Juego sucio
JORGE OLIVERA CASTILLO | La Habana | 14 Jun 2014 - 3:40 pm.
La invitación a Cuba a la próxima asamblea de la OEA podría dividir a la
entidad regional.
La comisión de embullo para que el gobierno cubano envíe un
representante a la próxima reunión de la Organización de Estados
Americanos (OEA) dio un nuevo paso.
Esta vez fue en Asunción, Paraguay. La propuesta corrió a cargo del
canciller anfitrión de la 44ta Asamblea de la entidad regional a
celebrarse en Panamá, en abril de 2015.
La tropa bolivariana —Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador— cuenta
así con otro respaldo que no ha vacilado en extenderle la invitación a
la única dictadura del continente.
En caso de que hubiera algún representante de la Isla en la venidera
asamblea, algo difícil de creer, sería un funcionario de muy bajo
perfil. El interés de Raúl Castro por la OEA sigue siendo nulo. Le
importan un comino los ruegos para que ocupe un asiento en el cónclave.
Al analizar los acontecimientos, crecen las sospechas de estar frente a
una estrategia que busca reacomodos institucionales estrechamente
ligados a las perspectivas del llamado socialismo del siglo XXI, un
modelo que valida el unipartidismo, el control de la prensa, la ojeriza
contra la clase media que no se somete a los dictados de los caudillos y
que utiliza con mayor énfasis el antinorteamericanismo como elemento de
legitimación política.
Si definitivamente la gerontocracia acepta el ofrecimiento, ¿qué sentido
tendrían las exigencias democráticas como requisito para ser parte de
una organización de la cual Cuba fue expulsada, en 1962, por tener un
sistema de corte marxista-leninista?
Resulta escandaloso el apoyo sin condiciones a un Gobierno que encarcela
por repartir en la vía pública la Declaración Universal de los Derechos
Humanos y tilda a sus críticos de "contrarrevolucionarios".
Una vez más los vecinos latinoamericanos y caribeños dan constancia de
su bajeza moral. Aliarse con el verdugo cuando el látigo restalla con
mayor fuerza es una actitud que merece un repudio absoluto.
A los representantes de las naciones del área no les basta con las
cientos de detenciones arbitrarias en el mes de mayo. Según
organizaciones contestatarias dedicadas al registro de arbitrariedades,
se contabilizaron más de mil, sin tener en cuenta los actos de repudio,
las golpizas, el drama de los más de 80 presos políticos, los juicios
sin las debidas garantías procesales y las dos docenas de activistas
contestatarios que guardan prisión desde hace meses sin que se les haya
llevado a un tribunal.
El canciller panameño, Francisco Álvarez de Soto hizo gala del cinismo
en el grupo de trabajo que decidió cursar la invitación. Fue solo una
voz del coro que se place en enaltecer los ripios del castrismo bajo la
batuta de intereses mezquinos.
Es probable que Panamá esté a punto de sumarse a la comparsa fundada por
el extinto Hugo Chávez y que Nicolás Maduro intenta mantener a toda costa.
La delegación norteamericana presente en la cita de Asunción, recordó
las obligaciones para formar parte de la OEA.
Sin democracia no hay admisión que valga. Cuba es una ficha que sobra en
el tablero regional. Si se empeñan en incluirla será un juego sucio, una
acción que ni Estados Unidos ni Canadá van a admitir.
¿Se ausentarán estos dos países o los representantes de Bolivia,
Venezuela, Nicaragua y Ecuador? Eso depende de lo que decida Raúl Castro
en abril de 2015.
http://www.diariodecuba.com/internacional/1402753202_9049.html
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