Los beneficiarios de Petrocaribe, obligados a recurrir al mercado
abierto mientras el pacto languidece
AGENCIAS | Caracas | 22 Ago 2014 - 11:34 am.
Una producción petrolera en declive, el desastre económico venezolano,
impagos de los socios del pacto y la creciente demanda china estarían
entre las causas.
El suministro de crudo y derivados venezolanos a sus aliados bajo los
pactos energéticos que creó el fallecido presidente Hugo Chávez se
desplomó en 2013 a mínimos de los últimos cinco años en medio de la
crisis económica que azota al país sudamericano, según datos de la
estatal Petróleos de Venezuela, informa Reuters.
Los envíos enmarcados en acuerdos de cooperación regional cayeron un 11
por ciento a 243.000 barriles por día (bpd), poniendo de manifiesto las
dificultades del país y de PDVSA para mantener en pie un puñado de
convenios concebidos por Chávez para ayudar a sus socios y extender su
influencia política.
Varios son los factores para esta caída: una producción petrolera en
declive, débil crecimiento económico, una vapuleada red de refinación y
acuerdos de financiamiento con China que desvían una parte de los
despachos venezolanos.
En medio de esto, muchos beneficiaros de los acuerdos se han visto
obligados a recurrir al voraz mercado abierto.
En lo que va del año, países desde Jamaica hasta Argentina, que tienen
pactos de suministro con Venezuela, han comprado 140 embarques de crudo,
componentes de refinación y combustibles en el mercado abierto, según
información recopilada por Reuters.
Más de dos tercios de los cargamentos fueron a parar a Ecuador, cercano
aliado de Venezuela.
Las transacciones, que están haciendo subir la renta de tanqueros en la
cuenca Atlántica, suponen precios mayores y condiciones de venta menos
ventajosas que los acuerdos con Venezuela.
Petrocaribe, nacida en 2005 por impulso de Chávez, permite a sus
miembros pagar en efectivo el 40 por ciento de los envíos, mientras que
el restante 60 por ciento se puede financiar a 25 años con tasas de
interés bajas o mediante pagos con productos que van desde arroz hasta
pantalones jean.
En total 21 países se han adherido a estos pactos, incluyendo
Petrocaribe, el Acuerdo Energético de Caracas y varios acuerdos bilaterales.
Un pacto 'insostenible'
Pero los problemas operacionales y financieros de PDVSA han creado
obstáculos, obligando a la petrolera a comprar derivados para poder
cumplir con el suministro a sus aliados.
"(Venezuela) está importando una gran cantidad para cubrir su propia
demanda interna, por lo que la compra de volúmenes adicionales para
ayudar a esos países es insostenible", dijo un agente involucrado en el
suministro de combustible a Venezuela.
Mientras el Gobierno del presidente Nicolás Maduro intenta que los
acuerdos no se desvanezcan, firmas estadounidenses con amplios
inventarios de gas natural acechan en busca de nuevos negocios en la región.
El Gobierno de Estados Unidos también podría beneficiarse de la
situación en su intento de recuperar su influencia en Latinoamérica y el
Caribe.
El vicepresidente estadounidense, Joe Biden, anunció el mes pasado la
Iniciativa para la Seguridad Energética del Caribe, un plan para reducir
la dependencia de la región de los "costosos combustibles y electricidad
importados", con la promesa de financiar proyectos para generar energía.
Y Overseas Private Investment Corp., un ente del Gobierno de Estados
Unidos que financia el desarrollo, está en discusiones con inversores
para la ejecución de proyectos energéticos en el Caribe, dijo un alto
funcionario del Departamento de Estado.
Del total de barriles que Venezuela envía a China —que ahora es el
primer destino de sus exportaciones petroleras—, 485.000 bpd son
entregados para pagar millonarios créditos desembolsados por el gigante
asiático al país, lo que deja cada vez menos volúmenes disponibles para
aliados regionales.
La cuota máxima que los miembros de Petrocaribe podrían recibir suma
377.000 bpd según PDVSA, aunque el año pasado se enviaron 134.000 bpd
menos que eso.
Dominica, Honduras, Paraguay y Bolivia no recibieron un solo barril de
Venezuela el año pasado, agregan los números de PDVSA.
Argentina, que sorteó una profunda crisis energética en 2002 gracias, en
parte, al petróleo venezolano, vio en 2013 cómo los despachos desde
Venezuela se redujeron en la mitad.
El ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, ha negado los señalamientos de
que Venezuela está proveyendo menos productos a sus socios de
Petrocaribe, insistiendo en que esos envíos fluctúan de acuerdo a las
necesidades de cada país.
"Son nominaciones (solicitudes) mensuales y los países tienen una cuota.
A veces la piden toda, a veces no es necesario, a veces no tenemos
disponibilidad. Varía y ellos saben que es así", dijo Ramírez en junio.
Pero ese no parece ser el caso de los países que se han volcado al
mercado abierto, algunos por primera vez en años, de acuerdo a
documentos vistos por Reuters.
