Tuesday, January 13, 2015

El vía crucis de comprar comida en Venezuela

El vía crucis de comprar comida en Venezuela
En un esfuerzo por tratar de garantizar leche, café, arroz, papel
higiénico, azúcar, jabón y aceite de maíz, los supermercados han
regulado su venta, pero la demanda supera cualquier previsión. Y aparece
la desesperación
martes, enero 13, 2015 | CubaNet

CARACAS, Venezuela. — Los empleados del supermercado Unicasa de la
urbanización Cumbres de Curumo —un sector de clase media alta donde
residen muchos militares retirados y activos por su cercanía con Fuerte
Tiuna, la principal fortaleza militar de Venezuela— vivieron una semana
muy tensa. El miércoles llegó la leche en polvo, un producto que en
Venezuela es tan escaso como el agua en el desierto. De inmediato,
alertados a través del teléfono móvil, los vecinos y clientes de otras
zonas de Caracas hicieron una larga fila para comprar cuatro paquetes,
el máximo permitido.

En un esfuerzo por tratar de garantizar que los bienes más buscados
—leche, café, arroz, papel higiénico, azúcar, jabón y aceite de maíz—
alcancen para todos, los supermercados han regulado su venta, pero la
demanda supera cualquier previsión. Y entonces, con la escasez, aparece
la desesperación. Ese miércoles una señora, que llevaba las cuatro
bolsas de leche, cayó al suelo empujada por la turba que corría hacia el
pasillo donde estaba el insumo. Un hombre aprovechó para quitarle los
paquetes. Una vecina reía mientras otros se lo recriminaban: "Pero es
que esto es consecuencia de la situación que vivimos. Y aún nos falta
mucho por ver", se defendía.

En Catia, un bastión chavista del oeste de Caracas, una multitud saqueó
el jueves un camión que transportaba pañales, otro de los productos muy
demandados en estos días, mientras esperaba en una fila para entrar a
una de las tiendas de la cadena de ventas al por mayor más importante
del país. El mismo jueves, al supermercado de Cumbres de la Curumo llegó
la harina de maíz precocido —la base para preparar las arepas, el
desayuno tradicional venezolano— y varias cajas de pañales. Tampoco
alcanzó para todos. Los que no tuvieron suerte pensaban que el encargado
del supermercado había escondido los paquetes. La policía del municipio
se acercó para pedirle que, si las sospechas eran ciertas, reiniciara la
venta. "Podría decirle que pasen hasta el depósito para que se cercioren
de que no estamos escondiendo nada", decía. Después de comprobarlo, los
clientes se marcharon hacia otros locales de Caracas para continuar con
la caza de los productos que no consiguen.

El desabastecimiento siempre es más marcado a principios de año, pero
las escenas de desespero y las largas filas en esta época del año, que
se repiten en casi todo el país durante varias horas al día, sí son una
novedad. En diciembre suele haber vacaciones en las fábricas y la falta
de producción es compensada con el inventario. Sin embargo, desde 2013,
para paliar la escasez, el Gobierno obliga a las empresas a sacar todas
su existencias y considera al inventario un modo de acaparar. Las leyes
aprobadas por el oficialismo castigan al empresario con prisión o la
eventual expropiación del negocio. De esta manera Venezuela ha llegado a
2015 en una situación crítica y con un ambiente muy tenso en los
supermercados.

Para evitar que la violencia campe las grandes cadenas distribuyen los
alimentos escoltados por su propio personal de seguridad y la Guardia
Nacional Bolivariana (GNB). Ocurrió el jueves en un supermercado de la
urbanización Valle Arriba, una colina sobre la que están construidos
edificios de lujo y donde se ubica la sede de la Embajada de Estados
Unidos en Caracas. Al mediodía llegó la leche líquida y se repitieron
las escenas de todos estos días: gente corriendo desesperada para
llevarse el máximo permitido (seis unidades), desespero y reclamos. En
menos de una hora ya no había leche. Dentro del local otras personas
formaron una fila para esperar la entrega de una cantidad limitada de
papel higiénico. Cuatro oficiales de la GNB, con armas largas, vigilaban
a los clientes.

El viernes, el vicepresidente de Seguridad y Soberanía Alimentaria,
Carlos Osorio, recordó en el palacio de Miraflores que las leyes
venezolanas impiden el cese de operaciones de productores y
distribuidores de alimentos. "Si no quieren trabajar entréguenle esa
planta a otro que sí lo haga", dijo.

Entretanto, por las redes sociales comenzaron a circular rumores de una
convocatoria para un paro nacional a partir de hoy, pero la coalición
opositora Mesa de la Unidad se desmarcó. "Es un plan diseñado por el
Gobierno para desviar la atención del drama de la escasez", dijo su
secretario general, Jesús Torrealba.

PUBLICADO EN EL PAIS DE ESPAÑA / Alfredo Mesa, desde Caracas

http://www.cubanet.org/internacionales/el-via-crucis-de-comprar-comida-en-venezuela/

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