Sunday, May 15, 2016

Un proyecto de tren bala abandonado, símbolo del colapso de la relación Caracas-Pekín

Un proyecto de tren bala abandonado, símbolo del colapso de la relación
Caracas-Pekín
AGENCIAS | Caracas | 14 Mayo 2016 - 6:33 pm.

Era considerado un modelo de fraternidad socialista: el primer tren bala
de América del Sur, con tecnología china, que llevaría progreso a zonas
rurales de Venezuela. Ahora que el proyecto ha quedado prácticamente
abandonado, ha pasado a simbolizar el colapso de la economía y de una
relación estratégica, reporta la AP.

En el sitio donde alguna vez hubo decenas de edificios modernos, ahora
pasta el ganado, junto a una fábrica que ha sido desmantelada y
saqueada. Un cartel rojo en forma de arco, con inscripciones en chino y
en español, es todo lo que queda de lo que hasta hace 16 meses fue un
activo complejo con 800 empleados.

La debacle se aceleró a principios del año pasado, cuando los directores
chinos del proyecto se fueron calladamente.

Como ocurre con tantos planes de trasfondo político que no se
concretaron en Venezuela —"elefantes rojos", según los detractores del
Gobierno—, la infraestructura derruida contrasta con el promisorio
despegue de la iniciativa.

Hace una década el entonces presidente Hugo Chávez pensó que un
ferrocarril entre Tinaco y Anaco ayudaría a poblar esa llanura y
atraería proyectos de desarrollo de las zonas costeras. Debía abarcar
468 kilómetros (unas 300 millas) y transportar cinco millones de
pasajeros y 9,8 toneladas métricas de carga por año a una velocidad de
220 kilómetros (135 millas) por hora.

Chávez recurrió a China, uno de sus aliados ideológicos más estrechos,
para la financiación y la ingeniería del proyecto, que era parte de un
acuerdo por 7.500 millones de dólares que hizo de Venezuela el país que
más préstamos recibió de Pekín. Se encomendó la construcción a un
consorcio de empresas estatales encabezado por el China Railway Group
Ltd, la fabricante de trenes más grande del mundo.

Pero el plazo para completar el proyecto venció hace cuatro años sin que
las obras hayan sido terminadas y ya casi no se trabaja en la
iniciativa. Según la AP, en una instalación visitada por sus reporteros
media docena de trabajadores descansaban a la sombra de una gigantesca
mezcladora de cemento mientras que dos gerentes chinos reposaban en un
panel de controles fumando cigarrillos.

Los problemas que enfrenta el proyecto se hacen patentes en Zaraza,
calurosa ciudad de 75.000 habitantes donde había una fábrica que
producía durmientes de hormigón para las vías. En filmaciones del
Gobierno hechas en 2013 se ven terrenos bien cuidados y canchas de
básquetbol en las que los trabajadores chinos y venezolanos socializaban.

Poco después de la partida de los gerentes chinos, en enero de 2015, una
turba de residentes de la zona, algunos de ellos armados, saquearon el
lugar y se llevaron todo lo que tuviese valor. Empezando por los
generadores, las computadores y los acondicionadores de aire, cargados
en camioneta. Vándalos destrozaron decenas de edificios para llevarse
pedazos de metal, cables de cobre y azulejos. Parte de ese botín se
vende hoy en puestos a lo largo de un camino.

Jesús Eduardo Rodríguez, dueño de una hacienda y de los terrenos donde
se instaló la fábrica, dijo que el saqueo duró dos semanas.

Varios testigos que no quisieron ser identificados por temor a
represalias dijeron que el saqueo se produjo a plena vista de elementos
de la Guardia Nacional, que según ellos estaban de acuerdo con los
vándalos y contaban con la complicidad del alcalde de la ciudad,
Wilfredo Balza, del partido oficial, razón por la cual el incidente no
generó mayor revuelo.

Balza no respondió a numerosas llamadas y mensajes de texto pidiendo
comentarios. Cuando periodistas de AP visitaron la municipalidad se les
dijo que no estaba disponible.

"Destruyeron todo", relató Rodríguez, quien usó unos enormes bloques de
hormigón para bloquear el acceso a la instalación, donde se empezaron a
reunir delincuentes. "Nos vinimos aquí a la casa y nos pusimos casi a
llorar por lo que estaban haciendo".

China Railway no respondió tampoco a correos electrónicos en Beijing ni
a llamadas telefónicas y dos visitas a sus oficinas en Caracas.

