¡Samán, presidente! ¡Viva Cuba!
MIGUEL BAHACHILLE M. | EL UNIVERSAL
lunes 25 de noviembre de 2013 12:00 AM
El escenario escatológico profetizado por el señor Samán hace dos meses
cuando señaló que podría controlar la inflación siempre que dispusiera
de 1.500 inspectores mordientes, ha sido sobrepasado con creces. Ahora
cuenta con decenas de miles de inspectores. La ministro de la Defensa,
secundada por generales de alto rango, declara que el plan para
intervenir comercios cuenta con el apoyo de todo el ejército. Así las
ideas de Samán, per se, se convierten en el "programa de gobierno" del
régimen. Que ese edicto de Samán, copiado por Maduro, haya servido para
estimular el saqueo, invadir bienes privados, forzar ausencia laboral
del 30%, poco importa. Lo relevante es el fortalecer el socialismo.
La excusa perfecta de los ineptos para justificar sus fracasos se
sustenta en la ficción de contar con un manifiesto revolucionario que,
como todo proceso de cambio, se rige por un mandato del pueblo también
"revolucionario". No importa que la gente padezca la ruina en los
ámbitos de seguridad, electrificación, economía, educación, salud y
subestructura. Los destructores han retomado la expresión gastada del
"socialismo igualitario" para exculparse, mientras los oportunistas
corruptos de siempre se pervierten aún más.
La bufonada de disfrazarse de revolucionario viene adornada con una
fabricación, también bufa, de que este escalón justo y de equidad social
será la antesala para llegar al "socialismo justiciero del siglo XXI"
promovido por el finado. Así en lo sucesivo los oficialistas, ayudaditos
por el manejo discrecional del erario, serán socialistas o lo que fuere
siempre que el nuevo modismo no perturbe sus arcas "trabajadas dentro de
la revolución".
No es exagerado decir que Venezuela se ha convertido en un Estado
policial. La policía, Guardia Nacional, Fiscalía, tribunales, hacen uso
de la intimidación física o psíquica para imponer una idea. Ya no
interactúan con el ciudadano para ayudarlo a regular los conflictos. Lo
peor es que se han especializado en justificar la violencia luego de
usarla en exceso. Ese escenario perturbador pretende imponer la
mentalidad del soldado por encima del Estado de Derecho. En otras
palabras, el modelo Samán-Maduro implica sustituir los derechos civiles
por la violencia al talante cubano. Ya no cabe el lema "proteger y
servir" si más de la mitad de la población es vista como enemiga.
Hoy, más que nunca, el país requiere de formaciones políticas capaces de
tramitar las reivindicaciones del ciudadano desconcertado que deambula
entre los resquicios de la maraña anárquica buscando respuestas. Bajo el
actual esquema no es posible encontrar la ponderación sistémica estatal
que se precie como tal. Venezuela no necesita revolución alguna. Si el
Estado no se purga de los merodeadores que simulan tener cualquier
ideología de turno con tal de resguardar sus recónditos bolsillos, el
país seguirá en barrena hacia la hecatombe.
Por lo pronto el perfil del Estado Formal ha colapsado. Para restituirlo
se requerirá de dos generaciones siempre que se asuma la vía
institucional adecuada, lo cual no ocurrirá bajo este régimen. Basta
percibir la conducta de gendarme asumida por Maduro para corroborarlo.
¿Duda alguien que el camino seguido es el cubano? ¿Cuál es la salida?
Los autócratas sólo temen al poder del voto pues a través de éste se
asienta la convicción ciudadana, la cual no puede ser revertida ni con
la violencia a menos que se declare públicamente el estatus dictatorial.
El 8-D, es la gran oportunidad para decir si queremos cambiar o
continuar con este proceso extenuante que nos lleva a Cuba.
miguelbmer@gmail.com
@MiguelBM29
http://www.eluniversal.com/opinion/131125/saman-presidente-viva-cuba
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