Publicado el domingo, 11.10.13
Heil Maduro!
MANUEL CORAO
"La voluntad del Führer ha quedado establecida totalmente, los votos ya
no importan más. Solo el Füher decide. Esto ha sucedido más rápidamente
de lo que esperábamos".
Joseph Goebbels, Alemania, 1933
Cuando analizamos los hechos históricos de finales de siglos XIX y XX
sin duda el marxismo cala en el ánimo de una sociedad paupérrima
hambrienta de cambios y marca generaciones. En Rusia el zar Nicolás II,
aburrido de tanto poder, gozaba de la nada envidiable fama de
sanguinario, además de acumular derrotas militares y económicas.
Las condiciones estaban dadas para la insurgencia de la revolución
burguesa y el movimiento bolchevique en octubre de 1917. En la década de
los veinte irrumpe en la escena del manejo germano Adolfo Hitler quien
con el tiempo, de hecho, elabora un manual para mantenerse en el poder.
Su libro Mi Lucha pasa a formar parte del texto en la cabecera de
dictadores, como también de ambiciosos personalistas quienes obtienen la
victoria con el óvalo comicial.
En la Alemania de los treinta, el prusiano asciende al poder por los
votos. Luego de estos comicios convence al vetusto presidente Paul von
Hindenburg de disolver el parlamento para convocar nuevas elecciones.
Acto seguido de los comicios solicita una ley habilitante. El fin en
papel: "La solución de los grandes males que aqueja al pueblo". En
franca minoría legislativa el austro-germano planifica hechos delictivos
de envergadura y proceden a incendiar, por orden del Führer, el centro
legislativo a través de sus aliados del partido nazi. El gobernante
culpa los comunistas de la acción indiciando a un ciudadano común como
agente de la III Internacional bolchevique, de la gestión criminal.
En escalada policial y de terrorismo judicial Hitler disminuye el número
de disidentes legislativos para obtener las dos terceras partes
exigidas. Desaparición de diputados o sus familiares se convierten en
vicisitudes de habitual accidente o encargo hamponil. Así elimina 81
diputados, pero no es suficiente.
Cuando tales excesos no logran su meta, modifican abruptamente el
reglamento de debates rebajando el quórum y la mayoría requerida,
violentando el estado derecho ante la ausencia de la bancada comunista
quienes habían roto el quórum.
Una vez lograda la tan ansiada habilitante, Hitler se distancia de los
poderes públicos representando él y solo él al estado. A capricho cambia
inclusive la Constitución nacional. Lo que se inició con instrucciones
ilícitas sobre el estatuto de argumentaciones, seguido de intimidación
por montoneros sobre personas del SA milicia del NSDAP, partido
nacionalsocialista alemán; siguió con la II Guerra Mundial y la
aniquilación de más de 50 millones de personas.
A pesar de la derrota militar definitiva sufrida en el litoral belga, el
resumen esmerado por el austriaco-germano ha sido aplicado por
gobernantes inescrupulosos en América Latina como Fidel Castro de Cuba,
Daniel Ortega de Nicaragua, Hugo Chávez de Venezuela, Alberto Fujimori
de Perú y ahora el impopular Nicolás Maduro, entre otros actuales y una
decena de aspirantes.
El mandatario venezolano sabe que más temprano que tarde se alejará de
la autoridad común consecuencia de su divorcio con los gobernados. Una
acelerada espiral inflacionaria, pérdida de la capacidad adquisitiva del
signo monetario, desabastecimiento de productos básicos de la dieta de
los venezolanos, junto a disipadas posiciones de trabajo, corrupción y
hampa desatada, amenazan con una implosión social. Para el jerarca urge
una vía de sometimiento del hombre de a pie.
Al igual que Hitler requería del 14% de los diputados, Maduro necesita
de una mayoría que pende de un legislador. La oposición, consciente de
su responsabilidad, de manera unida, rechaza el instrumento nomotético
pretendido y no conviene con los oficialistas. La MUD interpreta
cabalmente los peligros que corre la democracia.
El inquilino de Miraflores, junto a la Fiscal General de la República y
en concierto con el Tribunal Supremo de Justicia, acosa los asambleístas
a quienes indican delitos privados prescritos, con penas
desproporcionadas al intentar convertirlos en criminales para recluirlos
en prisión o apoyen la ordenanza.
Ante la ley habilitante que espera el ejecutivo nacional es expresa el
diputado opositor Héctor Mata: "Las mafias en el gobierno tienen
absoluto control del manejo de las divisas, de las colocaciones
bancarias, la contratación de pólizas de seguro de organismos públicos y
la contratación de obras públicas, algo que nos obliga a formalizar con
urgencia el planteamiento de una depuración institucional". "La ley
habilitante que propone Maduro sólo le dará más poder a corruptos",
puntualiza.
Al igual que Hitler, Maduro pretende exterminar la disidencia en la
nación a través de reclusiones forzosas para erigirse como el Führer
venezolano. No permitas que ello suceda.
Director de Venenoticias.
http://www.elnuevoherald.com/2013/11/10/1610339/manuel-corao-heil-maduro.html
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