Thursday, December 6, 2012

La muy pacífica y revolucionaria narcoguerrilla colombiana

FARC, Colombia, Narcotráfico

La muy pacífica y revolucionaria narcoguerrilla colombiana

La guerrilla instala circo en La Habana con la prensa oficialista
haciendo de tarugo

Eugenio Yáñez, Miami | 06/12/2012 10:34 am

La estancia de guerrilleros colombianos en Cuba ha sido convertida en un
circo propagandístico, con la prensa oficialista cubana haciendo de
cómplice y de tarugo.

Quien pretenda conocer la realidad de Colombia en el último medio siglo
leyendo la prensa del régimen cubano este último mes, cuando se celebran
negociaciones en La Habana, puede terminar creyendo que Santa Claus baja
por las chimeneas, que los Reyes Magos viajan en camellos, que Fidel
Castro escapó a más de seiscientos atentados, o que la actualización del
modelo resolverá los problemas de la economía en Cuba.

Si Manuel Marulanda, el fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC), hubiera sido un adversario del régimen cubano, su
mujer, a quien la prensa oficialista cubana llama "Sandra", sin más
apellidos, sería mencionada como su concubina; pero como "Tirofijo", en
estos tiempos de escasez de guerrilleros victoriosos, viene a ser casi
un héroe nacional cubano, el periódico Juventud Rebelde, en una extensa
entrevista, la identifica como su "compañera sentimental".

La camarada, parte de una extensa delegación de narcoguerrilleros en La
Habana que incluye trece mujeres para conversaciones con el gobierno
colombiano, dice la periodista cubana que "tiene la misma dulzura en los
ojos y en las maneras" de cuando la conoció en Colombia hace años. Ambas
juegan continuamente con el idioma y los eufemismos que facilita la
propagandista del régimen con carnet de prensa: utilizan palabras
apropiadas para que los malos sean siempre los otros, para que el crimen
y los actos terroristas parezcan legítimos y revolucionarios, para que
las acciones del Gobierno colombiano para proteger al país sean
presentadas como actividades de "la oligarquía" en defensa de los ricos
y contra los pobres, que, naturalmente, son defendidos por los
guerrilleros: la eterna cantaleta de la revolución de los humildes, por
los humildes y para los humildes, de la que ya hemos podido comprobar
todos los beneficios que ha traído a los cubanos humildes en más de
medio siglo.

Así, en este laberinto de distorsiones y percepciones, subterfugios y
visiones muy peculiares sobre muchas cosas, se le intenta explicar
sutilmente a los cubanos dentro de la Isla, que no disponen de muchas
más fuentes de información que la prensa oficialista, que es
completamente falso que las FARC estén vinculadas al narcotráfico. Por
eso la inefable Sandra dice: "Una mentira dicha mil veces tiende a
volverse realidad. Las FARC, por donde quiera que transita, encuentra
muchos cultivos de coca. Pero, ¿por qué esos campesinos tienen que
cultivarla? Son desplazados de sus tierras por la violencia. Han perdido
sus cultivos y sus animales, y han sido relegados a lugares donde lo que
se da es exactamente la coca".

Caramba, menos mal, eso me da tranquilidad. No se trata de que las
guerrillas estén vinculadas al narcotráfico, como declaran vilmente el
imperialismo y la oligarquía, sino que en realidad todos esos camaradas
son una agrupación revolucionaria que cobra "impuestos" a quienes
comercializan la coca, no a los campesinos que la tienen que sembrar
porque el gobierno "fascista" no les deja otra opción. De paso, también
le cobran "impuestos" al comercio, la cerveza y la ganadería, pero eso
es secundario. Además, y para tranquilidad de todos los revolucionarios
del mundo, al fin y al cabo la culpa de todo recae sobre Estados Unidos,
por el alto consumo de drogas que hay en ese país, y porque su economía
"gira en torno a las ganancias del narcotráfico", nos dice Sandra.

Siguiendo con las distorsiones y la edulcoración de la realidad, no se
menciona que los guerrilleros practican continuamente secuestros y
extorsiones, sino que se habla de acciones a las que se refieren como
"retención de civiles". Y la justificación para esas actividades
delictivas que brinda la compañera Sandra es digna de la más refinada
antología de la estulticia y la inmoralidad: "Una organización
político-militar como la nuestra requiere gastos. Nosotros tenemos una
ley, la 002, donde se estipula que a quien tenga un patrimonio superior
a un millón de dólares le exigíamos el pago de un impuesto para la paz,
así como ellos pagan un impuesto para la guerra. A aquella persona que
se negaba a darlo, la reteníamos".

Como puede verse, no se trata de secuestros, como quiere hacer creer el
imperialismo, y además dicha "retención" se efectuaba en base a "leyes":
a la persona que se negaba a aceptar las extorsiones de las FARC, en
base a una literal "ley de la selva", se les "retenía" en los
campamentos guerrilleros hasta que pagaran el rescate o fallecieran por
cualquier causa, sin excluir enfermedades, el clásico disparo en la nuca
o el "accidente".

Sin embargo, en la entrevista se admite como normal y lógico el
secuestro de políticos, fueran locales, regionales o nacionales, y se
dice que ya ha terminado esa práctica tan legítimamente revolucionaria.
Como explica muy claramente Sandra: "La clase política es la que hace
las leyes, y no beneficiando a los pobres: las hace favoreciendo a los
ricos. Pensamos que había que hacerles sentir el peso de la tragedia que
vive el pueblo colombiano". Así que, como la clase política hace las
leyes beneficiando a los ricos, los narcoguerrilleros hacen las suyas,
se supone que beneficiando a los pobres, para que los políticos sientan
el peso de la tragedia que viven los colombianos, tragedia que parece
que solamente sienten los guerrilleros de "Tirofijo" y sus secuaces,
nadie más.

El "pequeño detalle" de que la despectivamente llamada clase política
que hace las leyes sea electa por los votantes colombianos en elecciones
periódicas y competitivas, mientras que las guerrillas de las FARC se
imponen por la fuerza, el terror y la coacción, sin ser electas por
nadie, no parece preocuparle para nada ni a la compañera sentimental de
"Tirofijo" ni a la periodista de Juventud Rebelde. Al fin y al cabo,
están conversando en la Cuba de los Castro, así que no hay que
preocuparse por las elecciones, y pueden continuar intercambiando ideas
tranquilamente en La Habana, entre repetidas tazas de café ¿mezclado con
chícharos?

Eso servirá para confundir y desinformar a una parte de los cubanos
dentro de la Isla. Sin embargo, en cualquier lugar del mundo que haya un
mínimo de acceso libre a la información, las personas pueden conocer
claramente la calaña moral y la desvergüenza, tanto de los
narcoguerrilleros de las FARC como de sus compañeras sentimentales.

Al final del día todos, junto a sus tarugos cubanos y la gerontocracia
de La Habana, terminarán en el basurero de la historia.

http://www.cubaencuentro.com/internacional/articulos/la-muy-pacifica-y-revolucionaria-narcoguerrilla-colombiana-282025

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