El dólar en Venezuela
septiembre 27, 2013
Yordanka Caridad
HAVANA TIMES — El asunto del dólar en Venezuela, su legalidad, cambio, y
oportunidad de acceso quizá haya sido lo que más llamó mi atención sobre
la economía de este país.
También llamó mi atención la escasa producción agrícola o industrial, y
la oportunidad de emprender pequeños negocios sin pagar ni un centavo al
Estado en cuestiones como licencia y todo ese burocratismo siniestro que
hay que cumplir en Cuba, aunque sea para vender un café o empanadas.
Por eso, entre tantas libertades que encontré, me sorprendió tanto la
imposibilidad, lo mismo del ciudadano común que del empresario, para
acceder de manera «normal» a esta moneda.
A raíz de la crisis del 2002-2003, con una fuga de divisas que amenazaba
con la estabilidad económica y política del país, se crea el control de
cambios de divisas, o dicho de manera oficial: la Comisión de
Administración de Divisas (CADIVI).
Desde entonces venezolano que quiera salir del país, deberá realizar un
increíble trámite burocrático en CADIVI , luego en el Banco – previa
presentación del pasaje aéreo -, que puede dejar traumatizado hasta al
Dalai Lama, porque no son pocos a los que, llegado el día del vuelo, no
se les ha entregado aún los dichosos dólares.
A esto se le suma que la cantidad virtual (en tarjeta de crédito) que se
entrega, depende del país al que se pretenda visitar; que a muchas
personas no se les habilita la tarjeta hasta 2 ó 3 días después de haber
llegado a ese otro país; y que solo se puede utilizar cierta cantidad de
dólares por día.
Sí, me quedo corta con la explicación porque son tantos requisitos,
restricciones y anécdotas que necesitaría 3 días para describirlos.
Y, claro, si este trámite es desgastante, no quiero ni pensar en lo que
hacen los comerciantes para adquirirlos.
Es de esperar que, si el Estado brinda tantas trabas para adquirir el
dólar, se cree un mercado paralelo donde, a un precio un poco mayor, la
gente pueda adquirirla.
Digo un poco mayor porque así fue hasta hace un año aproximadamente.
Antes de que la enfermedad de Chávez fuera noticia la diferencia entre
el «dolar oficial» y el «dolar paralelo» era entre 4 y 8 bolívares. En
este año el oficial subió de 4,30 a 6,30 y en un inicio el paralelo
estuvo entre 12 y 16 bolívares. Hoy el dólar paralelo está por encima
de 45 Bs.
Todo esto en menos de 2 años que es el tiempo que llevo aquí.
Los precios de los comercios privados, que son la mayoría, viajan al
ritmo del dolar paralelo. Así que si voy a comprar un cartón de huevos
que hace unos meses costaba 25 bolívares, hoy debo pagar alrededor de
100 Bs.
En este asunto, claro, hay de todo, desde comerciantes que esconden los
productos para luego ofertarlos a un precio desorbitante, como pequeñas
mafias (sobre todo en Estados como Maracaibo) que acaparan harina,
leche, y papel higiénico para luego revenderlos en mercado negro. (A
esto podríamos agregar el asunto del racionamiento de ciertos productos
con mayor incidencia fuera de la capital, pero ya ese es otro tema).
Siguiendo con el dólar, me divierte ver cómo los venezolanos no tienen
nada que envidiarnos a los cubanos si de inventos se trata.
A esta alturas cualquiera sabe que obtener dólares para revenderlos es
el negocio del año (otro tanto sucede con la venta de gasolina hacia
Colombia).
Conozco a alguien que se dedica a «resolver» los trámites de CADIVI a
cualquier persona que, a cambio, le venda su «cupo de dólares»; de este
modo la persona se evita el engorroso trámite más el dinero del pasaje
en avión si lo que quiere es ganar dinero solamente.
Otros prefieren el riesgo de no ser timados y compran su pasaje (de ese
modo han empezado a elevarse los pasajes de avión y cada vez resulta más
difícil conseguir uno con pocos meses de anticipación); otros con más
dinero en sus tarjetas hacen el viaje y hasta ya tienen sitios donde
«raspar la tarjeta», o sea, sacar los dólares sin hacer ninguna compra
real, dejando solo una propina al dueño del negocio.
Trucos y modos hay muchos.
El gobierno expresa sus buenas intenciones haciendo "guerra abierta
contra la corrupción" (mientras que, a la vez, limita el poder de
quienes coloca al frente de esta batalla); Venezuela continúa sin
producir apenas – siquiera alimentos, solo petróleo.
http://www.havanatimes.org/sp/?p=90878
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