Brasil no es Venezuela, pero Caracas se parece cada vez más a La Habana
a la hora de pagar
Redacción CE, Madrid | 20/03/2015 1:58 pm
Hasta ahora la razón principal para el silencio de Brasil —algunos lo
llaman incluso complicidad— ante la graves situación política y social
en Venezuela era más económica que ideológica. Pero esta situación
podría cambiar en la medida que la crisis económica de ambos países se
acentúa.
Las empresas brasileñas tienen un abanico amplio de actividades en la
patria de Bolívar, desde la colocación de alimentos y otros bienes de
consumo en un mercado con serios problemas de escasez hasta grandes
obras de infraestructura, informa BBC Mundo.
La constructora Odebrecht, por ejemplo, tiene una docena de proyectos en
Venezuela, incluida la ampliación del metro de Caracas, el tendido de un
puente de 11,4 kilómetros sobre el Lago de Maracaibo (al oeste del país)
y el desarrollo de la central hidroeléctrica Tocoma (al este).
Brasil nunca ocultó que veía en la Venezuela socialista de Hugo Chávez
un mercado atractivo para sus empresas.
"La presencia de Venezuela en el Mercosur (…) abre oportunidades a
varios emprendimientos", dijo la presidenta brasileña, Dilma Rousseff,
cuando dio la bienvenida al país vecino y rico en petróleo al bloque
regional, en julio de 2012.
Y varios números sugieren que la apuesta brasileña rindió sus frutos.
Sólo el año pasado, el gigante sudamericano tuvo en su intercambio
comercial con Venezuela un superávit de $3.450 millones.
Para Brasil ese saldo positivo fue a contramano de su balanza comercial
total, que el mismo 2014 registró su primer déficit anual en lo que va
de este siglo.
Brasil obtuvo muchos beneficios económicos en Venezuela a lo largo de
los últimos 15 años y el chavismo era un socio comercial confiable.
Por ello Brasilia siempre ha preferido mirar hacia otro lado, o
limitarse a una tibia declaración, ante las repetidas violaciones de
derechos por parte del régimen de Caracas.
Expertos como Oliver Stuenkel, profesor de relaciones internacionales en
la Fundación Getulio Vargas, con sede en São Paulo, calculan que las
empresas brasileñas tienen contratos en Venezuela por unos $20 mil millones.
"Chávez y (su sucesor Nicolás) Maduro dieron preferencia a las
inversiones brasileñas", indicó Stuenkel a BBC Mundo.
Pero esa relación enfrenta desafíos inéditos ahora que Venezuela pasa
crecientes problemas económicos, tensiones políticas y surgen reclamos
de una actitud más firme de Brasil ante el gobierno "amigo".
Hasta ahora la administración de Rousseff evitó criticar directa y
públicamente a Maduro, lo que contrasta con la actitud de Estados
Unidos, otro actor clave en el hemisferio y socio comercial importante
de Caracas.
Brasil expresó su inquietud por la situación venezolana tras el arresto
del alcance de Caracas, Antonio Ledezma, pero algunos creen que la
actitud ha sido muy "tímida".
El presidente estadounidense, Barack Obama, declaró a Venezuela una
amenaza para la seguridad nacional y ordenó sanciones contra siete altos
funcionarios de ese país.
En cambio, Brasil ha medido sus palabras sobre Venezuela desde el
arresto el mes pasado del alcalde de Caracas, el opositor Antonio
Ledezma, acusado por el gobierno de Maduro de participar de un supuesto
plan para derrocarlo.
La Cancillería brasileña primero señaló que acompañaba "con gran
preocupación la evolución de la situación en Venezuela". Pero la propia
Rousseff calificó el arresto de Ledezma como una "cuestión interna" de
ese país.
Al igual que lo hizo el año pasado tras las manifestaciones
antigubernamentales que fueron reprimidas en Venezuela, Brasil llamó a
retomar "el diálogo" en el país, a través de la Unión de Naciones
Sudamericanas (Unasur) y el apoyo del Vaticano.
Grupos defensores de los derechos humanos como Human Rights Watch y
Amnistía Internacional han criticado la posición de Brasil —el primero
la calificó de "tímida"— ante la "prisión arbitraria" de opositores y
otros abusos que afirman que se cometen en Venezuela.
Opositores brasileños acusaron al gobierno de Rousseff de ser "cómplice"
de Maduro y actuar en función de vínculos ideológicos con las
autoridades vecinas.
Sin embargo, Stuenkel calificó esta visión como "simplista".
"La cuestión económica (en Venezuela) es más importante que cualquier
factor político", sostuvo. "El comportamiento brasileño hasta hoy fue
principalmente pautado por intereses económicos".
El propio gobierno brasileño ha buscado empresas brasileñas que
abastezcan productos básicos a Venezuela para aliviar la crisis, tras al
menos dos pedidos personales de Maduro a Rousseff, informó el diario
Folha de S. Paulo el martes.
Pero ahora la caída del precio del petróleo es uno de los factores que
complican los negocios entre Brasil y Venezuela.
Las dificultades de los importadores venezolanos para obtener dólares ha
provocado importantes atrasos de pagos a los exportadores brasileños,
mientras que empresas brasileñas instaladas en el país vecino también
tuvieron problemas para enviar fondos a la matriz.
La Cámara de Comercio Venezuela-Brasil calculaba a comienzos de año que
esos atrasos sumaban $5.000 millones. Pero un funcionario venezolano que
habló en condición de anonimato por tratarse de un tema sensible dijo a
BBC Mundo que la cifra podría llegar al doble.
Welber Barral, exsecretario brasileño de Comercio Exterior y socio de la
consultora Barral M Jorge, señaló que los atrasos varían según del ramo
del exportador y que a clientes suyos del área de los alimentos "les
están pagando".
Sin embargo, indicó que los atrasos que hubo en general y los problemas
de liquidez que causó a Venezuela el desplome del precio del petróleo
provocaron una reciente contracción del comercio bilateral.
La caída de las exportaciones comienza a preocupar al gobierno de Rousseff.
Las exportaciones brasileñas a Venezuela cayeron 47 % en los dos
primeros meses de este año respecto al mismo período de 2014, mientras
el superávit del intercambio se redujo 53 %.
La situación ha llegado a tal punto, que al parecer el gobierno de
Rousseff ha estudiado si plantearle a Venezuela que las exportaciones
brasileñas tengan como garantía el petróleo de la estatal PDVSA o sus
derivados, para "desmonetizar" el comercio, informó el diario brasileño
Valor Económico a fines de enero.
Pero Barral dijo a BBC Mundo que eso sería insuficiente, ya que Brasil
produce el mismo tipo de petróleo que su vecino. "Brasil no tiene qué
importar" de Venezuela, resumió.
Con crecientes dificultades políticas y económicas también en Brasil
—que incluyen un creciente descontento social doméstico, una devaluación
de más de 20 % del real ante el dólar este año y una inflación a 12
meses que en febrero llegó al máximo en una década— muchos creen que lo
último que quiere Rousseff es más inestabilidad en Venezuela.
"No se puede decir que el impacto de un colapso venezolano afectaría
apenas algunos sectores de la economía brasileña", dijo Stuenkel. "En la
situación actual, con tantas noticias negativas, sería otro factor que
afectaría de manera muy negativa el cuadro".
Source: Brasil no es Venezuela, pero Caracas se parece cada vez más a La
Habana a la hora de pagar - Noticias - Internacional - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/internacional/noticias/brasil-no-es-venezuela-pero-caracas-se-parece-cada-vez-mas-a-la-habana-a-la-hora-de-pagar-322307
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