Maduro llama a Leopoldo López 'prófugo fascista' y le dice que se entregue
DDC | Caracas | 14 Feb 2014 - 1:09 pm.
El mandatario advierte que ha ordenado castigar cualquier acto que
considere 'de hostigamiento, violencia o expresión de odio'.
Capriles: Maduro quiere evadir sus responsabilidades y 'mostrarse como
víctima'.
Las autoridades de Venezuela allanaron el jueves el local del partido
opositor Voluntad Popular buscando a su líder, Leopoldo López, uno de
los principales impulsores de las marchas antigubernamentales en las que
han muerto tres personas; mientras el presidente, Nicolás Maduro,
prometía castigar los responsables de lo que él considera un intento de
golpe de Estado.
El Ministerio Público ordenó arrestar a López, exalcalde de un rico
distrito de Caracas, bajo duros cargos de terrorismo y homicidio,
informa Reuters.
"Ya están requeridos por la justicia así que yo les digo a estos
prófugos fascistas: entréguense", dijo Maduro el jueves refiriéndose a
López y otros dos activistas opositores con orden de captura: el militar
retirado Iván Carratú y el exembajador venezolano en Colombia Fernando
Gerbasi.
Horas antes, un escuadrón de la inteligencia militar empuñando armas
largas irrumpió en las oficinas del partido de López, en el centro
financiero del país.
Como no lo hallaron, se retiraron mientras quienes se encontraban allí
dijeron que los militares, con uniformes negros y chalecos antibalas, no
tenían una orden de allanamiento. La operación, denunciaron, fue "un
abuso de poder".
López dijo que estaba en Venezuela y que seguiría en las calles con
"fuerza", al tiempo que retó a Maduro: "Nicolás Maduro ¿no tienes las
agallas para meterme preso? ¿O esperas órdenes de La Habana? Te lo digo:
la verdad está de nuestro lado", escribió en su cuenta de Twitter.
La orden de detención contra el economista de 42 años llega después que
Maduro prometiera medidas tras los enfrentamientos del miércoles entre
simpatizantes del Gobierno y opositores, que dejaron 66 heridos además
de los tres muertos.
Según las autoridades, 69 personas fueron detenidas tras los choques,
medio centenar de automóviles fueron incendiados y se produjeron
cuantiosos daños a la infraestructura pública.
'No todo es caro en Venezuela: la vida no vale nada'
Casi un año después de la muerte de Hugo Chávez, el mentor de Maduro, el
derramamiento de sangre del miércoles fue la última demostración de las
profundas divisiones en la volátil Venezuela.
Los fallecidos fueron identificados como Juan Montoya, integrante de uno
de los grupos armados que apoyan al Gobierno de Maduro, conocidos como
"colectivos"; Bassil Dacosta —estudiante de 24 años, según la oposición,
y carpintero, según el Gobierno—, y Neyder Arellano, estudiante
universitario.
El jueves, las calles de la capital amanecieron en calma, pero con
fuerte presencia de policías y militares.
Entrada la noche, pequeños grupos de jóvenes todavía permanecían
protestando contra el Gobierno, quemando neumáticos y blandiendo
banderas de Venezuela en las principales arterias de Caracas y las
ciudades más grandes del país.
"Dicen que somos el futuro y nos matan en el presente", se leía en una
pancarta de un grupo de estudiantes que protestaba contra Maduro en las
afueras de una universidad de Caracas. "No todo es caro en Venezuela: la
vida no vale nada", decía otra.
"Estamos todos hartos de la violencia, de la cultura de confrontación.
El país tiene demasiados problemas reales. Es hora para un cambio de
Gobierno. Estos ya fracasaron", dijo Manuel Armas, un estudiante de 19 años.
'La Salida'
Bajo la consigna de "La Salida", en alusión a una renuncia de Maduro,
grupos de la oposición han realizado pequeñas, pero constantes protestas
en todo el país en las últimas dos semanas para reclamar contra la
delincuencia, la corrupción y el rápido incremento en el costo de la vida.
"Por el momento, las protestas no representan una amenaza en el corto
plazo para Maduro", opinó Diego Moya-Ocampos de la firma de análisis IHS
Global. "Sin embargo, el riesgo de que el Gobierno pierda el control
crecerá significativamente si se producen más víctimas fatales", agregó.
Maduro acusa a López y otros líderes de querer derrocarlo.
"Lo que se hizo ayer tenía un objetivo político: ir contra la
Constitución, derrocar un Gobierno que tiene legitimidad en el apoyo
popular", dijo el mandatario la noche del jueves durante una cadena
nacional de radio y televisión. Como de costumbre, afirmó que detrás de
los supuestos planes está Washington.
