Venezuela, la transfusión económica que se agota
Posted on 11 noviembre, 2013
Por Emilio Morales*
La crisis política y la erosión social que avanzan en Venezuela tienen
pensando muy seriamente al gobierno cubano, porque el tiempo del
respaldo incondicional llegó a su fin.
En los últimos 15 años la economía cubana ha tenido a la ayuda
venezolana como uno de sus principales soportes. Al cierre del 2011 las
importaciones provenientes de Venezuela alcanzaban los 5,9 billones de
dólares, lo que lo situaba como el mercado de mayor volumen en el valor
de las importaciones, con el 42.29 por ciento del total.
Al mismo tiempo, el país sudamericano se ha convertido en el principal
receptor de las exportaciones cubanas. Según los reportes de la Oficina
Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), la cifra alcanzó los 1,7
billones de dólares en el 2011.
Esta no es la primera vez que la economía cubana depende grandemente de
otro país.
En el pasado el comercio de Cuba con la Unión Soviética y los países
socialistas llegaron a alcanzar la cifra del 85 por ciento el total. Sin
embargo, a pesar que la dependencia que hoy tiene la economía cubana de
Venezuela es acaso la mitad de lo que fue con sus antiguos aliados, no
deja de ser estratégicamente riesgosa.
Si hacemos un análisis de la evolución de los negocios y de las
inversiones directas en la isla y comparamos el año 1999 con el 2011,
constataremos que todos los mercados bajaron sus números de empresas con
negocios en la isla, excepto el venezolano.
Fue Venezuela el único socio con el que crecieron los negocios y las
inversiones, al aumentar a 30 empresas mixtas, de solo 13 que tenía en
1999. En rumbo opuesto se comportaron España, que de 85 empresas mixtas
se contrajo a 48, Canadá (de 61 a 33) e Italia (de 54 a 30).
Estructura de la alianza
La relación entre ambos países ha cobrado mucha fuerza a partir de la
firma de acuerdos comerciales de todo tipo, los que son revisados y
evaluados todos los años por una comisión mixta intergubernamental.
Entre los acuerdos más importantes se destaca de forma significativa la
entrega de 115,000 barriles de petróleo diarios a condiciones y precios
preferenciales. El petróleo es pagado, en parte, con los servicios que
prestan en Venezuela más de 45,000 médicos y técnicos de salud,
educación, deportes y demás asesores insertados en múltiples sectores de
la economía y la sociedad venezolanas.
Esta fuerte alianza bilateral reporta actualmente alrededor de $7,000
millones de dólares a Cuba. La cifra descansa en tres pilares fundamentales:
1) Exportación de mano de obra calificada. La operación se ejecuta a
través de convenios para cumplir misiones vinculadas a la salud, el
deporte, la educación y otros sectores de la economía.
2) La inversión en negocios conjuntos en diferentes sectores de la
economía mediante la creación de 30 empresas mixtas y el manejo de más
de 200 proyectos, destacándose la venta de servicios informáticos.
3) La venta de petróleo a terceros países.
Trabajo calificado
Los convenios para cumplir las misiones médicas, educativas, deportivas
y asesorías en otros sectores son ejecutados por una fuerza laboral de
casi 45,000 cubanos trabajando en Venezuela. Esta fuerza laboral aporta
alrededor de $2,430 millones de dólares, a razón de unos $4,500 dólares
mensuales por cada uno.
La mayoría de los trabajadores son en el área de la salud, con
aproximadamente 35,000 especialistas, entre los que se destacan médicos
de familia, cirujanos, oftalmólogos, ginecólogos, enfermeras, técnicos
de laboratorio, técnicos de Rayos X, enfermeras, y demás personal
paramédico.
Además se encuentran trabajando alrededor de 4,500 técnicos deportivos
atendiendo varios deportes en todas los estados del país. También
laboran otros 4,000 colaboradores o asesores en áreas como la
agricultura, la pesca, la producción de alimentos, la educación y el
área militar.
La inversión de negocios conjuntos son manejados por alrededor de 30
empresas mixtas, que ejecutan alrededor de 200 proyectos en diversos
sectores de la economía, y que aportan a Cuba unos $2,600 millones de
dólares anuales.
Dentro de este grupo de negocios aparecen los servicios informáticos,
que de forma general han tenido un crecimiento vertiginoso en las
exportaciones cubanas, con transacciones por $2,700 millones en el 2011.
Sin embargo, en esta cifra hay poco transparencia en el desglose de las
ventas por países. La información que se ha hecho pública permite
identificar que Cuba exporta servicios informáticos a siete países de
Europa, África (Angola) y América Latina (Argentina, Bolivia y Venezuela).
El peso de esas exportaciones radica en servicios para la elaboración de
una nueva cédula electrónica y la modernización del servicio de
identificación en Argentina, Venezuela y Bolivia. También abarcan otras
esferas de la administración pública. En el caso de Venezuela, los
proyectos de exportación de software datan desde el 2004 y ya abarcan a
casi toda la administración pública venezolana.
