Friday, December 14, 2012

Los Castro, Chávez, Maduro y el Plan B

Venezuela, Hugo Chávez

Los Castro, Chávez, Maduro y el Plan B

Para Fidel y Raúl Castro no ha habido sorpresas con la salud de Hugo Chávez

Eugenio Yáñez, Miami | 12/12/2012 9:19 am

¿Hasta cuándo van a seguir pensando en Miami que el régimen cubano anda
de corre-corre por los recientes problemas de salud de Chávez? ¿Van a
seguir creyendo que todo esto no se sabía en La Rinconada y Punto Cero
desde hace mucho más de un año, y que los planes de contingencia no
estaban preparados, revisados y actualizados?

Si algunos cubanos y venezolanos en Miami continúan viendo solamente lo
que desean y no lo que tienen delante, seguirán las frustraciones. Ya
sucedió cuando las elecciones presidenciales en Venezuela,
posteriormente con las de Estados Unidos, y también con la "penúltima"
muerte de Fidel Castro. Y parecería que se quiere repetir el error en el
análisis de la actualidad de Venezuela.

Hay que tener claro, antes que todo, que la enfermedad de Chávez no es
una farsa montada en La Habana o en Caracas para apelar al
sentimentalismo de los votantes. Interrumpir la programación de la
televisión cubana a una hora de máxima audiencia, para retransmitir las
palabras de Chávez en Caracas anunciando la recurrencia del cáncer, y el
viaje urgente a La Habana para operarse una vez más, denota la gravedad
de la situación. De igual forma se interrumpió la programación de la
televisión cubana cuando Fidel Castro delegó "provisionalmente" sus
cargos en julio de 2006.

Tan seria parece la situación que el presidente ecuatoriano Rafael
Correa llegó de urgencia a La Habana. Ante una eventual ausencia de
Chávez, el único dirigente "bolivariano" con talla intelectual para
ejercer una acción continental sería Correa: ni Evo Morales ni Daniel
Ortega darían para eso. De manera que si Nicolás Maduro es el designado
para el interior de Venezuela, Rafael Correa lo es para el continente
latinoamericano: Maduro no será el heredero "continental" de Hugo
Chávez. Y ninguno de estos resultados ha sido improvisado en estos días:
todo esto estaba previsto en el "Plan B".

No por gusto Chávez designó a Maduro como vicepresidente ejecutivo tres
días después de su triunfo en las elecciones del 7 de octubre de este
año, pero no para el nuevo período que debería comenzar el 10 de enero
del 2013, sino con efectos inmediatos: podría tener que hacerse cargo
del gobierno en cualquier momento.

Maduro fue aprobado por los hermanos Castro (en este tema Fidel Castro
no puede ser desplazado) de conjunto con Hugo Chávez, hace ya muchísimo
tiempo. Si los tres vieron en él al "sucesor" fue porque consideran que
tiene capacidad para ejercer el poder sin poner en peligro al régimen en
La Habana. De lo contrario, hubiera sido vetado. Y abundante información
y entrenamiento debe haber recibido desde que fue seleccionado.

La primera reacción en Miami, o al menos la más sonada, ha sido destacar
que "el autobusero" Nicolás Maduro, sucesor designado en La Habana y
anunciado por Chávez, no tiene estudios superiores y no pasó de la
enseñanza media, por lo que no tendría ningunas perspectivas en Caracas.

A los hermanos Castro no tiene que preocuparles demasiado la escolaridad
del señor Maduro, cuando han tenido entre los dirigentes cubanos más
encumbrados a comandantes como Juan Almeida, Ramiro Valdés o Guillermo
García, ninguno de los cuales con más estudios que Nicolás Maduro.

Además, a los "iluminados" que se refieren a la escolaridad del
aspirante a sucesor con un tono a veces demasiado sarcástico o
despectivo, hay que recordarles que en esa misma situación escolar están
Raúl Castro, Hugo Chávez, Evo Morales y Daniel Ortega, y eso no ha
impedido que ejerzan el poder por mucho tiempo ni destrocen
continuamente a sus adversarios. Ni tenían estudios universitarios
Stalin, Nikita Jrushov, Mao Tse Tung, Ho Chi Minh o Kim Il Sung. Y si
vamos a los extremos, salvando todas las distancias morales y
democráticas, y en condiciones absolutamente diferentes de espacio y
tiempo, tampoco Ronald Reagan tenía estudios universitarios. De manera
que sería una buena idea buscar mejores argumentos para entender la
realidad venezolana y no limitarse a pretender descaracterizar por
ignorante a quien muy bien pudiera ser el próximo presidente electo
venezolano.

¿Sacrilegio? ¿Le sorprende a alguien lo que acabo de decir? Entonces
sería interesante preguntarse con seriedad quién, dentro de una
oposición democrática en franco deterioro y dispersión tras la derrota
de octubre, podría ganarle al "guagüero" Nicolás Maduro, apoyado con
todos los recursos "operativos" desde La Habana, en unas elecciones
presidenciales venezolanas en los próximos meses.

¿Henrique Capriles? Después de las elecciones de octubre Capriles
cometió el error de renunciar a su protagonismo nacional, tan
maravillosamente ganado, para aspirar a la gobernación de un Estado, con
lo cual la oposición organizada perdió el alcance nacional logrado, y
cada líder oposicionista se fue por su camino. Según las encuestas,
Capriles no podría derrotar ahora al ex vicepresidente de Chávez Elías
Jaua, personaje gris y anodino, que lo aventajaría por varios puntos. El
domingo se podrá saber la seriedad de tales pronósticos.

Otra cosa que no puede perderse de vista es que si Chávez estuviera
imposibilitado para gobernar el día en que debería tomar posesión del
nuevo mandato, el presidente provisional del país sería el presidente de
la Asamblea Nacional electo el día 5 de enero del 2013, cuando se supone
que sea reelecto Diosdado Cabello, quien deberá convocar elecciones en
un plazo de treinta días. Cabello, uno de los históricos bolivarianos,
se siente representante legítimo del regreso de Chávez al poder tras el
golpe de 2002, pero no es demasiado popular en las filas del chavismo, y
es un corrupto desmesurado, aunque en eso no es el único en el círculo
chavista.

Tanto para Maduro como para Cabello como presidentes provisionales será
muy importante la persona que designe para Vicepresidente Ejecutivo.
También en caso de una presidencia electa de Maduro si ganara unas
eventuales elecciones. Un Adán Chávez o un Alí Rodríguez Arique como
Vicepresidente serían rostros muy agradables a La Habana, aunque no los
únicos, resultando cualquiera de ellos un segundo al mando "duro", con
un Presidente "negociador" y afable, como sería presentado un Nicolás
Maduro presidente electo. Y quien sea designado vicepresidente tiene que
ser agradable en La Habana.

Hay quienes se preguntan ingenuamente si en estas complejas
circunstancias relacionadas con la salud de Chávez existe el peligro de
un golpe de Estado en Venezuela. Desconocen que un golpe de Estado
solamente sería posible si La Habana lo orquestara, y, por regla
general, quienes están en el poder no necesitan dar golpes de Estado.

No sabemos todavía los detalles de cómo se manejarán las relaciones con
los chavistas, los opositores venezolanos y los militares respetuosos de
la constitución en las nuevas realidades. Pero de lo que sí podemos
estar seguros es de que nada de eso se estará improvisando en estos
momentos.

Ya los tanques pensantes en La Habana llevaban mucho rato trabajando en
serio, mientras algunos en Miami fantaseaban sobre los destinos de Cuba
y Venezuela.

http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/los-castro-chavez-maduro-y-el-plan-b-282150

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