Lunes, Marzo 19, 2012 | Por Miguel Saludes
MIAMI, Florida, marzo, www.cubanet.org -Tras sufrir una nueva
intervención quirúrgica y en pleno proceso de una recuperación muy
mediatizada el presidente Hugo Chávez retornó a Venezuela. A su regreso
el mandatario mostró estar en buen estado físico y emocional. Al menos
en apariencia. Para ello bailó y cantó ante miles de seguidores. Tuvo
fuerzas incluso para soltar una andanada discursiva contra la oposición.
Coincidiendo con el evento y en momentos previos a la vuelta fueron
entregadas miles de viviendas a familias pobres, de clase media y
damnificadas en varios estados venezolanos. Unas dos mil cuatrocientas
de un total de 180 mil estimadas para el año en curso.
"Lo veo demasiado bien y listo para luchar el 7 de octubre. Pero tenemos
que decirle que no abuse mucho. El que debe luchar es el pueblo que está
sanito". La opinión de la trabajadora social Rosa Gómez fue destacada
convenientemente por la prensa que cubrió el discurso de Chávez.
Las últimas encuestas le dan a este una ventaja de unos 20 puntos sobre
el candidato Henrique Capriles. Al respecto Chávez dijo que sigue en su
"más larga y empinada caminata" y que ahora en el "corto plazo" va rumbo
a la "batalla de Carabobo", como ha denominado las elecciones
presidenciales de octubre.
El criterio generalizado es que la postura de Chávez responde a una
táctica paras demostrar que su estado de salud no es tan grave como se
pronostica y que el padecimiento del cáncer ha sido vencido al punto que
la reelección puede darse por segura en una derrota adelantada por
Chávez como una soberana paliza al líder opositor Capriles.
La divulgación de varias fotos sobre la acelerada recuperación del
presidente en su cuenta @chavezcandanga, la celebración del Día de la
Mujer con marchas en apoyo al mandatario en Venezuela y otros gestos
remarcados por los medios noticiosos favorables al gobernante
bolivariano perecen estar enfocados a superar los malos augurios que
rondan sobre la salud del presidente, buscando insuflar confianza en sus
seguidores.
Por otro lado llama la atención el despliegue publicitario en torno a la
enfermedad presumiblemente terminal que puede acabar con la vida de Hugo
Chávez en poco más de dos años de acuerdo a los cálculos más optimistas.
Sorprende que esta haya sido la práctica seguida casi desde el primer
momento en que se detectó el mal (precisamente durante una visita a Cuba
en diagnóstico atribuido al propio Fidel Castro) en un sitio donde el
hermetismo puede llegar a ser absoluto gracias a un sistema que sabe
llevar el control informativo a su conveniencia.
En la segunda operación la cobertura mediática resultó inusitada cuando
la lógica indicaba una alta dosis de discreción sobre una noticia tan
desalentadora para el movimiento chavista que vive un momento poco
propicio frente a una oposición fortalecida por la candidatura de un
rostro joven, capaz de enfrentar en las urnas la popularidad del
contrincante
Los medios cubanos, tan cuidadosos en emitir notas poco halagüeñas sobre
el régimen, sus aliados y amigos, divulgaron para consumo exterior las
celebraciones que a tres manos ofrecieron santeros y cristianos en favor
de la pronta recuperación de Hugo Chávez. Mientras el Conjunto
Folklórico de Cuba entonaba cantos a Obatalá pidiendo salud y larga vida
para Chávez, en la catedral habanera el Nuncio apostólico en la Isla
oficiaba una misa ante una nutrida concurrencia de personalidades de
ambos gobiernos y familiares del enfermo. También se difundieron las
imágenes del encuentro de Chávez y su homólogo colombiano Juan Manuel
Santos cuando este último aprovechó su estancia en La Habana para
visitar a su colega convaleciente. La escena jocosa de Chávez jugando a
las escondidas para sorprender al visitante pone en tela de juicio la
extrema gravedad del paciente, que a su vez saltan a la evidencia por
las intenciones de ritos y oraciones en pro de su recuperación.
