La necrofilia ideológica de la izquierda americana
Los cadáveres de la planificación centralizada permanecen insepultos
En Estados Unidos hay muchos más granjeros que bibliotecarios
El extenso gobierno concebido por Bernie Sanders requiere libertad
disminuida e injusticias
JOSÉ AZEL
El disparate intelectual de la planificación económica centralizada y el
intervencionismo económico del gobierno presuntamente murió con la caída
del comunismo que comenzó con las revoluciones de 1989 y la subsecuente
disolución de la Unión Soviética. Pero todavía la izquierda americana
continúa haciendo el amor con la idea fallecida del intervencionismo
estatal en los asuntos económicos. El colaborador de El Nuevo Herald
Orestes Rodríguez ha calificado esta historia de amor como necrofilia
ideológica. Los cadáveres de la planificación centralizada permanecen
insepultos en países como China, Vietnam, Corea del Norte y Cuba, aunque
su descomposición intelectual es evidente.
¿Cómo explicamos entonces la popularidad del intervencionismo económico
gubernamental mostrado, por ejemplo, en el apoyo juvenil al socialista
aspirante a candidato presidencial Bernie Sanders? La abundante
evidencia del fracaso del colectivismo es ignorada por Mr. Sanders y sus
seguidores. Pasando por alto toda evidencia empírica, Mr. Sanders, que
prefirió la Unión Soviética para su luna de miel, y ha expresado
admiración por Fidel Castro, es un creyente sincero en el estado
intrusivo, coercitivo y paternalista, como vía de promover objetivos
sociales.
Una explicación sobre cómo utilizamos a menudo simplificaciones
heurísticas (algo así como una regla general) para hacernos criterios
ignorando toda evidencia empírica la ofrece Daniel Kahneman, quien ganó
el Premio Nobel de Economía en 2002 por su trabajo pionero sobre toma de
decisiones. El profesor Kahneman nos pide considerar a Steve, un
individuo que ha sido descrito por sus vecinos de la siguiente manera:
"Steve es muy tímido e introvertido, servicial, pero con poco interés en
las personas o el mundo de la realidad. Un alma tímida y ordenada, con
necesidad de orden y estructura, y pasión por los detalles".
¿Es más probable que Steve sea un bibliotecario o un granjero?
La mayoría de nosotros reconoce en Steve el estereotipo característico
del bibliotecario, y probablemente decidiremos de manera heurística que
Steve es un bibliotecario. Haciéndolo, ignoramos las consideraciones
estadísticas relevantes. Si pensamos en eso, probablemente nos demos
cuenta que en Estados Unidos hay muchos más granjeros que
bibliotecarios. Un poco de investigación revelaría que hay más de 20
granjeros por cada bibliotecario. Nuestra inclinación nos llevó a
considerar erróneamente más probable que Steve fuera bibliotecario,
cuando la estadística evidencia más probabilidad de que fuera granjero.
Mr. Sanders y sus seguidores arguyen que el poder coercitivo del
gobierno debe utilizarse para abordar directamente los problemas
sociales. Sí, todos queremos vivir en una sociedad justa, pero
encargarle al gobierno, digamos, una distribución predeterminada de
recursos, solamente puede lograrse violando derechos individuales. El
paternalistamente extenso gobierno concebido por Mr. Sanders requiere
libertad disminuida e injusticias.
Aun si fuera posible lograr por un momento una deseada distribución de
propiedades, tal distribución comenzaría inmediatamente a quebrarse por
individuos prefiriendo ahorrar en diferentes cantidades, o intercambiar
bienes con otras personas. Mantener esa distribución requeriría quitarle
a una persona los recursos o propiedades que otros desearan que se
transfirieran a ellos, es decir, requeriría una interferencia continua
en nuestras libertades.
Si bajo la lógica de algún quimérico cálculo socialista ciertos bienes
se garantizaran a determinados individuos, entonces habrá que forzar a
otras personas para que paguen por esos bienes. Esta concepción de los
derechos es inherentemente injusta, requiriendo que el Estado trate
diferente a unos individuos que a otros.
El paternalismo socialista también implica que no se puede confiar que
"las otras" personas tomen decisiones adecuadas sobre sus vidas,
requiriendo por consiguiente que el gobierno intervenga. Nótese que son
solamente "las otras" personas quienes no pueden tomar buenas
decisiones. Nosotros, por supuesto, tomamos buenas decisiones y no
queremos que el gobierno decida sobre nuestras vidas.
Jóvenes estudiantes idealistas satanizan los negocios como una búsqueda
del interés propio que estimula y recompensa conductas egoístas. Bien,
pero de ahí no se debe derivar que los negocios exploten a sus clientes.
En un sistema de libre empresa las ganancias no se obtienen perjudicando
a los consumidores, sino innovando y creando.
Reflexiono sobre esto mientras observo a los estudiantes en los campus
universitarios utilizando camisetas de Bernie Sanders, absortos en
juegos electrónicos en sus iPads capitalistas, y discutiendo con sus
padres, en sus iPhones capitalistas, que ellos deberían tener derecho a
gastarse el dinero de sus padres.
Investigador Senior en el Instituto de Estudios Cubanos y
Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, y autor del libro Mañana
in Cuba.
jazel@miami.edu
Source: La necrofilia ideológica de la izquierda americana | El Nuevo
Herald - http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/article75116982.html
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