Lo que se cocina en Venezuela
Plinio Apuleyo Mendoza | Bogotá | 9 Jun 2013 - 1:32 pm.
Lo que en realidad oculta el enfrentamiento entre Nicolás Maduro y
Diosdado Cabello es un conflicto entre los militares venezolanos y los
Castro.
Lo que se cocina en Venezuela no es solo una pugna que enfrenta en
secreto al presidente del país, Nicolás Maduro, y al presidente de la
Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. Tras ellos se percibe un oculto y
tenso conflicto entre los militares venezolanos y los hermanos Castro.
Lo primero que provoca es risa. Oír a Maduro afirmando que desde
Colombia las más altas instancias están preparando un plan para
derrocarlo y que el expresidente Uribe, junto con Roger Noriega y J. J.
Rendón, está preparando un veneno para inoculárselo y matarlo con
lentitud parece más bien el libreto de una farsa burlesca. ¿Qué más
puede uno esperar de un hombre a quien el espíritu de Chávez se le
aparece envuelto en las plumas de un pajarito?
El más preocupado con estas chifladuras debe de ser el presidente
colombiano Juan Manuel Santos. No las esperaba. Cauteloso como es, antes
de recibir a Capriles tomó un teléfono, según contó la periodista Vicky
Dávila, y llamó a Maduro para no inquietarlo. Maduro, al parecer, aceptó
sus explicaciones. La prueba de ello es que una vez divulgado el
encuentro de Santos con el líder opositor, guardó un prudente silencio.
El que saltó con inusitada ferocidad diciendo que Santos les había
puesto una bomba a las buenas relaciones entre los dos países fue
Diosdado Cabello. ¿Por qué se apresuró a hacerlo a espaldas del propio
presidente Maduro? Aquí está la clave de lo que realmente se cocina en
Venezuela.
Veámoslo con cuidado. Esta no es solo una pugna que enfrenta en secreto
a los dos dirigentes. Tras ellos, se percibe un oculto y tenso conflicto
entre los militares venezolanos y los hermanos Castro. Los primeros, con
Diosdado Cabello a la cabeza, no han logrado nunca digerir la presencia
del servicio de inteligencia cubano —el G2— dentro de las Fuerzas
Armadas. No se resignan a un G2 que los sigue paso a paso y todo lo
fiscaliza, hasta los ascensos. Es algo que los ofende.
No es una invención mía. Esta realidad me la hizo conocer, en un
reciente viaje a Caracas, un oficial de muy alta graduación cuyo nombre,
por razones de seguridad, omito mencionar. De paso, explica por qué
Fidel y Raúl Castro movieron todas sus cartas para impedir que Diosdado
Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, ocupara por 30 días la
presidencia de Venezuela mientras se realizaban las elecciones. Pensando
en la millonaria y vital ayuda que les otorgó Chávez, solo confían en
Maduro para conservarla. Y sin duda influyeron en la unción que le dio
el caudillo antes de desaparecer.
Pese a ella, Maduro tiene una situación interna muy frágil. No así
Diosdado Cabello, quien ejerce un sólido control sobre todos los
organismos de inteligencia, la Policía, los órganos de control cambiario
y los gobernadores militares que están al frente de un gran número de
Estados.
Esta realidad se hizo pública con el audio que la oposición dio a
conocer y que contenía una conversación del periodista chavista Mario
Silva con un oficial cubano. ¿Cómo llegó esta grabación a la Mesa de
Unidad Democrática que acompaña a Henrique Capriles? A mí no me
extrañaría que hubiese sido el propio G2 cubano. Fiel heredero de la KGB
soviética, esta maniobra suya estaría destinada a desenmascarar a
Diosdado Cabello, mostrando sus negocios y maniobras.
Como sea, todos sabemos hoy que la furiosa explosión de los dos
dirigentes chavistas ante el encuentro de Santos con Capriles obedece
ante todo a rivalidades y pugnas intestinas. Para no dejarle espacio a
su rival, Maduro ha resuelto mostrarse más chavista que Chávez y hacer
responsable del colapso económico que vive su país a Colombia,
incluyendo la escasez, la devaluación del bolívar y hasta la carencia de
papel higiénico. ¿Lo calmarán las sonrisas y buenas palabras de María
Ángela, la agraciada canciller colombiana? De pronto, si los Castro
—interesados en el proceso de paz— deciden darle otro giro a las
pataletas de Maduro. Este, no lo olvidemos, baila siempre al compás de
Cuba. Con sus desvaríos, hasta el propio pajarito que revoloteaba en
Barinas sobre su cabeza debe estar alarmado.
Este artículo se publicó originalmente en el diario El Tiempo
http://www.diariodecuba.com/internacional/1370777558_3672.html
No comments:
Post a Comment