Monday, March 5, 2012

Chávez contra garganta profunda

Publicado el lunes, 03.05.12

Chávez contra garganta profunda
Gina Montaner

En realidad constituye una tarea inútil ocultar información en los
tiempos que corren. Si no, que se lo digan a Hugo Chávez, incapaz de
contener la riada de filtraciones que desmienten sistemáticamente sus
intentos para que no se sepa la verdad acerca del grave cáncer que se le
ha alojado al sur de la cintura.

Desde que le descubrieron el tumor hace ocho meses en Cuba, el
gobernante venezolano ha empleado las pocas fuerzas que le quedan en
rodearse de hermetismo, negarle a los ciudadanos partes médicos
periódicos, recurrir a las peligrosas esteroides y refugiarse en Cuba
antes que confiar en los magníficos profesionales que abundan en su
propio país. Si algo ha contribuido aún más a su deterioro es la manera
tan descabellada en la que ha abordado su propia mortalidad.

Chávez ha sido tan irresponsable que incluso en varias ocasiones ha
dejado en ridículo a sus hombres de confianza, los cuales han dado la
cara por él asegurando que todo se trataba de patrañas y mentiras de la
oposición y los enemigos del socialismo del siglo XXI. Para sonrojo de
Elías Jaua, Diosdado Cabello o el general Henry Rangel Silva,
periodistas como Nelson Bocaranda o el brasileño Merval Pereira difunden
al mundo informaciones que corroboran la gravedad del líder bolivariano.

Ya da igual que Chávez, recién operado y convaleciente, mande Twitters
con frases grandilocuentes en las que se compara con el cóndor que vuela
alto. A estas alturas sus ministros provocan risa en las ruedas de
prensa, porque dentro y fuera de Venezuela se sabe más de la salud del
presidente por los informes del ex embajador de Estados Unidos ante la
OEA, Roger Noriega, los cables de Wikileaks o las gargantas profundas
que desde su propio entorno proporcionan los jugosos scoops de los
Runrunes que Bocaranda publica en El Universal.

En el futuro, cuando el chavismo ya sólo sea un borroso episodio de las
perversidades del folclore político, los estrategas de imagen lo
estudiarán como un ejemplo a no seguir si se quiere mantener la
credibilidad de un gobierno. Mucho más daño se han hecho los propios
chavistas con sus cortinas de humo y sus numeritos de culebrón
lacrimoso, que el que le haya podido infligir una oposición sitiada que
en todo momento ha sufrido el acoso y los insultos del partido oficialista.

Tanto ha luchado Chávez por negar públicamente la enfermedad que lo
carcome, que sus actos han acabado por golpearlo como un boomerang.
Siguiendo el ejemplo de las arbitrariedades de Fidel Castro, otro
caudillo con sintomatología narcisista, según ha podido saberse a través
de los documentos diseminados por Wikileaks, en un principio no obedeció
el protocolo que se sigue en el caso del supuesto cáncer de próstata que
podría padecer. Usualmente el tumor primero se achica con un agresivo
tratamiento hormonal que elimina la testosterona. Ya era raro imaginar
que el ex militar golpista habría estado dispuesto a disolver el bulto
maligno del tamaño de una pelota de béisbol renunciando a esa impronta
de macho bravío que es su sello personal.

Como los deportistas que eligen el dopaje, al parecer Chávez se ha
atiborrado de esteroides para poder continuar la pantomima del
superhombre invencible. Otra decisión errada que, según las últimas
informaciones que ha publicado Pereira en su blog, han complicado este
último postoperatorio por sus efectos adversos.

De toda esta lamentable historia, lo verdaderamente notable ha sido la
destreza de periodistas como Bocaranda y Pereira, cuyas veraces
pesquisas han arrojado luz en una oscura trama de mentiras y
ocultamientos. Desde luego, se merecen compartir un Pulitzer por
periodismo de investigación. Hugo Chávez no puede contra una verdad que
viaja más rápido que su sombra menguante.

www.firmaspress.com

http://www.elnuevoherald.com/2012/03/05/1142476/gina-montaner-chavez-contra-garganta.html

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