Sunday, February 19, 2012

Los demócratas de Venezuela podrían enfrentar un narco-golpe

Los demócratas de Venezuela podrían enfrentar un narco-golpe
Roger Noriega
Domingo, 19 de febrero de 2012

El fortalecimiento de la oposición representa una mala noticia para el
chavismo en el ambiente volátil de este año electoral

Los seguidores del ahora enfermo presidente de Venezuela, Hugo Chávez,
recibieron una gran sorpresa el domingo después de que casi tres
millones de personas participaran en la elección de un candidato de
unidad que competirá en los comicios presidenciales previstos para
octubre. Los demócratas venezolanos están unidos y llenos de optimismo,
pero Chávez y sus secuaces ya han comenzado a maniobrar para mantenerse
en el poder a toda costa. Si la oposición espera derrotar al chavismo,
tendrá que estar preparada para enfrentar trucos sucios, provocaciones,
e incluso la posibilidad de un narco-golpe durante los próximos meses.

El gobernador de Miranda, Henrique Capriles Radonsky, ganó la elección
con más del 60 por ciento de los votos, después de una enérgica
competencia que incluyó al gobernador de Zulia, Pablo Pérez (con el 29
por ciento) y a la lideresa cívica María Corina Machado (con el 3.5 por
ciento).

A pesar de que aun no cuenta sus 40 años, Capriles Radonsky es un
político experimentado que goza de gran popularidad, incluso entre los
seguidores chavistas en su estado de Miranda. Con frecuencia, Capriles
hizo campaña en los barrios obreros que forman la base política de
Chávez. En el segundo lugar, Pérez llevó los mensajes de la oposición a
los votantes más pobres que, hasta ahora, habían sido ignorados por el
pensamiento anticuado de los que condujeron a la oposición durante la
última década. Con el apoyo de todos los candidatos en torno a Capriles,
la oposición democrática se muestra más unificada que nunca en los
momentos en que comienza su campaña de ocho meses.

El fortalecimiento de la oposición representa una mala noticia para el
chavismo en el ambiente volátil de este año electoral. La fuerte
presencia de la delincuencia, la escasez de energía, la inseguridad
alimentaria y el terrible estado de la economía le dan a la oposición
una gran oportunidad para vencer a Chávez en los comicios
presidenciales. Si Chávez muere o empeora significativamente antes de
las elecciones de octubre, su círculo más cercano tendrá que enfrentarse
a la perspectiva inimaginable de perder el poder y la posibilidad de
tener que rendir cuentas por sus abusos de poder, corrupción y criminalidad.

En los últimos meses, los chavistas de línea dura han estado maniobrando
para asegurarse de que no perderán el poder. En enero, Chávez sorprendió
a muchos al dejar de lado al popular Ministro de Relaciones Exteriores,
Nicolás Maduro, y al promover a su camarada militar, Diosdado Cabello a
la posición de líder del Partido Socialista y de la Asamblea Nacional.
Aún más revelador es el hecho de que el general Henry Rangel Silva fue
nombrado Ministro de Defensa el mes pasado, a pesar de su mala
reputación como aliado del narcotráfico y de las narco-guerrillas en la
vecina Colombia.

Rangel Silva, el ex jefe de inteligencia Hugo Carvajal y el general del
ejército Cliver Alcalá son algunos de los muchos funcionarios chavistas
que han sido sancionados por las autoridades estadounidenses por estar
implicados con el tráfico de drogas. Debido a que tienen miedo a la
persecución implacable de las autoridades estadounidenses, tienen la
determinación de permanecer en el poder – incluso si eso implica el
sabotaje o el no reconocer los resultados de las elecciones de este otoño.

Si los chavistas estuviesen contemplando un escenario electoral (como
solución a la muerte de Chávez), habrían optado por mantener al
carismático Maduro como posible sucesor. La promoción del suave pero
implacable Cabello demuestra que apelar a los votantes es mucho menos
importante que la tranquilidad de los narco-generales que calladamente
se han apoderado de Venezuela. Aunque Cabello aun no ha sido
identificado por las autoridades estadounidenses como un
narcotraficante, ha amasado una gran fortuna a través de la corrupción
oficial. Por lo tanto, sus compañeros militares corruptos están seguros
de que va a frenar los esfuerzos de la oposición por cualquier medio.

El momento y la táctica dependerán del ritmo de deterioro físico de
Chávez. Los últimos detalles que me han sido transmitidos por personas
conocedoras de su estado indican que el recuento de células cancerosas
de Chávez aun no se ha reducido después de meses de tratamiento y que se
ha desarrollado otro tumor canceroso en el colon que requiere de cirugía
urgente. Su condición ha empeorado, porque se niega a recibir la
atención y los exámenes de rutina con el fin de mantener un perfil
público. De hecho, el líder venezolano ha recurrido al uso de la cocaína
para mantener su energía. Como resultado, existe una buena probabilidad
de que no viva lo suficiente para participar en las elecciones de octubre.

En otras palabras, el verdadero desafío para Capriles y la oposición
puede manifestarse antes de lo esperado. Chávez y sus seguidores han
dejado en claro con la promoción de Cabello y Rangel Silva que no tienen
ninguna intención de dejar el poder. Si tratan de provocar una crisis o
de cancelar las elecciones, el caos puede sobrevenir. En ese momento, se
pondría a prueba la fuerza de Capriles, los líderes de la oposición y la
sociedad civil venezolana.

A pesar de que la oposición está determinada a mantener su distancia con
Washington, el hecho es que requerirá mucha solidaridad internacional –
en particular de Brasil, México, Colombia, Chile, Perú, España y otros
países para asegurarse de que el movimiento de Chávez rinda sus cuentas.
La oposición no puede esperar hasta que se desate el caos para cultivar
ese apoyo. Y Washington tiene que despertar ante la peligrosa trama de
un narco-golpe en Venezuela.

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/8881287.asp

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