Monday, November 25, 2013

Militares atentos a señales de descontento social en Venezuela

Publicado el lunes, 11.25.13

Militares atentos a señales de descontento social en Venezuela
ANTONIO MARIA DELGADO
ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM

Las medidas adoptadas por el régimen de Nicolás Maduro para obligar a
los comerciantes a vender sus productos a bajos precios lucen cada vez
más como una estrategia de alto riesgo ante pronósticos de que agravará
la ya aguda escasez y el creciente descontento popular hasta el extremo
de provocar un estallido social que pondría a prueba la lealtad de los
militares.

Expertos consultados por El Nuevo Herald dijeron que los militares
—muchos de los cuales forman parte del ala más pragmática del chavismo—
ven con preocupación el acelerado deterioro de la economía venezolana y
manejan escenarios de disturbios y agitación social que podrían
obligarles a intervenir para poner orden.

"En este momento, el estallido luce inminente. El gobierno ya lo tiene
como un escenario y la Fuerza Armada Nacional sabe que es una
posibilidad muy real", comentó desde Londres Diego Moya Ocampos,
analista para América Latina de IHS Country Risk.

"[De producirse], allí es que terminaría interviniendo la fuerza
militar. Pero la elección de cual tendencia [política] terminará
apoyando va a depender de la interpretación de las causas del estallido
que termine imponiéndose, y hacia donde va ese estallido", agregó.

Según Moya, Maduro ha gastado tiempo y recursos en proyectar la noción
de que los problemas de escasez del país han sido causados por la guerra
económica emprendida por los empresarios en un intento de librar a su
gestión de toda responsabilidad, precisamente estando al tanto de este
escenario.

DIFERENTES ESCENARIOS

Una de las posibilidades es que la crisis sea atribuida directamente al
mandatario, y no necesariamente al chavismo, lo que podría llevar al ala
militar del movimiento, posiblemente liderada por el actual presidente
de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, a tomar las riendas del poder
diciendo que ellos son los verdaderos garantes del legado del fallecido
Hugo Chávez.

"Esa sería la versión que Diosdado Cabello va a querer rescatar. No
sería la ideal, pero sería la que él trataría de rescatar para decir,
bueno, el pueblo está contra Maduro, pero no contra el chavismo", dijo Moya.

Otra posibilidad es que el descontento popular sea expresado contra el
chavismo en su conjunto, "lo que pondría fin al ciclo y haría necesaria
la conducción del país hacia una nueva etapa", agregó.

La tercera posibilidad es que Maduro tenga éxito de convencer a los
venezolanos que la oposción y los empresarios son los responsables de la
crisis.

De cierta manera, los riesgos de un estallido social fueron
incrementados por el propio Maduro, quien semanas atrás obligó a los
comerciantes del país a vender sus mercancías por debajo de los costos
de reposición, bajo amenaza de arrestarles, confiscarles sus negocios o
permitir que sus locales sean saqueados.

La práctica condujo a un violento recorte de los precios, pero son muy
pocos los comerciantes que ahora se muestran dispuestos a adquirir nueva
mercancía, lo que augura que muchos locales tendrán sus anaqueles vacíos
para finales de diciembre llevándoles a cerrar sus puertas
indefinidamente para el primer trimestre del próximo año.

La última iniciativa de Maduro se asemeja a la aplicada por Zimbabue a
mediados de la década pasada, que llevó al país africano a registrar una
tasa de hiperinflación de 42,000 billones por ciento.

DESEQUILIBRIOS 'REVOLUCIONARIOS'

Pero el problema de escasez y alta inflación son el resultado de los
desequilibrios acumulados bajo los últimos 14 años de la "revolución
bolivariana", proceso de hostigamiento empresarial que destruyó parte de
la producción nacional, obligando al régimen a gastar un número cada vez
mayor de petrodólares en la importación de productos.