Cuba vende a Venezuela sistemas que se emplean en los servicios de
identificación, en los registros mercantiles y públicos, en los centro
de análisis de la información de los ministerios, en las consultas
médicas de la Misión Barrio Adentro, en las sedes de Mercal y el
Ministerio de Alimentación. La venta de software también comprende el
control de las operaciones de la estatal PDVSA, las comunicaciones del
Despacho de la Presidencia, los controles del Ministerio de Servicios
Penitenciarios, la gestión de emergencias del 171, la administración de
los servicios policiales, la gestión hospitalaria y de información de
albergues y refugios, y hasta el censo nacional.
Las compañías cubanas de mayor peso en esas exportaciones son ALBET,
DESOFT y DATYS. Las principales líneas de negocio se centran en el
desarrollo de software para la seguridad, registro de ciudadanos e
interceptación de comunicaciones. Otras empresas cubanas incursionan en
menor escala en la venta de software para la educación, el turismo y los
servicios médicos.
En el caso de Venezuela la exportación de servicios informáticos cubanos
se estima en $2,000 millones de dólares anuales.
Petróleo para terceros
En cuanto a la venta de petróleo a terceras partes, la cifra podría
alcanzar un poco más de los $2,500 millones de dólares anuales. Si
hacemos un análisis de los últimos 20 años -según los reportes de la
Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI)- se evidencia que
la importación de petróleo en la isla aumentó considerablemente de 1,629
a 5,048.7 millones de toneladas (MT), debido al suministro de 115,000
barriles diarios desde Venezuela
En el caso de la extracción de crudo, la ONEI reporta que creció de
1,107 MT en 1993 a 3,024.8 MT en el 2010. Mientras, la extracción de gas
natural también aumentó a 1,072.5 MMm3 en relación con los 574.1 MMm3
alcanzados en el 2000. Esa producción se utiliza para la generación de
energía, contribuyendo a un ahorro notable del consumo de petróleo.
Según la misma fuente oficial, el consumo de petróleo en Cuba durante el
2011 fue de solo 4,940.9 MT. Si restamos este valor de petróleo
consumido al valor de petróleo disponible en ese año, se obtiene un
valor de 3,132.6 MT de petróleo que no se utilizaron. El petróleo
excedente es vendido a terceros países, lo que se valoriza en unos
$2,500 millones de dólares. Estas ventas representan un poco más del 35
por ciento del respaldo venezolano a la isla, que ronda en total los
$7,000 millones de dólares.
Una ayuda insostenible
¿Puede mantenerse la ayuda venezolana en las actuales circunstancias? El
propio Raúl Castro sabe que la respuesta no es alentadora.
La macrocrisis que atraviesa el país suramericano en todos los órdenes,
agravada por la pésima gestión del presidente Nicolás Maduro, ponen
sobre la mesa un futuro incierto. Incluso en el mejor de los desenlaces
para Venezuela es previsible que la ayuda será muy difícil de mantener.
El desabastecimiento del mercado de la frontera venezolana a causa del
diferencial cambiario implementado a principios de año, ha generado el
encarecimiento paulatino de varios rubros de la canasta familiar, como
las carnes y el pescado. La escasez se extiende a la harina de trigo, el
jabón y el papel higiénico.
Pero el punto álgido es que PDVSA no consigue incrementar la producción
de petróleo, provocando que los volúmenes de exportación estén en menos
de 1.7 millones de barriles por día, según un reciente informe
publicado por el diario venezolano El Nacional. Seis años atrás, PDVSA
reportaba volúmenes de exportación con ingresos superiores a los 2.4
millones de barriles diarios, lo que implica una caída de 700.000
barriles que dejan de generar una cantidad de entre $70 y $80 millones
de dólares diariamente. Por suerte para la era Maduro, el precio del
petróleo se ha mantenido a un poco más de $100 dólares el barril, pero
una caída tendría un impacto demoledor para la economía venezolana.
Salida de emergencia
Si se toma en cuenta que las exportaciones que involucran al proyecto
PetroCaribe no generan ingresos a las reservas internacionales, pues se
pagan en especie o forman parte de un financiamiento a largo plazo, las
coordenadas del panorama económico apuntan a una crisis más profunda de
lo que el gobierno venezolano se atreve a admitir. Pero el términos
económicos y financieros, el tiempo no perdona.
No prestemos mucha atención en esta hora a la retórica oficial que se
estila por ambos lados. Un recorte de la ayuda venezolana a la isla
parece un hecho inevitable. Entre el ruido de los saqueos y la algarabía
inmisericorde del oficialismo, las campanas de alarma han comenzado a
sonar y La Habana no puede estar sorda ante esos repiques preocupantes.
Para el gobierno de Raúl Castro no queda otra salida, a corto plazo, que
poner en práctica nuevas medidas aperturistas para amortiguar una
abrupta caída de la inyección económica venezolana.
*Economista cubano. Ex jefe de planeación estratégica de mercadotecnia
en la corporación CIMEX y autor de los libros Cuba: ¿tránsito silencioso
al capitalismo? y Marketing without Advertising, Brand Preference and
Consumer Choice in Cuba. Es presidente de Havana Consulting Group, en Miami.
http://cafefuerte.com/cuba/8881-venezuela-la-transfusion-economica-que-se-agota/
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