Sunday, August 11, 2013

¿Vigila Cuba a América Latina?

¿Vigila Cuba a América Latina?
10/08/2013 publicado por Emilio Martínez

El posible acceso de los servicios de inteligencia de Cuba a la
información personal de millones de ciudadanos en América Latina podría
sorprender a quienes desconocen la historia reciente de la isla. Para
quienes no están ajenos a las operaciones de la seguridad cubana, esta
noticia llueve sobre mojado.
Un reporte del diario mexicano El Universal reveló el pasado 3 de agosto
que funcionarios cubanos trabajan con servicios gubernamentales de
Argentina, Bolivia y Venezuela, responsables de la gestión de los datos
de identidad de unas 80 millones de personas.
La noticia coincide con las denuncias del analista estadounidense Edward
Snowden sobre el sistema global de vigilancia desplegado por la Agencia
Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA). Las repercusiones del
escándalo han alcanzado América Latina, donde los cancilleres de
Mercosur han manifestado su inquietud ante Naciones Unidas por el
espionaje norteamericano en la región.

La toma de Caracas
El Universal ha desempolvado una vieja revelación hecha por diario
venezolano El Nacional en julio de 2011, acerca del contrato entre la
empresa cubana Albet Ingeniería y Sistemas S.A. y el Ministerio de
Relaciones Interiores y Justicia de Venezuela. El convenio, suscrito en
2007, estipulaba básicamente la entrega de las cédulas de identidad para
el nuevo Sistema de Identificación, Migración y Extranjería.
Albet S.A. se presenta como empresa estatal cubana que ejecuta las
transacciones comerciales de la Universidad de Ciencias Informáticas
(UCI), un proyecto de desarrollo informático creado por Fidel Castro en
2002.
Según el documento confidencial del acuerdo, filtrado por el exasesor
del gobierno venezolano Anthony Daquin, los cubanos recibirían más de
172 millones de dólares por la operación, que también incluía el
suministro de equipamiento y soluciones tecnológicas para garantizar el
funcionamiento de los nuevos controles de identidad.
En la práctica, señalan los críticos, la participación cubana en el
Sistema de Identificación les facilitaría la emisión de documentos y
eventualmente la infiltración de agentes de inteligencia encubiertos
tras papeles venezolanos.
Daquin ha sostenido que las cédulas utilizarán la tecnología de
identificación por radio frecuencia (RFID), la cual permitiría la
localización de las personas en tiempo real, así como el acceso a
información privada en cualquier momento, aun sin la anuencia del ciudadano.
El uso de la RFID, extendido en el comercio al detalle y las cadenas de
distribución, provocó recientemente un fuerte debate en Estados Unidos
cuando una escuela de Texas intentó establecer controles sobre los
estudiantes a partir de microchips. La Unión Estadounidense por las
Libertades Civiles (ACLU) y otras organizaciones han cuestionado los
proyectos del gobierno para incluir esta tecnología en documentos de
identidad o licencias de conducción.
Una de las novedades en el reporte de El Universal es la mención de
Datys, uno de los rostros empresariales del Ministerio del Interior de
Cuba, órgano bajo cuyas órdenes actúa el Departamento de Seguridad del
Estado (DSE), antiguo G2. Esta compañía asumió el nuevo sistema de
emisión de pasaportes de Bolivia en 2009.
En su página web Datys ofrece servicios de identificación biométrica,
control migratorio, sistemas de seguridad para las comunicaciones,
gestión empresarial y consultoría.
La presencia cubana en posiciones claves dentro del gobierno venezolano
ha sido denunciada en repetidas ocasiones por la oposición. En 2010 el
diario español El País publicó una serie de cables desclasificados por
Wikileaks en los que la embajada estadounidense en Caracas expresaba su
preocupación por las relaciones entre los órganos de inteligencia de
ambos países.
Según el informe diplomático fechado en 2006, los oficiales de la
seguridad cubana tenían acceso directo al ex presidente Hugo Chávez,
mientras entrenaban y adoctrinaban a sus pares venezolanos. En un cable
de 2010 la embajada alertaba sobre el espionaje a funcionarios
estadounidenses y miembros de la oposición política, ejecutado por el
Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) bajo el control de agentes
cubanos.

El Gran Hermano argentino
A finales de 2011 la presidenta argentina Cristina Fernández anunció la
implementación del Sistema de Identificación Biométrica para la
Seguridad (SIBIOS), una enorme articulación de base de datos con
información sobre los ciudadanos y residentes en el país suramericano,
disponible para los servicios de policía, emigración y registro de
personas. En su discurso de presentación la mandataria agradeció a Cuba
la colaboración en esa iniciativa.
A pesar del entusiasmo de Fernández, el SIBIOS ha recibido críticas de
organizaciones de la sociedad civil, que consideran ese mecanismo una
amenaza contra la privacidad y la libertad ciudadanas. En enero de 2012
las fundaciones Vía Libre y Electronic Frontier alertaron sobre el
efecto de los sistemas nacionales de identificación y la centralización
de datos personales, que "incrementan la capacidad del Estado en materia
de vigilancia intrusiva".
La campaña de ambas organizaciones recordó cómo la dictadura argentina
había implantado la obligatoriedad del documento nacional de identidad,
la base del sistema cuyo perfeccionamiento ha emprendido el actual
gobierno de Buenos Aires. En una entrevista concedida al portal Infobae
en junio pasado, el fundador de Wikileaks afirmó que "Argentina tiene el
régimen de vigilancia más agresivo de América Latina".

La receta de la vigilancia cubana
Cuando Julian Assange y Edward Snowden aún no habían nacido, el gobierno
cubano ya había sentado las bases de su organización de inteligencia. En
un discurso el 28 de septiembre de 1960, Fidel Castro anunció la
creación de "un sistema de vigilancia colectiva" con el fin de saber
"quién vive en la manzana (barrio), qué hace el que vive en la manzana y
qué relaciones tuvo con la tiranía; y a qué se dedica; con quién se
junta; en qué actividades anda".
Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), dirigidos en sus inicios
contra los opositores políticos, se convirtieron con el tiempo en una
organización de espionaje vecinal. A pesar de su evidente decadencia,
aún mantienen una red de informantes encargados de observar los
movimientos de la disidencia y cualquier otra manifestación de rebeldía
contra el gobierno.
Por otra parte, el Departamento de Seguridad del Estado (DSE) exhibe con
cierta frecuencia el resultado de sus operaciones contra miembros de la
oposición. Las acciones de la seguridad cubana incluyen la escucha de
conversaciones telefónicas, el monitoreo de la navegación por Internet,
el control de la correspondencia y el seguimiento de cualquier protesta
pública.

http://eju.tv/2013/08/vigila-cuba-a-america-latina/

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