Ante la gravedad de la crisis, cuyos embates fueron empeorando
gradualmente con el correr del año pasado, los militares habían esperado
que Maduro adoptara un política económica mucho más pragmática para
corregir los desequilibrios y el heredero de Chávez al inicio dio
muestras de estar dispuesto a hacerlo, al ofrecer tender puentes con los
empresarios y relajar el estricto control cambiario que asfixia a la
economía.

Pero Maduro terminó dando un giro de 180 grados, cediendo ante las
presiones del ala más ortodoxa del chavismo, la cual es la más cercana a
La Habana y lucha por instaurar un régimen de corte castrista en el país.

Esa afinidad con Cuba, y en especial la injerencia directa del régimen
castrista en el gobierno de Venezuela y dentro de las Fuerzas Armadas es
muy mal vista por los militares, dijo el presidente de la Organización
de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Vepex), José Colina,
un militar exiliado que se mantiene en contacto con sus compañeros de armas.

"En los cuadros medios es donde hay una mayor inconformidad, y es donde
hay mayor rechazo a la imposición del modelo comunista en Venezuela",
comentó Colina.

"También les molesta enormemente la presencia de elementos cubanos en
las instalaciones militares, que ya es abierta y descarada", señaló.

Pero esa presencia cubana en los cuarteles precisamente ha sido uno de
los principales herramientas empleadas por Maduro para ejercer un más
sólido control sobre las Fuerzas Armadas.

"Maduro se ha venido haciendo fuerte dentro de las Fuerzas Armadas a
través de ascensos y cargos y a través del trabajo de inteligencia de
supervisión y control que ejercen los cubanos dentro de las fuerzas
armadas", relató la fuente.

"El ha venido captando mucha gente. La vigilancia. El espionaje.
Presionan los tipos [oficiales] más frágiles. Aquellos que descubre con
ciertos problemas, no solamente profesionales, sino también personales,
problemas domésticos de su casa. En eso [los cubanos] son unos
especialistas", dijo.

Según la fuente, los cubanos también están en control de la facción que
controla a unos 3,000 milicianos venezolanos que prestan servicio en el
país.

GRUPO NACIONALISTA

Aun así, los militares con Maduro no son los más numerosos dentro de la
organización castrense.

El más numeroso consiste del denominado grupo nacionalista, en el que
Cabello ejerce cierto liderazgo, y que en el fondo siente menos afinidad
por la injerencia cubana.

Pero el rechazo hacia los cubanos es aún mayor entre los integrantes del
tercer grupo, conformado por los llamados "militares institucionales", o
oficiales que sienten una mayor lealtad por el respeto de la
Constitución y de las leyes que hacia el chavismo.

"Pero ese es un grupo disperso, perseguido, de poca cohesión y muy
vigilado. Ese grupo es quizás menos numeroso", dijo la fuente.

Un cuarto grupo pertenece a oficiales no alineados, quienes están más
centrados en su carrera y han mostrado indiferencia por la situación
política del país.

Pero independientemente del grupo al que pertenezcan, un estallido
social dejaría pocas dudas dentro de la organización militar que tendría
que intervenir para poner orden, dijo Moya.

"Van a ver facciones dentro de los militares que van a resistir un
cambio, particularmente si este beneficia a la oposición, pero ellos
internamente van a dirimir esas controversias para garantizar la
estabilidad política y garantizar que no hayan enfrentamientos entre los
venezolanos", comentó.

El analista agregó que el alto mando no tendría más alternativa que
intervenir.

"En el momento que no se pueda garantizar que vaya a haber un
derramamiento de sangre en las calles. Ahí es que saldaran a intervenir,
porque de lo contrario correrían el riesgo de que sus subalternos se les
subleven al ver que no están en condición de controlar a la institución
militar y garantizar el consenso entre las distintas facciones de
militares", dijo.

Siga a Antonio María Delgado en Twitter: @DelgadoAntonioM

http://www.elnuevoherald.com/2013/11/25/v-fullstory/1622828/militares-atentos-a-senales-de.html

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