Friday, July 5, 2013

El confortable socialismo del siglo XXI

El confortable socialismo del siglo XXI
JOSÉ MAYORA | EL UNIVERSAL
viernes 5 de julio de 2013 12:00 AM

El socialismo del siglo XXI se nos ha vendido como un modelo de
organización social contrapuesto a la democracia representativa y al
capitalismo, para cuya operación requiere de un nuevo ciudadano y un
nuevo consumidor. En este contexto, este modelo va más allá de una
organización social para convertirse, principalmente, en un novedoso
modo de comportamiento donde el concepto de calidad de vida representa
un nuevo paradigma de democracia y de consumo.

El hecho más resaltante en el cambio de modelo, es que nos encontramos
en un proceso de transición caracterizado por la conflictividad, pues se
están tocando intereses, vulnerando propiedades, constriñendo la
libertad de decidir, cambiando patrones de consumo, fomentando el
sentimiento de culpa, reforzando el odio hacia los no alineados y, en
general, creando un estado de zozobra e inseguridad, cercano al de los
países árabes convulsos que luchan por mantener el poder.

Pero en esta oportunidad quiero poner el acento en otra faceta de la
revolución bolivariana poco comentada. Desde las entrañas de este
régimen, se ha tenido que reconocer que el mismo ha sido ineficiente
pues no hay manera de esconder tal atributo. La cosa es tan grave que ni
la propaganda oficial ha podido cambiar esa matriz de opinión. Después
de 14 años de gobierno, el finado líder y responsable mayor de este
estado de cosas, reconoció que había que luchar contra la ineficiencia,
palabras que las esparció el viento pues ese combate nunca se llevó a
cabo y dudo que las actuales autoridades están en capacidad de librarlo.

La nueva versión de calidad de vida creada por la ineficiencia
socialista, ha permeado en todo el tejido social público y privado.
Algunas imágenes hablan por sí solas. Transite por las rutas aéreas
nacionales en cualquiera de las líneas que ofrecen tal servicio, para
que evidencie que no importa cuán temprano llegue al aeropuerto pues el
retraso es la norma y no la excepción.

Acuda a una institución financiera, pública o privada, y recibirá un
trato más cercano al autoritarismo, donde el cliente se siente indefenso
frente a funcionarios que no le dan chance para el reclamo, o lo toma o
lo deja (a pesar del Defensor del Cliente).

Acuda a un hotel de los muchos que apoyan al turismo, para que sienta en
carne propia cómo, a pesar de pagar caro un servicio deficiente, a usted
lo tratan como si le hicieran un favor.

Vaya a un automercado y trate de adquirir perecederos de calidad para
que pase horas escarbando en unas cestas donde gran parte de los mismos
están pasados.

Salga por los alrededores de su casa a realizar alguna diligencia más o
menos expedita, para que se demore cualquier cantidad de tiempo
injustificadamente, además de comprobar lo que es la dictadura de los
motorizados.

Vaya a comprar algo sin una mochila de billetes o una tarjeta de
crédito ilimitado, para que compruebe cómo la inflación en cosa de días
se devoró su plata.

En fin, Venezuela se ha convertido en un espacio desagradable donde la
frase eso es lo que hay se ha transformado en la excusa por excelencia
para todas las deficiencias y, más preocupante aún, para el conformismo
y la aceptación de la mediocridad galopante como una manera de vivir.

Yo no creo que este socialismo haya originado este estado de cosas, lo
que sí puedo afirmar con propiedad es que lo ha estimulado y lo refuerza
constantemente.

¡Lo peligroso no es este socialismo, sino acostumbrarse a vivir en él!

Mayora.j@gmail.com

http://www.eluniversal.com/opinion/130705/el-confortable-socialismo-del-siglo-xxi

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