Pedro Luis Echeverria
Miércoles, 21 de marzo de 2012
Preocupa como la intolerancia y la violencia irracional, han venido
siendo irresponsablemente utilizados por el gobierno como instrumentos
de acción política.
Todos los días los medios de comunicación han reportado situaciones de
esa naturaleza, que sistemáticamente han ocurrida en zonas urbanas del
territorio con fines de amedrentar y aterrorizar a la población.
Cuando se aproxima la fecha de las elecciones y se visualiza una muy
posible derrota electoral del gobierno, se percibe que éste tiene una
premeditada programación para reprimir y acosar a la oposición y a su
candidato. Los rasgos esenciales de esta perversa planificación, pasan
por desarrollar un discurso político que acentúa las diferencias y
divide al país; en la programación de acciones violentas e ilegales de
los grupos de choque del gobierno, realizadas sobre objetivos muy bien
definidos, con total impunidad, con el estímulo y la complicidad de las
autoridades y, calificadas por la dirigencia del PSUV, como "acciones
revolucionarias". Simultáneamente, se cierran espacios políticos para el
debate y la búsqueda del entendimiento sobre los más acuciantes temas
que afectan, sin distingos de ninguna naturaleza, a cada uno de los
ciudadanos.
En estos tiempos signados por la violencia, la intransigencia y la
confrontación, la sociedad civil no puede permitir la permanente actitud
de provocación del gobierno. No se puede permitir que el gobierno acose
artera, ventajosa e impunemente a los disidentes utilizando ilegalmente
los recursos y capacidades del Estado. Calificar a los disidentes como
delincuentes y atacar físicamente a las Universidades, a la dirigencia
política, a los militares institucionalistas, a los periodistas, a los
medios y a la libertad de prensa son algunas de las acciones ordenadas
desde Miraflores para tratar de quebrar el talante y el espíritu de
lucha de los que estamos dispuestos a derrotar al régimen con la fuerza
de nuestro voto. Debemos estar dispuestos a realizar y apoyar acciones
de lucha pacífica que resistan los arteros embates gubernamentales. Las
protestas , los paros cívicos, las marchas, la denuncia y la formulación
de planteamientos y opciones, son parte, junto con la lucha electoral,
de los deberes y responsabilidades que asumimos como ciudadanos
empeñados en rescatar al país y evitar que transite por un sendero de
enfrentamientos fratricidas de donde no saldrá ningún ganador.
No comments:
Post a Comment