Capriles cree que Chávez envía un mensaje "muy negativo" al preferir ser
tratado en Cuba y no en Venezuela
Miércoles, 14 de Marzo de 2012 - 21:18 h.
El candidato presidencial de la oposición venezolana, Henrique Capriles
Radonski, ha criticado duramente al mandatario Hugo Chávez por someterse
al tratamiento contra el cáncer en Cuba, en lugar de confiar en los
médicos de su país, y lo ha acusado de enviar un mensaje terrible a los
ciudadanos comunes con esa decisión.
El también gobernador del estado de Miranda (centro-norte), uno de los
más importantes de ese país sudamericano, por lo general ha evitado
unirse a la especulación febril sobre el estado de salud del presidente,
y ha preferido simplemente desearle una pronta recuperación a tiempo
para las elecciones del 7 de octubre, que se perfilan como las más
reñidas de los 13 años de Gobierno de Chávez.
Sin embargo, en uno de sus más fuertes comentarios hasta el momento, el
candidato de la Mesa de la Unidad Democrática, coalición de la
oposición, ha considerado como un error la decisión de Chávez de
operarse en Cuba --dos veces a mediados de 2011 y de nuevo el mes
pasado-- y gobernar desde La Habana, según declaró a Reuters esta semana.
"Él dice que tiene que ser operado en el extranjero debido a que las
condiciones no están dadas para que sea tratado en su propio país. ¿Qué
significa esto para los ciudadanos comunes que tienen cáncer?", ha
indicado Capriles durante una entrevista realizada en su autobús de
campaña mientras recorría el estado de Zulia, productor de petróleo en
el noroeste del país. "Es un mensaje muy negativo", ha añadido.
Además de poner su fe en los servicios de salud de Cuba, Chávez ha
optado por ser tratado en La Habana debido a su estrecha amistad con el
expresidente Fidel Castro y a una mayor garantía de privacidad en la
fuertemente controlada isla del Caribe.
RIESGOS POLÍTICOS
"Si yo estuviera en su posición, me quedaría en Venezuela. Yo no
gobernaría desde otro país", ha asegurado Capriles en medio de una gira
"casa por casa", en la que está tratando de ganarse las áreas chavistas.
Capriles, de 39 años, ha señalado que quiere reemplazar el socialismo
radical de Chávez con un Gobierno de "izquierda moderna", siguiendo el
modelo de Brasil y manteniendo lo mejor de las políticas de bienestar
del mandatario socialista, pero con la restauración de la economía de
libre mercado.
Aunque tiene el impulso de una gran victoria en las elecciones primarias
de su coalición y sabiendo que es la mejor esperanza de la oposición
desde que Chávez llegó al poder en 1999, Capriles todavía se enfrenta a
un enorme desafío para superar la conexión emocional del presidente con
los pobres y contrarrestar el importante gasto público para proyectos
sociales, a través de los ingresos derivados del petróleo en el país
sudamericano miembro de la OPEP.
Chávez, de 57 años, se enfrenta a una radioterapia después de la
eliminación de un segundo tumor. "Creo que él será el candidato, yo
quiero que él sea el candidato", ha afirmado Capriles, y ha sostenido
que no le desea mal al presidente, quien sí le ha proferido feroces
ataques verbales. "Nuestra campaña tiene un cronograma y dirección", ha
enfatizado, con lo que descarta que la reincidencia del cáncer del
mandatario cambie su estrategia.
Hasta finales de mayo, el plan del opositor contempla la visita a los
hogares en cada sector, especialmente los dominados por los partidarios
de Chávez, para escuchar los problemas de la gente y elevar su perfil.
EL APOYO DE CHÁVEZ
A pesar de la multitud que le expresó su apoyo en Zulia, incluso con
momentos de euforia, Capriles no siempre atraviesa un camino de rosas.
Grupos de camisas rojas "chavistas" lo interrumpieron en varios puntos.
En una casa, el líder de la oposición fue ahogado por una docena de
mujeres que a través de una cerca gritaban consignas a favor de Chávez.
Capriles rió, les dio la mano e incluso les lanzó un beso para bajar la
tensión.
En otro punto, un simpatizante socialista le cerró la puerta y se negó a
hablar con él. Otro les exigió a los ayudantes de Capriles que
abandonaran su propiedad y los llamó "sifrinos", como se le denomina en
Venezuela a la gente adinerada. "Él no tiene el apoyo del pueblo", ha
asegurado Sileyda Guevara, de 40 años, una simpatizante de Chávez.
A pesar de haberse criado en un entorno rico, Capriles se enorgullece de
su estilo cercano a la calle, que le ha servido desde que se convirtió
en el legislador más joven del país a los 25 años.
"Los venezolanos quieren ser escuchados; la televisión no es
suficiente", ha indicado aludiendo a los casi diarios discursos
maratónicos de Chávez transmitidos por la televisión. "El Gobierno
actual me recuerda a la oposición de hace diez años: dividida, sin
rumbo, tratando de generar conflictos artificiales", ha estimado.
Capriles, a quien le gusta relajarse jugando baloncesto, ha asegurado
que el desempleo, la delincuencia y los deficientes servicios se
encuentran entre los principales problemas que le plantean los votantes.
"Este "socialismo del siglo 21" del que habla el Gobierno no existe; nos
quedamos atrapados en el siglo 20", ha criticado, y ha recordado una
visita a una comunidad costera en el estado de Lara (noroeste) que no
tenía acceso a agua corriente.
Capriles tiene previstas algunas visitas al extranjero, incluyendo
Brasil, Colombia y Europa, para pulir sus credenciales.
Capriles cree que Chávez gastará mucho dinero en la campaña electoral,
pero insiste en que le vencerá. "Esto va a ser una campaña totalmente
desigual, no podemos competir en términos de recursos", ha sostenido,
convencido de que la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA)
financiará la propaganda "chavista".
http://www.invertia.com/noticias/articulo-final.asp?idNoticia=2656683
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