Publicado el viernes, 09.07.12
Votando contra la autocracia
Pedro Corzo
El resultado de los comicios venezolanos del próximo 7 de octubre
determinará el futuro de ese país, pero también el porvenir de América
Latina, porque Hugo Chávez personifica un proyecto expansionista que se
fundamenta en el despotismo, la intolerancia, más la corrupción política
y económica.
Por el peligro que encierra el chavismo, los venezolanos deben ir a
votar, independientemente de las dudas que puedan asistirles sobre la
equidad de un proceso en el que el gobierno ha abusado de los recursos
del estado, recurrido a la manipulación de la información, amenazado a
los antagonistas e indecisos y hasta ha anunciado que el triunfo de la
oposición podría conducir al país a la desestabilización y la guerra civil.
Un nuevo mandato de Chávez hará posible reformas institucionales que le
perpetuarán en el poder y que seguirán aportándole la legitimidad que la
doble moral de la mayoría de los gobiernos del mundo necesitan para no
declararle un paria internacional.
Chávez, de triunfar, continuará exportando un modelo que amenaza la
libertad de todos, ya que cuenta con las riquezas necesarias para
hacerlo, y aliados, dentro y fuera del país, con las ambiciones y
resentimientos suficientes para concretar un proyecto que se inició en
el siglo pasado y que para sus partidarios no ha caducado todavía,
aunque la realidad ha demostrado su fracaso absoluto.
En el interior del país el régimen actuará con más severidad,
intensificando la represión contra los diferentes sectores que le
antagonizan. La libertad de expresión e información serán completamente
cercenadas. Las organizaciones de la sociedad civil serán integradas por
completo a la inmensa maquinaria gubernamental y se establecerán
fórmulas que permitirán ilegalizar la oposición legítima, a la vez que
se promoverán agrupaciones políticas aparentemente contrarias, que en
realidad responderán a los planes del gobierno.
A fin de cuentas Chávez siempre ha dicho que "Cuba es un mar de
felicidad", así que es de esperar que hará todo lo posible por
establecer en Venezuela un estado policíaco de partido único, si le
fuera posible, y sin el más mínimo respeto a los derechos humanos,
aunque evidentemente aparentará acatar los mandatos de los organismos
internacionales y de muchos de los países que lo integran, como demanda
en la actualidad la cínica expresión "lo políticamente correcto".
Sin dudas que sería un grave error ignorar el peligro que significa la
gestión de gobierno del mandatario venezolano, porque todos estamos en
riesgo cuando uno de nuestros vecinos es un depredador de la libertad
que además gusta exportar sus utopías.
Cuba es un ejemplo de los resultados de esconder la cabeza en la arena
como los avestruces; por eso, para no incurrir en el mismo error, este
es el momento de ser solidarios con la oposición venezolana, porque en
alguna medida el chavismo ha penetrado todas las sociedades del continente.
Chávez con su diplomacia petrolera ha logrado tener mucha influencia en
varios organismos regionales y consecuentemente ha contraído firmes
alianzas con todos los déspotas del mundo. Cuba, Siria e Irán son sus
más firmes aliados, como en su momento lo fue el dictador Moammar Gadaffi.
La oposición venezolana ha hecho un trabajo serio, constante y
transparente. Las diferentes tendencias que la integran, cada una con
sus propias valoraciones sobre cómo enfrentar el gobierno y en que
pueden derivar estos comicios, casi en su absoluta mayoría promueven la
asistencia a las urnas y rechazan la abstención, porque comparten el
criterio que mientras mayor sea la participación, más difícil se le hará
al chavismo manipular los resultados.
La acción social ante una dictadura como la cubana envía un fuerte
mensaje al caudillo, y la participación electoral ante un régimen como
el venezolano es el mejor instrumento para neutralizar los propósitos
del déspota.
Chávez es un autócrata, por eso es de extrema importancia que un alto
número de votantes expresen oposición a su gobierno. La abstención sería
como apoyarle, porque más allá del resultado final está el acto
individual, el ejercicio de la soberanía personal de cada ciudadano de
decir no a lo que va contra sus creencias y valores.
Periodista de Radio Martí.
http://www.elnuevoherald.com/2012/09/07/1295013/pedro-corzo-votando-contra-la.html
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