Qué pasaría si en verdad Chávez no tuviera una enfermedad que
necesariamente implicara la muerte, o peor aún si se tratara de una
farsa montada por motivos que solamente dominan el estrecho círculo que
conforman el mandatario venezolano y la cúpula cubana.
Tomando poses de vidente voy a arriesgar una mirada al futuro y predecir
que Hugo Chávez no va a morir tan pronto como se cree. Incluso que su
aparente enfermedad puede ser obra de una gran componenda en la que
tienen gran pericia los gurúes de La Habana, encargados en ocasiones de
montar experimentos parecidos alrededor de la figura del gobernante
cubano y alguna de las personas claves de su entorno.
En fechas tan tempranas como a mediados de los sesenta ya comenzó a
tejerse el mito de la invencibilidad del Comandante. Por aquella época
Fidel desapareció durante algunos días de la imagen pública. Incluso su
hermano Raúl, poco agraciado para el gusto popular, ocupó su lugar en
algún acto. Ciertos rumores predecían una grave enfermedad, sospecha que
cobró cuerpo cuando el orador perdió la voz en uno de aquellos
interminables y diarios discursos. La certidumbre se hizo mayor cuando
en su reaparición anunció el abandono del tabaco. Los agoreros se vieron
confirmados por la recomendación dada por Castro a sus oyentes para que
se acostumbraran a escuchar otras voces de la Revolución. Pasó mucho
tiempo para que la encomienda del Comandante se materializara.
Desde entonces quedó acuñado el apelativo del Caballo y la atribución de
protecciones especiales del destino, los dioses o el beneficio de un
pacto maléfico. Hasta la mano del Todopoderoso ha sido vista amparando
un designio misterioso de la Providencia. Por eso ni los yanquis pueden
con él. La resignación reflejada en aquel dicho popular de que "esto no
hay quien lo arregle pero tampoco quien lo tumbe" resume el misticismo
que mezcla la buena estrella, salud a prueba de bala y la protección de
diversas deidades.
Los astrólogos se dieron por vencidos hace tiempo. Retomaron el riesgo
de sus predicciones cuando el sorpresivo estado de salud explotó en
crisis que hizo avizorar un pronto final y la reducción del ridículo al
mínimo. Desde entonces han transcurrido seis años. El destino volvió a
jugarle una mala pasada a los augures. El viejo dictador, aunque
retirado de sus cargos, sigue con vida y para colmo ya no se contenta
con escribir, inquieta con el regreso de sus monólogos. Los intérpretes
de la letra del año salen mejor parados. Ellos no suelen comprometerse
mucho en estas lides y como mucho predicen la caída de una gran
personalidad de la que no dan la mínima pista, sin aclarar si el
desplome es de una cama o del cargo.
"Este cáncer no podrá con Chávez tampoco" La expresión del mandatario
venezolano, las rogativas públicas de chamanes, sacerdotes y creyentes o
las estampas de Cristo junto a la del presidente enarboladas por
simpatizantes son un funesto indicativo del nuevo mito en gestación y
del "ismo" populista que amenaza con afincarse haciendo metástasis en
Venezuela y en consecuencia en todo el continente.
Igual que para los adivinos, profetas y videntes existe la posibilidad
de la equivocación. De ser así, amén de las burlas, lo agradecerán
aquellos que vieron reflejadas sus esperanzas en la predicción de vida.
Más aún se alegrarán por el yerro los que apuestan por la inminencia de
la muerte anunciada. Hasta podrán agradecerlo, halagados en sus egos,
aquellos a los que se supone tanto ingenio capaz de idear tan oscuro
proyecto. Pero el vaticinio tan poco convencional está destinado a
quienes deben intentar algo más que la derrota de un presidente en las
próximas elecciones de Venezuela. Se trata de una batalla que no puede
quedar a la expectativa de la buena o mala salud del contrincante porque
en las elecciones de octubre está en juego algo más importante que la
permanencia de un hombre en el poder.
http://www.cubanet.org/opiniones/el-cancer-de-chavez-%c2%bfrealidad-fatal-o-estrategia-calculada/
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