Publicado el jueves, 08.14.14
PEDRO CORZO: Todo el poder para Maduro
Hugo Chávez tenía tal devoción por el modelo castrista que el nombre del
partido de gobierno que fundó para desarrollar su proyecto en Venezuela,
Partido Socialista Unidos de Venezuela, es muy parecido al del primer
partido que constituyó el castrismo en Cuba: Partido Unido de la
Revolución Socialista.
Sin duda alguna la capacidad creativa de Chávez era muy limitada, porque
aparte de casi copiar textualmente el nombre de la organización
política, importó del modelo cubano los métodos para gobernar y
conservar el poder.
Aún más, hizo que militares cubanos y los servicios de seguridad de la
isla, en una intromisión sin precedentes solicitada por un gobierno en
teoría soberano, ejercieran una influencia indebida sobre los servicios
armados y la seguridad del país.
A su muerte, según conocedores de la política venezolana, fue el régimen
de la isla el que impuso en el gobierno a Nicolás Maduro, quien sin
dudarlo un instante, permitió una mayor intromisión castrista en los
asuntos internos de Venezuela.
Un ejemplo de esta realidad es que Maduro, como resultado del III
Congreso del Partido, ostenta formalmente, junto al cargo de la
presidencia de la República el de máximo líder del Partido, por lo que
camina sobre las huellas que en su momento dejaran Fidel Castro y Chávez.
En el último congreso de PSUV la cúpula de la agrupación política y del
gobierno hicieron los mayores esfuerzos para superar los conflictos
internos, está por verse si lo lograron, porque están conscientes de que
para conservar el poder deben superar las reales o supuestas diferencias
que existan en el alto gobierno, ya que de no hacerlo, se les acaba el
banquete que se están dando con los derechos de los ciudadanos y con las
riquezas del país.
No se puede pasar por alto que en el encuentro partidista no se abordó
la controversia que originaron dos personalidades importantes del
chavismo, los ex ministros de Planificación, Jorge Giordano y de
Educación, Héctor Navarro, que es de suponer tienen partidarios tanto en
las filas del gobierno como en el PSUV.
Otro aspecto a destacar del congreso del PSUV es el desencanto de muchos
partidarios del chavismo porque fue muy alta la abstención en las
primarias para elegir delegados.
Sin embargo todo parece indicar que Maduro ha logrado fortalecer su
poder e imponer su concepto que la lealtad sin límites es el baluarte
del régimen, algo así como aquella expresión de Fidel Castro, “ Con la
Revolución todo, contra la revolución nada”.
La realidad es que tanto la nomenclatura oficial como los nuevos ricos
creados al amparo del gobierno bolivariano, están conscientes de que
necesitan una asociación firme, capaz de superar diferencias y evitar
crisis internas, junto a la implementación de políticas que sin poner en
riesgo el poder que detentan, impidan que se generen condiciones que
incentiven el descontento al interior del Partido, factor que incidiría
directamente en los sectores populares del chavismo y que darían a la
oposición nuevos elementos para trabajar en contra del gobierno.
No obstante a pesar de los esfuerzos del “Cogollo”, como se le decía a
la dirigencia partidaria antes de Chávez, el III Congreso del PSUV
enfrentó problemas de legitimidad porque varios sectores de la base
oficialista cuestionaron que numerosos delegados fueran seleccionados
por las posiciones que ocupaban en el gobierno o el parlamento, sin
haber tenido que concurrir a las urnas.
Por otra parte Gonzalo Guzmán, líder de una corriente del chavismo,
Marea Socialista, declaró recientemente “La situación es cada vez más
penosa en el nivel de vida de la clase trabajadora... Darle la espalda a
estas preocupaciones no es sano… Hay que enfrentar la situación
abiertamente con la gente, con el pueblo bolivariano que tiene derecho a
participar y a involucrarse en las tomas de decisiones. Esta es nuestra
revolución, no es la de un grupo específico de dirigentes".
Las palabras de Guzmán reflejan el gran distanciamiento que existe entre
el pueblo llano y el gobierno que supuestamente iba a resolver sus
necesidades, aunque también es lícito agregar que ese distanciamiento no
se estableció con Maduro porque un número importante de los fieles de
Chávez, incluido el autócrata desaparecido, gustaban en extremo de los
lujos y beneficios que les creaba el poder.
No obstante el problema más serio del gobierno Maduro-Cabello, superior
a la ineficiencia de los funcionarios y a las divisiones internas, es la
profunda corrupción que está corroyendo el régimen, una realidad que
repercute en el enriquecimiento acelerado de unos pocos y en el
empobrecimiento de la mayoría ciudadana, y la todavía más grave
consecuencia de la destrucción del aparato productivo del país.
Periodista de Radio Martí.
http://www.elnuevoherald.com/2014/08/14/1820725/pedro-corzo-todo-el-poder-para.html
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