El derrumbe del proyecto parece ser consecuencia de la escasez de
divisas que tiene Venezuela.

En una entrevista con la cadena Televen en junio de 2013, el director
del servicio de ferrocarriles estatales de entonces admitió que se le
debían 400 millones de dólares a los chinos. Líderes sindicales se
quejaron por años de demoras en los pagaos de los sueldos, las cuales se
agravaron a medida que la economía se venía abajo. Las reservas de
divisas extranjeras están en su nivel más bajo en 13 años y se
pronostica una inflación superior al 700% este año, por lo que Venezuela
está atrasada en los pagos a empresas extranjeras, desde las aerolíneas
hasta las firmas de servicios a cargo de la extracción del petróleo en
torno al cual gira la economía del país.

Hasta hace poco, China ayudaba a mantener a flote a Venezuela. Desde
2007 financió el Gobierno de Chávez, quien falleció de cáncer en el
2013, y luego al del actual presidente Nicolás Maduro, mediante una
combinación de efectivo, préstamos y compromisos de inversión por un
valor total de 65.000 millones de dólares, según una base de datos que
mantienen Inter-American Dialogue y la Boston University. Cuando los
precios de las materias primas estaban todavía altos y las economías
sudamericanas florecían, ese tipo de acuerdos parecían algo seguro.

Pekín se acerca a los opositores venezolanos

Pero últimamente China ha tenido sus propios problemas y los precios del
petróleo, que garantizaban todos esos préstamos, se desplomaron, por lo
que a Venezuela cada vez le cuesta más salir adelante. Una misión de
alto nivel viajó a Pekín en febrero y regresó con las manos vacías.

Kevin Gallagher, profesor de ciencias políticas de la Universidad de
Boston y autor de dos libros sobre las relaciones económicas entre China
y América Latina, dijo que los chinos están cada vez más preocupados por
los riesgos que corren en Venezuela.

"Todo se está desmoronando", expresó Gallagher, quien estuvo en Pekín
hace poco observando el estado de esa relación económica. "Los chinos
están muy asustados por esos riesgos".

La corrupción también inquieta. Seis funcionarios venezolanos fueron
detenidos en 2013 y 2014, acusados de robarse 84 millones de dólares de
un fondo de desarrollo chino.

Los chinos aseguran que no están asustados.

"China presta atención al desarrollo de las relaciones chino-venezolanas
y seguirá manteniendo las relaciones entre las dos partes en todos los
terrenos y a todos los niveles para reforzar la confianza y la amistad
mutua, y promover la cooperación y el crecimiento mutuos", manifestó el
Ministerio de Relaciones Exteriores chino en respuesta a una pregunta.

El Gobierno del presidente Xi Jinping, no obstante, parece estar
tratando de limitar riesgos. Además de dejar de tirar dinero, ha estado
hablando con la oposición venezolana, que intenta convocar un referendo
revocatorio o forzar la renuncia de Maduro.

Los contactos comenzaron en una reunión de la Internacional Socialista
en Nueva York en julio del año pasado a la que asistieron dirigentes
opositores venezolanos y miembros del Partido Comunista chino, según un
venezolano que estuvo en el encuentro y que habló a condición de no ser
identificado por temor a comprometer su situación. El mismo dirigente
viajó luego a Beijing por invitación del partido para informar a las
autoridades chinas sobre los planes de la oposición venezolana tras la
abrumadora victoria en las elecciones legislativas de diciembre.

El embajador chino ha cenado en privado con dirigentes de la oposición,
según el político, a pesar de que el Gobierno venezolano pidió a los
diplomáticos extranjeros que no se viesen con figuras a las que acusan
de tratar de desestabilizar el país. Los líderes de la oposición, que
acusan a China de sostener a Maduro, han suavizado sus críticas porque
consideran que necesitarán toda la ayuda que puedan conseguir para
revivir la economía si llegan al poder.

Estos vaivenes políticos no significan mucho para Omar Correa, quien
como tantos otros en Zaraza se ilusionó con el proyecto del ferrocarril
y su promesa de progreso. Todavía luce el uniforme azul con el logo de
la empresa china a pesar de que hoy por hoy lo único que hay en la
fábrica es ganado pastando.

"¿Van a regresar?", pregunta Correa, visiblemente acongojado. "Yo tenía
esperanzas de ver ese tren andar algún día".

Source: Un proyecto de tren bala abandonado, símbolo del colapso de la
relación Caracas-Pekín | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/internacional/1463247239_22384.html

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