Venezuela
Chávez traiciona a Bolívar
Bertrand de la Grange
Madrid 14-10-2012 - 10:27 am.
'Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo
ciudadano en el Poder', escribió Bolívar.
"Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo
ciudadano en el Poder. El Pueblo se acostumbra a obedecerle y él a
mandarlo, de donde se originan la usurpación y la tiranía". La
advertencia lanzada por Simón Bolívar el 15 de febrero de 1819 ante el
Congreso de Angostura, donde presentó su proyecto de Constitución, cobra
actualidad ahora que Hugo Chávez se prepara a ejercer su cuarto mandato
presidencial en Venezuela. El ideario político del Libertador, rescatado
oportunamente por las redes sociales, pone en evidencia a su
autoproclamado heredero, que va camino de convertirse en un auténtico
dictador, aunque sea por la vía electoral.
La oposición no discute la victoria de Chávez, que ha ganado con una
diferencia de diez puntos sobre Henrique Capriles, el candidato de la
Mesa de la Unidad Democrática (MUD), una amplia coalición de partidos de
izquierda y de derecha. "Aquí no hubo fraude", dijo Capriles, que quiso
parar en seco las protestas de algunos de sus partidarios, convencidos
de que sí hubo manipulaciones electrónicas de las listas electorales. El
líder de la oposición busca evitar "el radicalismo que tanto daño ha
hecho a Venezuela" y, al mismo tiempo, mantener la dinámica actual en
previsión de las elecciones para gobernadores estatales, el próximo 16
de diciembre. A pesar de la enorme diferencia de recursos a favor de los
candidatos chavistas, que se benefician de toda la maquinaria del
Estado, la MUD mantiene su apuesta por la vía electoral.
Ahora bien, ¿por qué ha ganado Chávez y, además, con una ventaja
superior a la que pronosticaban las encuestas? Casi todos los analistas
llegan a las mismas conclusiones. "Chávez sigue demostrando que nadie
administra como él la esperanza de los pobres", dice Alberto Barrera,
coautor de una excelente biografía del caudillo (Chávez, sin uniforme,
Editorial Debate). Es un gran comunicador, populista y demagogo, que no
duda en dirigirse directamente a "su" pueblo a través de cadenas
televisivas obligatorias. El Gobierno dispone de recursos petroleros
colosales para financiar programas sociales muy amplios. Las
estadísticas oficiales muestran una reducción sustancial, en los últimos
doce años, de la pobreza, de la desigualdad y de la mortalidad infantil.
Y, como colofón, los chavistas sacan siempre a relucir la encuesta
realizada en varios países por Gallup, que ubica a Venezuela como la
sexta nación "más feliz del mundo", detrás de Dinamarca, Suecia, Canadá
y Australia, y por delante de Estados Unidos.
Tanta felicidad puede sorprender en un país que figura entre los más
violentos del planeta y donde la tasa de criminalidad se ha duplicado
desde la llegada de Chávez al poder, en 1999. La violencia, que afecta
sobre todo a la clase media y a los pobres, es el principal punto negro
en el balance del Gobierno, además de la corrupción y del derroche de
los recursos nacionales para financiar a los regímenes amigos, empezando
por Cuba. ¿De qué sirve mejorar el nivel de vida de los pobres si el
Estado es incapaz de garantizar el derecho a la vida? Sin embargo, los
resultados electorales parecen indicar que la mayoría de los ciudadanos
desconfían también de la oposición para luchar contra la criminalidad.
A pesar del avance espectacular conseguido por Capriles, si se compara
con las tres elecciones presidenciales anteriores, la oposición sigue
pagando el precio de los atropellos cometidos por los Gobiernos de los
años 80 y 90. Después de la derrota del 7 de octubre, algunos opositores
han llegado a la conclusión de que "con los votos no existe ni la más
remota posibilidad de desplazar a Chávez del poder". A diferencia de
otros países democráticos, como España, donde el socialista Felipe
González también ganó cuatro elecciones consecutivas y gobernó durante
14 años, antes de ser derrotado en 1996 por el conservador José María
Aznar, el caudillo bolivariano no parece dispuesto a permitir la
alternancia en Venezuela. Sus amenazas —si no gano yo, habrá guerra
civil—, sus transgresiones repetidas de la ley electoral y su desprecio
por la oposición son síntomas claramente antidemocráticos.
Hay, pues, motivos para sospechar que Chávez y su entorno no están
dispuestos a ceder el poder en caso de derrota. Para ellos, la oposición
no existe porque no es el "pueblo", ese "pueblo bolivariano" que solo
puede votar por los dirigentes actuales. Es sintomático que el caudillo
usara siempre descalificaciones e insultos groseros a lo largo de la
campaña electoral cuando hablaba de Capriles. Cuando éste se comunicó
con él para felicitarle, entonces, "por primera vez", Chávez lo llamó
por su apellido. Al discípulo de Bolívar le falta mucho camino por
recorrer para subsanar ese déficit democrático.
http://www.diariodecuba.com/internacional/13475-chavez-traiciona-bolivar
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