Wednesday, September 25, 2013

China, tentada a tomar el control de la economía venezolana

China, tentada a tomar el control de la economía venezolana
El presidente Maduro concluye una gira de la que trae más deuda con
Pekín y perspectivas para una "alianza estratégica"
EWALD SCHARFENBERG Caracas 25 SEP 2013 - 02:09 CET36

El discurso es de Cuba, las armas vienen de Rusia y el dinero, de China:
es la trinidad sagrada de las importaciones que el chavismo hace para
estabilizar su régimen en Venezuela. La fórmula ya la había establecido
el desaparecido líder Hugo Chávez mientras estuvo en el poder. Pero
ahora, cuando su sucesor en la presidencia - Nicolás Maduro - concluye
una gira de cuatro días en China, surgen dudas acerca de si el actual
Gobierno bolivariano tiene algún límite en el momento de adquirir
compromisos con sus valedores internacionales, sobre todo, con Pekín

Durante su visita a la emergente superpotencia mundial, Maduro alardeó
de la firma de 27 acuerdos de cooperación con China, entre los que
destacó una nueva línea de crédito por 5.000 millones de dólares. El
nuevo desembolso estará destinado al llamado Fondo Mixto
China-Venezuela, creado en 2007 para sufragar obras de infraestructura
en áreas clave de energía, telecomunicaciones y vivienda, entre otras.
Hasta hace poco, algunos rumores afirmaban que la parte china se
mostraba reticente a entregar fondos hasta que Venezuela dispusiera de
nuevas garantías que respaldaran los préstamos.

No se han hecho públicos los términos ni la naturaleza de los acuerdos
suscritos. Tras el telón de opacidad que caracteriza el manejo de los
asuntos por Caracas y Pekín, las agencias noticiosas oficiales apenas
han hecho alusión genérica a convenios para la financiación de un nuevo
puerto de exportación de urea y otros productos petroquímicos, la
rehabilitación conjunta de un sistema de riego en los llanos de
Venezuela, la explotación de una mina de oro en la Guayana venezolana,
así como la construcción de un sistema termoeléctrico en el centro del
país. También se acordó la concesión de 60.000 hectáreas para el cultivo
de maíz a una empresa china.

Al mismo tiempo, se anunció un acuerdo entre las petroleras estatales
Pdvsa y CNPC para desarrollar un yacimiento de crudo pesado en la
llamada Faja Petrolífera del río Orinoco. La empresa china se
comprometió a invertir 14.000 millones de dólares en el proyecto, cuya
meta es alcanzar una producción de 200.000 barriles diarios.

Pero en un momento de estrecheces, cuando las finanzas venezolanas
flaquean a pesar de sus constantes ingresos petroleros, esos proyectos
de mediano plazo lucen lejanos. La gran noticia para Maduro es el
otorgamiento de dinero fresco por valor de 5.000 millones de dólares. El
desbloqueo del desembolso supone un apoyo político desde Pekín para el
heredero de Chávez, pero es también un indicio de que la pragmática
dirigencia china ha recibido garantías satisfactorias en resguardo de
sus capitales.

China es actualmente el segundo socio comercial de Venezuela. Hasta el
mes de abril, el país asiático recibía un promedio de 626.000 barriles
diarios de crudo venezolano, cerca de la meta establecida de 640.000. Se
prevé que, en 2015, el gigante asiático se habrá convertido en el primer
cliente de las exportaciones petroleras de Caracas, distinción que en la
actualidad corresponde a Estados Unidos, identificado por Chávez y sus
lugartenientes como el archienemigo de la revolución.

Sin embargo, hay ocasiones en que la solución conlleva un problema. Si
bien el floreciente intercambio entre los dos países - que el Gobierno
de Maduro calcula en 20.000 millones de dólares al año - representa una
oportunidad de desarrollo, por sus particulares condiciones también
equivale a una hipoteca. Un tercio de las exportaciones de petróleo
actuales (algo más de 200.000 barriles diarios) se embarca a China por
concepto de pago de deuda y, por lo tanto, no genera ingresos líquidos a
una nación que ve mermar sus reservas internacionales hasta niveles
críticos. Además, los créditos chinos suelen estar endosados no sólo a
una exigencia de adquisición de bienes chinos en su ejecución, sino a
veces también al uso de know-how y mano de obra de ese país.

