Sunday, February 19, 2012

El cinismo de Hugo Chávez

El cinismo de Hugo Chávez
FERNANDO OCHOA ANTICH
domingo 19 de febrero de 2012

Hugo Chávez está angustiado. No esperaba un número tan importante de
votantes en las elecciones primarias de la oposición. Tampoco creyó que
fuera posible que los distintos candidatos aceptaran democráticamente la
voluntad popular. Su criterio de lo que iba a ocurrir lo resumió su
ventrílocuo y flamante encuestador Jesse Chacón cuando mantuvo
públicamente que un millón y medio de votos era lo que podía obtener la
oposición en una elección primaria. Al conocerse la realidad empezó la
campaña para desacreditar a Henrique Capriles con todo tipo de
calumnias. Los ataques realizados por esos personajillos que dirigen La
Hojilla pasará a la historia como una de las bajezas más sorprendentes
de nuestro devenir como país, ya que los venezolanos siempre hemos
mantenido un elevado sentido de la caballerosidad en la lucha política...

Es tal la magnitud del desespero que el propio Hugo Chávez se ha
dedicado a tratar de vulnerar el prestigio de su contendor, sin entender
que esa actitud lo que demuestra es miedo. Hay muchos factores que
producen ese estremecimiento en el chavismo: el cansancio de la figura
de Chávez, su grave enfermedad, la siembra de odios, la inexistente obra
de gobierno, la creciente corrupción, la inseguridad en las calles, la
quiebra de Pdvsa, el endeudamiento nacional, la permanente ineficiencia
en toda iniciativa del régimen y pare usted de contar. Ese temor se
incrementa al observar en la oposición ventajas indiscutibles: la
juventud de Henrique, sus ideas renovadoras, su honestidad, su eficiente
obra de gobierno, la unidad monolítica de la oposición, su creciente
capacidad organizativa y fundamentalmente su fortalecimiento en todos
los sectores sociales.

Analizar algunos aspectos de la inconveniente intervención de Hugo
Chávez en la sesión solemne de la Asamblea Nacional para conmemorar el
Discurso de Angostura permite resaltar aspectos que van a marcar el
rumbo de estos meses de campaña electoral. Lo primero a señalar es la
sorpresa que produjo ver al Presidente de la República, en un homenaje
al Libertador, irrespetar su memoria con un discurso totalmente fuera de
tono y sin el nivel que exigía dicha conmemoración. Los miembros de la
Fuerza Armada deben valorar lo ocurrido, ya que demuestra que la
ideología bolivariana enarbolada permanentemente por el régimen es más
palabrería de ocasión que verdadero sentimiento patriótico. Además,
utilizar como hizo Chávez la espada de Bolívar para tratar de obtener
beneficios partidistas es inaceptable y debería causarle vergüenza.

El esfuerzo fundamental del discurso fue dirigido a presentar la
supuesta existencia en Venezuela de una lucha de clases entre la
burguesía y el pueblo. De una vez se presentó como el defensor de los
pobres y acusó a la oposición de representar los intereses de la
burguesía, de los yanquis y de los ricos. La lucha de clases fue un
concepto marxista que dejó de tener vigencia en medio del fracaso de las
revoluciones rusa, china y cubana. Justamente, el surgimiento de la
socialdemocracia en Europa Occidental, permitió la posibilidad de
alcanzar la convivencia de distintas clases sociales, en medio de
importantes avances económicos y sociales. Es la base del estado de
bienestar. Es de interés resaltar que la oposición democrática presentó
un programa de gran amplitud ideológica, con soluciones pragmáticas de
los grandes problemas nacionales.

Otro aspecto del discurso fue tratar de descalificar el resultado de las
elecciones primarias. Hizo un gran esfuerzo, pero no lo logró. La
posición de la MUD de defender el secreto del voto fue respaldada por
numerosos venezolanos, incluyendo a muchísimos chavistas. Es imposible
olvidar las listas Tascón y Maisanta. Hugo Chávez quiso comparar la
situación que vivió su gobierno al tener que aceptar la decisión de la
Corte Suprema de Justicia sobre los hechos del 11 de abril, y la que
tuvo que enfrentar la dirigencia opositora. Son situaciones totalmente
distintas. En el primer caso existían razones de fondo para dictar esa
decisión: los muertos ocurridos durante la marcha y la renuncia de Hugo
Chávez. La decisión del magistrado Carrasquero sólo buscaba desacreditar
a la dirigencia opositora e incrementar la abstención en las elecciones
de 7 de octubre.

Hugo Chávez no da puntada sin dedal. Buscó desafiar a la oposición, al
mantener que él sí reconocería al ganador de los comicios
presidenciales, para obligarla a comprometerse públicamente a aceptar
los resultados de las elecciones presidenciales que dé el Consejo
Nacional Electoral. Está equivocado. Es increíble su cinismo. Un proceso
electoral hay que evaluarlo en su conjunto, no sólo el día de las
elecciones. El abuso de poder de Hugo Chávez hace que las elecciones
sean írritas, aunque no haya fraude en los escrutinios ese día. Si
realmente él quiere que la oposición reconozca el resultado electoral
que permita la reestructuración equitativa, con miembros de la oposición
y del chavismo, del Consejo Nacional Electoral y del Tribunal Supremo de
Justicia. De todas maneras, el triunfador en las elecciones no lo
definirá ningún resultado, sea quién sea que lo dé, sino el sentimiento
de los venezolanos.

El Universal de Venezuela

fochoaantich@gmail.com

http://vozdesdeeldestierro.juancarlosherreraacosta.over-blog.es/article-el-cinismo-de-hugo-chavez-99668545.html

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