Durante la cadena —retransmitida por 30 canales de televisión y 750
radios— Maduro mostró fotos y vídeos donde supuestos opositores incitan
a la violencia desde semanas antes de las manifestaciones más grandes
del miércoles y jueves.
Pero López, dos veces electo alcalde de Chacao, dijo esta semana a
Reuters que no busca derrocar a Maduro por la fuerza, sino que quiere
convocar a un referéndum revocatorio como está previsto en la Constitución.
Maduro advirtió asimismo que ha ordenado castigar cualquier acto que su
Gobierno considere "de hostigamiento, violencia o expresión de odio",
reportó la AP.
Al comienzo del discurso televisado, la población protestó con ruidosos
cacerolazos y fuegos artificiales en numerosas zonas del centro, este y
oeste de la capital.
El mandatario elogió a los cuerpos de seguridad que "ahí estuvieron
horas recibiendo insultos" durante protesta del miércoles, y agregó: "Yo
he cambiado la orden, hay órdenes expresas de proteger al pueblo
venezolano".
Dirigiéndose a los opositores, expresó: "¿Debo permitir que quemen y
destruyan este país? Yo no voy a tener las debilidades que tienen ustedes".
Por su parte, el canciller Elías Jaua afirmó el jueves que el Gobierno
tomará "medidas de autoridad democrática" para garantizar el orden en
todo el país y evitar la violencia, pero no detalló cuáles serían las
disposiciones.
Jaua responsabilizó de forma directa a Leopoldo López y a la diputada
María Corina Machado de los hechos de esta semana.
"Ya no podemos tolerar más que este grupo siga actuando impunemente", dijo.
Capriles: 'La violencia le interesa a este Gobierno para tapar la crisis'
La oposición culpó a grupos armados pro gubernamentales y policías
vestidos de civil de atacarlos.
"Vimos ayer como policías disparaban contra estos muchachos que, muchos,
lo más peligroso que tenían era una piedra", dijo el jueves el líder de
la oposición Henrique Capriles.
"Usted no reprime una manifestación a plomo", agregó Capriles,
excandidato presidencial. "Así no funciona".
"La violencia le interesa a este Gobierno para tapar la crisis que
estamos viviendo", aseguró Capriles en rueda de prensa. Añadió que
Maduro quiere evadir sus responsabilidades y "mostrarse como víctima".
Rechazó los señalamientos del Gobierno de que la oposición estaría
promoviendo un golpe de Estado, e indicó que las intentonas no las hacen
los civiles "con botellitas de agua", sino los militares.
Dirigiéndose a Maduro, el líder opositor dijo que si hay "ruido interno
(en la fuerza armada), ese es su problema", y agregó que si se quiere
usar estos incidentes como una "parada para un autogolpe tendrá que
decírselo al país".
"Dejen ya la persecución... la violencia no se resuelve con más
violencia", expresó.
Los 'colectivos'
El estallido de violencia puso de nuevo en el centro de atención a los
grupos conocidos como "colectivos", que surgieron durante el mandato del
fallecido Hugo Chávez como los autoproclamados "guardianes" de su
proyecto para llevar a Venezuela al socialismo.
Funcionan como una extensión informal del Partido Socialista Unido de
Venezuela (PSUV) en el poder. Son una parte esencial de la maquinaria
electoral del Gobierno porque pueden movilizar votantes a última hora
para ayudar a inclinar la balanza a su favor en elecciones reñidas. Pero
han sido acusados de intimidar a opositores en los centros de votación.
Están repartidos por todo el país. A pesar de su apoyo incondicional al
Gobierno, su abierta agresividad puede suponer una pesadilla de
relaciones públicas para las autoridades.
Los colectivos han sido acusados de agredir a personal de las cadenas de
televisión opositoras, de enviar amenazas de muerte a periodistas, e
incluso de atacar la residencia del embajador del Vaticano en 2009
después de que Chávez acusara a la Iglesia Católica de entrometerse en
política.
"Son grupos paramilitares armados por el Gobierno que estaban protegidos
por un grupo de funcionarios uniformados", dijo el opositor Leopoldo
López a Reuters después de los disturbios del miércoles.
En 2012, la imagen de niños posando con supuestos fusiles de asalto y la
Constitución de Venezuela frente a un mural de la Virgen María y Jesús
armados con AK-47, envolvió al colectivo llamado La Piedrita en un
escándalo.
El grupo luego dijo que las armas eran réplicas, pero la fotografía
produjo una respuesta negativa del público que se enojó por las imágenes
que circularon ampliamente en las redes sociales. Incluso Chávez dijo
que la foto era "indefendible".
Cuestionó si los integrantes de La Piedrita eran "verdaderos
revolucionarios" o si en realidad eran opositores financiados por
Estados Unidos tratando de desacreditarlo.
http://www.diariodecuba.com/internacional/1392379761_7145.html
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