Te recuerdo Amanda
Miércoles, 05 de Septiembre de 2012 00:58
Escrito por Luis Cino Álvarez
Cuba actualidad, Arroyo Naranjo, La Habana, (PD) Armanda me anunció una
noche de 1992 que Hugo Chávez alguna vez gobernaría en Venezuela. El
teniente coronel paracaidista llevaba varios meses en prisión por su
intento de golpe de estado y Armanda, una profesora de Caracas,
participaba en La Habana en un congreso de historiadores latinoamericanos.
Caminaba en busca de libros por la parte vieja de la ciudad. Trabamos
conversación en una librería de la calle Obispo. Se quejaba de los
precios de los libreros particulares y de los títulos que no hallaba.
Fueron las únicas quejas que tuvo de Cuba. Todo lo demás le parecía
justo y superlativo.
Cuando iniciamos la conversación, no había descubierto que era
extranjera. Era una mulata de unos treinta y tantos años y su entonación
al hablar parecía del oriente cubano. Salí de mi error cuando nos habló
de Chávez y nos dijo que "los cubanos no sabíamos cuan dichosos éramos
de tener a Fidel y vivir en un país socialista".
Amanda estaba harta de adecos y copeyanos. No creía ya en la democracia.
O al menos en la que ella conocía. Se proclamaba socialista con orgullo.
Lamentaba los errores del socialismo real, pero decía que Cuba
confirmaba que en América Latina todo podía ser distinto.
Según Armanda, Hugo Chávez era la gran esperanza para su país. Me mostré
escéptico. Los cubanos sabíamos poco entonces de Chávez. Sólo lo que
decía el periódico Granma. Armanda me miró con disgusto cuando le dije
que no me agradaban los militares y menos aún si eran golpistas. Fue
peor cuando le dije que Cuba no era exactamente como ella pensaba.
Durante su estancia habanera, conversamos bastante, con franqueza y
respeto, pero nunca logramos ponernos de acuerdo al respecto.
Aún me abochorna la primera vez que estuvo en mi casa. La que era
entonces mi esposa hizo verdaderos actos de magia en la cocina para
invitarla a almorzar. Una vecina nos prestó un mantel. Tratamos de
disimular con toronja el sabor del alcohol de aviones que le presentamos
como un trago típico.
Escuchábamos un disco de Pablo Milanés y Armanda, apartada por un
instante de sus sueños bolivarianos, se puso sentimental y nos confesaba
su fallido romance con un maduro y casado dirigente camagüeyano, cuando
se fue la luz. Armanda se asustó cuando oyó los gritos, maldiciones y
palabrotas de los vecinos.
No recuerdo una visita de Armanda en que no mediara un apagón. Podían
ser de más de 8 horas. De los apagones, de las colas, del hambre y de
las calamidades del transporte, Armanda culpaba invariablemente al
bloqueo norteamericano. También de la falta de libertades. Decía que era
necesario, que había que resistir.
Armanda lamentaba mi resentimiento. No podía entenderlo. Le expliqué que
debido a mis posturas contestatarias, hacía años que sólo hallaba
trabajo en la construcción. Me replicaba que eran errores inevitables en
la forja de una sociedad mejor. Que nuestros sacrificios se verían
recompensados con creces.
Armanda se despidió de nosotros diciéndonos que nos merecíamos un futuro
mejor, que tuviéramos fe, que todo cambiaría. Había que resistir. Sólo
pude desearle sinceramente también lo mejor para Venezuela. Sólo que no
tenía a Hugo Chávez en mente.
Me regaló una camisa hindú. Mi mujer y yo le conseguimos varios tomos de
las obras completas de Martí y un par de discos de Silvio Rodríguez. A
nosotros ya nos dolía oír a Silvio.
No he vuelto a saber de Armanda, pero a menudo la recuerdo. La supongo
firme chavista y visitante asidua en La Habana. No me ha localizado. Es
poco probable que lo haga. De entonces acá, he afrontado mudadas,
divorcios y represalias. O retaliaciones, como ella decía.
Nos supondrá inmersos en "el mar de felicidad" que dice el nuevo padrino
de la revolución cubana. Pero tal vez ahora Armanda nos entienda un poco
más. Aunque, si sigue tan testaruda, lo más probable es que el 7 de
octubre vuelva a votar por Chávez. Digo, si es que no "pasa algo" y
suspenden las elecciones.
Para Cuba actualidad: luicino2012@gmail.com
http://primaveradigital.org/primavera/component/content/article/117-politica/5116-te-recuerdo-amanda.html
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