumar y destruir a 
los disidentes. Esta funesta organización le ha permitido al sátrapa 
tropical mantenerse en el poder por medio siglo castrando la voluntad 
libertaria de su población con el bisturí de la intimidación.
Venezuela ha vivido estas situaciones antes. La padecimos con el tosco y 
letal manejo de los disidentes encarcelados y asesinados en la época de 
Juan Vicente Gómez. Luego lo revisitamos con la aviesa y malévola 
Seguridad Nacional con los esbirros de Pérez Jiménez. Ahora con el 
asesoramiento de Ramiro Valdez, el ex ministro del interior de Fidel, 
experto en inteligencia y coacción, pronto se nos implantará el modelo 
cubano de vigilancia ciudadana y represión política. El "hermano mayor" 
chavista está a punto de ser creado.
El sistema de inteligencia cubano es en teoría controlado por el 
Ministerio del Interior (MININT). Esta adscripción es una cobertura. En 
realidad, la Dirección General de Inteligencia (DGI) es una organización 
autónoma de carácter secreto llamada "Dirección de Inteligencia" (DI), 
es la agencia encargada de las funciones de espionaje e inteligencia 
interna y externa.
La DI actúa en forma autónoma reportando directamente a Fidel y Raúl 
Castro. La inteligencia y contrainteligencia interna que enfoca sobre 
los disidentes y opositores es manejada por el "Departamento de 
Seguridad del Estado". El creador del DI fue Manuel (Barba roja) 
Piñeiro, quien fue el segundo de Ramiro Valdés en el G2. Su viuda, Marta 
Haernecker, es una de las principales asesoras de Hugo Chávez. El jefe 
actual de la DGI es el general Eduardo Delgado. La organización cuenta 
con 15 mil agentes secretos. Muchos de ellos están operando en Venezuela 
y asesoran a Chávez para la creación del nuevo Ministerio de 
Inteligencia o Ministerio de Seguridad del Estado.
El diseño del nuevo organismo está listo y sólo falta que Chávez 
autorice el inicio de su funcionamiento. La estructura del futuro 
Ministerio de Inteligencia venezolano ha sido diseñada por Ramiro Valdés 
y Ramón Uzcátegui. El ministro será el general Hugo Carvajal Barrios, ex 
jefe del SEBIM (inteligencia militar), quien tendrá bajo su mando a la 
DISIP y al SEBIM. El SEBIM será dirigido por el general Ornelas 
Ferreira, actual Jefe de la Casa Militar.
La inteligencia producida por estos cuerpos fluirá en tiempo real hacia 
la Sala de Contingencia en Miraflores. La centralización de la 
inteligencia va a impedir que el presidente reciba reportes divergentes 
y tenga acceso a diferentes puntos de vista. Con el nuevo ministerio 
Chávez será alimentado exclusivamente por Carvajal, con la inteligencia 
filtrada y masajeada según la conveniencia de los cubanos. El Presidente 
estará más desinformado y desorientado de lo que está hoy en día. Será 
totalmente dependiente y manejado.
Cuando Chávez dé la orden de activar su nuevo Frankestein, los 
venezolanos bajaremos un escalón enorme hacia el control absoluto bajo 
un Estado policial. Este año en octubre evitaremos que esa catástrofe 
ocurra y enviaremos a los comunistas cubanos que nos espían de regreso a 
su isla, de donde no han debido salir
 
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