Las compras a otros proveedores, en auge
Aunque los gobiernos y las petroleras estatales no publican datos de
licitaciones realizadas en el opaco mundo del comercio de crudo al
contado, los intermediarios dicen que las compras —que tienden a pactar
precios mayores que en contratos de suministro de mediano y largo
plazos— están en auge.
PDVSA y otras empresas estatales de la región no respondieron a las
solicitudes de información de Reuters.
La petrolera estatal argentina YPF está comprando en el mercado abierto
una porción cada vez mayor del diésel y el fuel oil que usa Argentina
para generar electricidad, según documentos de oferta. Esto ha aumentado
el peso de los subsidios que costea el Gobierno en momentos en que el
país entra de nuevo en una cesación de pagos.
"Argentina ha accedido a pagar este año hasta 20 dólares por millón de
BTU para las importaciones de GNL (Gas Natural Licuado), frente a un
precio internacional de 16-18 dólares", dijo un operador. "Pero los
consumidores no lo notan debido a los subsidios".
Un portavoz de YPF dijo que los aumentos en los precios domésticos son
el resultado de mayores costos, pero declinó a ofrecer más detalles.
Este año, Uruguay ha comprado en el mercado abierto al menos 1 millón de
barriles de crudo cada trimestre, después de que los suministros de
PDVSA cayeran un 15 por ciento el año pasado.
Los despachos venezolanos han declinado incluso hacia países donde PDVSA
tiene activos de refinación como Jamaica y República Dominicana,
exponiéndolos a los intermediarios.
Ecuador, que enfrenta prolongados trabajos de modernización en su
principal refinería, ha comprado más de 70 cargamentos de nafta y 30 de
diésel este año, después de que un acuerdo de intercambio con Venezuela
cayera a unos 2.000 bpd el año pasado, desde los 49.000 bpd que se
despacharon en 2008.
Chávez fue un fiero crítico de lo que llamó los "intermediarios
usureros" que comerciaban con el Caribe y pequeños países de Centro y
Sudamérica. Iniciativas como Petrocaribe fueron creadas para limitar el
rol de los agentes comerciales que inflan los costos de importación para
la región. Pero ninguno de estos acuerdos energéticos ha podido
prescindir completamente de ellos.
Bolivia también está en apuros. Solía importar la mayoría de su diésel
de Venezuela, pero los envíos se contrajeron y Chile se convirtió en su
principal proveedor. Esto ha exacerbado la presión fiscal sobre los
subsidios a los combustibles, que el año pasado superaron los 1.000
millones de dólares, o el 3,4 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB).
El presidente Evo Morales ha intentado subir los precios de los
combustibles de uso automotor —congelados desde 2001— en varias
oportunidades, pero las protestas se lo han impedido.
"Cualquier reducción en los envíos de diésel del Gobierno venezolano,
que era el principal suministrador, va a afectar al presupuesto público
boliviano", dijo Marco Gandarillas del Centro de Documentación e
Información de Bolivia (CEDIB).
No todos por igual
Sin embargo, no todos los países han sufrido recortes. Los envíos a Cuba
y Nicaragua, dos de los más estrechos aliados del Gobierno socialista de
Maduro, se han mantenido: unos 130.000 bpd en conjunto en el 2013, según
PDVSA.
Y en Estados Unidos la firma Citizens Energy Corp renovó en febrero por
noveno año consecutivo un programa que reparte unos 620.000 barriles de
combustible para calefacción a familias de bajos recursos. Los
productos, que son vendidos en condiciones favorables, provienen de
Citgo, la unidad refinadora de PDVSA en el país del norte.
Los crecientes acuerdos con China que involucran pagos con petróleo y
los generosos esquemas de crédito previstos en los acuerdos regionales
han creado un serio problema de flujo de caja para Venezuela, que tiene
una inflación superior al 60 por ciento y una prolongada escasez de
bienes básicos.
En esas circunstancias, los convenios petroleros con aliados parecen un
lujo que Venezuela no puede ya permitirse, sobre todo si el país se ve
forzado a refinanciar deudas e incluso a condonarlas, como sucedió con
Haití y Nicaragua.
PDVSA informó en su reporte que las cuentas por cobrar correspondientes
a acuerdos energéticos aumentaron nuevamente el año pasado a 6.090
millones de dólares, desde los 5.300 millones de dólares del 2012 y los
3.250 millones de dólares del 2011.
Mientras tanto, la estatal venezolana no cobró en efectivo en el corto
plazo al menos un tercio de sus exportaciones del año pasado, a medida
que un mayor volumen de petróleo se destina al pago de deudas con China,
según cálculos de Reuters basados en las cifras de los últimos estados
financieros de la firma.
Esta es una preocupación medular para un país cuyas exportaciones
petroleras están aportando el 96 por ciento de los dólares que alimentan
su economía.
http://www.diariodecuba.com/internacional/1408700059_10079.html
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