Venezuela: "Contrabandear leche deja más dinero que la cocaína"
Testimonios de cómo funciona la red de tráfico de alimentos en un país
donde los supermercados están vacíos. Un entramado en el que están
implicadas todas las fuerzas del régimen de Maduro
jueves, marzo 19, 2015 | Cubanet
En una discreta bodega venezolana, muy cerca de la frontera con
Colombia, se esconden varias toneladas de arroz, empacadas y listas para
ser contrabandeadas. Hoy es arroz pero mañana será salsa de tomate,
leche, pasta de dientes o máquinas de afeitar.
El jefe de esta operación, un contrabandista que luce una barba de tres
días, ropa deportiva y trabaja para un sujeto que apoda el "Carteludo",
tiene que coordinar el transporte de las toneladas del grano y de otros
tantos productos, no se despega de un celular en el que le llegan
mensajes de texto sin parar, que confirman que otro cargamento viene en
camino de Caracas.
"Mover un camión de leche deja más dinero que la cocaína", dice el
contrabandista, que prefiere no dar su nombre por miedo a ser
identificado y detenido. Se inició en este negocio transportando
gasolina de un lado a otro y hoy maneja una red de unas 150 personas
dedicadas al tráfico ilegal de alimentos.
Mientras los venezolanos se ven obligados a hacer largas filas frente a
los supermercados para conseguir productos de primera necesidad, los
contrabandistas viven su mejor momento gracias a la diferencia de
precios de los productos básicos entre los dos países. Un kilo de arroz
cuesta en Venezuela 26 bolívares, unos 10 centavos de dólar, pero en
Colombia el mismo producto vale 15 veces más. Una crema dental cuesta
hasta 27 veces más del lado colombiano de la frontera.
La gasolina también es un gran negocio. Un galón (cuatro litros) de
combustible no cuesta ni un centavo en Venezuela en comparación con los
tres dólares de Colombia. El Gobierno calcula que las pérdidas por
gasolina oscilan entre 50.000 y 100.000 barriles al día, lo que supone
unos 3.000 millones de dólares al año, un 1,5% del PIB venezolano a
precios internacionales.
El gobierno de Venezuela estableció una política de control de precios
hace una década, bajo el gobierno socialista del presidente Hugo Chávez.
Pero una economía dependiente del petróleo, como la venezolana, que ha
sido víctima de una mala gestión y que ahora está siendo azotada por la
caída de los precios mundiales del crudo, creó una escasez de dinero
efectivo que hace casi imposible adquirir estos productos básicos
importándolos.
Con la caída del valor del bolívar frente al dólar y el peso colombiano,
revender productos básicos al otro lado de la frontera se ha convertido
en un negocio irresistible.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro atribuye el desabastecimiento
en los supermercados a una "guerra económica" promovida por Estados
Unidos y las élites del país, de la que, dice, el contrabando forma
parte. Para ello ha desplazado a más soldados a la porosa frontera con
Colombia de 2.200 kilómetros (1.400 millas), decidió cerrar la aduana
durante la noche y aumentar gradualmente las penas de cárcel para los
contrabandistas.
También han comenzado instalar unos 20.000 captahuellas para racionar la
cantidad de productos que una persona puede adquirir y proyecta la
instalación de cámaras en los puestos de control de la carretera y la
creación de una "zona económica especial" entre los dos países.
En los últimos siete meses, el Gobierno ha decomisado 12.000 toneladas
de productos de contrabando que van desde fertilizantes hasta comida
para animales o mayonesa. Según el general Efraín Velasco, máximo
responsable militar en la frontera, "lo decomisado es suficiente para
alimentar durante 15 días a los 1.700.000 habitantes de Táchira", dijo a
la AP.
El contrabando vive su mejor momento gracias a que detrás existe una
gigantesca red de corrupción que involucra a las mal pagadas fuerzas de
seguridad de Venezuela. Una red que empieza en Caracas y termina en la
aduana de San Antonio del Táchira, en la frontera, a 20 horas en camión.
Un entramado en el que están implicadas todas las fuerzas de seguridad
del Estado que vigilan las carreteras: la Guardia Nacional, la Policía
Nacional Bolivariana, el departamento de inteligencia Sebin y miembros
del Ejército, quienes reciben en cada puesto de control de la carretera
sobornos varían entre 10 y 40 dólares por carga, sumas nada
despreciables en Venezuela.
Una legislación creada con decretos de emergencia económica aprobada el
año pasado ha hecho del transporte de alimentos, sobre todo a ciudades a
lo largo de la frontera, una operación tan complicada y vigilada con
exportar un tesoro nacional. Pero la estrategia que siguen las redes del
contrabando les permite obviar estos controles.
Source: Venezuela: "Contrabandear leche deja más dinero que la cocaína"
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