Crisis universitaria
ALBERTO JOSÉ HURTADO B. | EL UNIVERSAL
domingo 2 de junio de 2013 12:00 AM
Las instituciones de enseñanza universitaria son unidades de educación
académica y profesional avanzada, con responsabilidad en actividades de
creación intelectual y el desarrollo de vínculos con la sociedad a la
que pertenecen. Corresponden básicamente a una comunidad de profesores,
estudiantes, empleados y obreros encargados de desarrollar acciones de
enseñanza, investigación y extensión en áreas científicas, culturales,
artísticas y tecnológicas, en un entorno que garantiza autonomía y
libertad académica.
Así, las universidades corresponden a un lugar en donde se reglamentan
un conjunto de disciplinas y se ponen en común los conocimientos, con el
propósito de influir en el entorno. Su relevancia social deviene de la
acción de enseñar el conocimiento universal (a nivel de licenciatura y
de posgrado); lograr la preservación del conocimiento en bibliotecas,
galerías y museos; difundir dicho conocimiento mediante publicaciones
académicas; y facilitar el esfuerzo intelectual que permita el avance de
dicho conocimiento a través de la investigación.
En la actualidad, cuando las oportunidades para evitar la pobreza y
minimizar las desigualdades en una sociedad pasan por impulsar las
alternativas de superación personal y formación profesional de los
individuos, encontramos en Venezuela la aplicación de políticas públicas
que minimizan la relevancia social de la universidad. Entre dichas
políticas destacan: 1) la estandarización de la formación universitaria
no libre ni autónoma a través de la multiplicación de nuevos
establecimientos de enseñanza superior sin exigencias mínimas en cuanto
al nivel de su planta profesoral, programas de formación y calidad de su
infraestructura; 2) reducción de las asignaciones presupuestarias de
las universidades públicas autónomas que impide el normal funcionamiento
de estas casas de estudios, afectando la actividad docente,
administrativa, y desmejorando los servicios de transporte, comedor,
vigilancia y becas del sector estudiantil; 3) disminución de las
oportunidades de proyectos conjuntos con el sector empresarial, con lo
cual se minimizan los incentivos para la investigación y la creación de
nuevas oportunidades de formación; y 4) deterioro del salario real de
los profesores, empleados y obreros, a partir de la negativa a realizar
ajustes salariales a la comunidad universitaria a pesar de la
inestabilidad de precios de la economía nacional.
La realidad universitaria así descrita va en detrimento de las
actividades académicas que implican el desarrollo de un buen profesional
y mejor ciudadano, incentivando el abandono de las carreras
universitarias y el cuestionamiento de la calidad de la educación, y
fomentando la ausencia de pluralismo y el abandono de la creación de
conocimiento. Ante este panorama, todavía alguien se atreve a preguntar
¿cuál crisis universitaria?
@ajhurtadob
http://www.eluniversal.com/opinion/130602/crisis-universitaria
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