La precisión acerca de cuánto se debe a China es, en sí misma,
controvertida. El canciller venezolano, Elías Jaua, declaró durante la
visita de Estado que Pekín ha suministrado a Caracas 40.000 millones de
dólares de los que, aseguró, "la mitad ya se pagó". Temir Porras,
presidente del Banco Nacional de Desarrollo (Bandes) de Venezuela y
miembro de la nomenklatura chavista más cercana a Maduro, fijó el monto
en 36.000 millones de dólares. Para José Guerra, economista y exjefe de
Investigaciones del Banco Central de Venezuela (BCV), son 41.000
millones de dólares los que China ha desembolsado para su nuevo aliado
en Sudamérica, de los que aún faltarían por pagar algo más de 27.000
millones, "lo que excede con creces las reservas internacionales en
manos del BCV". "Se ha hecho muy difícil conocer cuáles son los términos
reales de la contratación de esa deuda y, por lo tanto, el verdadero
impacto económico para la nación", insistió Guerra en declaraciones que
ofreció este martes en Caracas a nombre de la opositora Mesa de Unidad
Democrática. (MUD) "Es también cuestionable que esta contratación de
deuda en moneda extranjera no sea aprobada por la Asamblea Nacional,
como lo exige la Ley Orgánica de Administración Financiera del Sector
Público".

Maniobrando entre sombras y apremiado por la mayor tasa inflacionaria de
Occidente, la escasez crónica de bienes de consumo, así como por la
necesidad de aumentar el gasto público para obtener réditos electorales,
Maduro optó por un salto al frente para consolidar su "alianza
estratégica de futuro".

El presidente venezolano –que cumplió una agenda oficial con su nutrida
comitiva, pero también hizo un viaje privado a provincias- propuso en
China crear una comisión binacional para planificar el desarrollo del
país americano en un plazo de diez años. Se desconoce si la moción había
sido previamente acordada con la parte china. En cualquier caso, pareció
avalada con la presencia en Pekín de Jorge Giordani, ministro de
Planificación de Venezuela y viejo tutor ideológico del comandante Hugo
Chávez.

El presidente chino, Xi Jinping, celebró la visita de Maduro como la
oportunidad de un "impulso para que las relaciones (entre China y
Venezuela) puedan ascender a un nuevo nivel", según la escueta
declaración oficial. Además de Jinping, el presidente de Venezuela fue
recibido por otros jerarcas del mandarinato chino, como el primer
ministro Li Kequiang y el viceprimer ministro Zhang Gaoli . También
revisó junto al gobernador de Shandong, Guo Shuquing, la marcha de las
fábricas en Venezuela de dos empresas originarias de esa región china:
Inspur, en el sector de informática, y Haier, en el de electrodomésticos.

Desde su toma de posesión en abril pasado, el presidente Maduro ha
manifestado a menudo su disposición a acogerse al exitoso modelo
económico chino, mediante gestos como el anuncio del próximo desarrollo
de áreas económicas especiales de inversión mixta. Esa convicción la
quiere llevar ahora más allá, también al terreno de la doctrina. El
pasado domingo propuso a las autoridades chinas iniciar un intercambio
doctrinario para definir, a partir de las experiencias de ambos países,
los rasgos del socialismo en el siglo XXI. "Es necesario crear espacios
de gran impacto para los pueblos del mundo sobre la idea de lo que debe
ser el futuro", sugirió ante sus impertérritos anfitriones. "¿Cuál es el
futuro de la humanidad? ¿El capitalismo? ¿El socialismo? ¿O es que hay
un tercer sistema? Es un debate. Creemos desde Venezuela que la
humanidad ha madurado bastante en los dos últimos siglos para tener
respuestas eficaces ante esos dilemas".

Hasta el momento, se ignora qué efecto tuvieron las tentadoras ofertas
de conducción conjunta formuladas por el mandatario venezolano a una
jerarquía china que, aunque ávida de materias primas y de protagonismo
geopolítico mundial, se caracteriza por la prudencia.

http://internacional.elpais.com/internacional/2013/09/25/actualidad/1380067789_008492.html

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