Siria y Maduro
Nicolás Maduro: 'El plan era eliminarme a mí en simultáneo al ataque
contra Siria'.
RAÚL RIVERO | Madrid | 31 Ago 2013 - 10:15 am.
Desde Quito, Caracas, La Habana, La Paz y Managua el apoyo oficial al
régimen sirio es una campaña en bloque en contra de Estados de Unidos,
la Unión Europea y la OTAN.
Hasta el mismo Bashar el Assad, que a estas alturas solo puede creer en
la fidelidad de sus esbirros más cercanos, debe de estar asombrado y muy
agradecido de la corriente de solidaridad que le llega desde puntos
diferentes de la remota América Latina. Allá trabaja a favor de su
permanencia en el poder, y para que el mundo pase por alto sus crímenes,
un grupo de plañideras que lo consideran un hermano y son implacables
con el imperialismo yanqui.
Como el dictador está tan atareado en la organización del exterminio de
los rebeldes y de la desamparada población civil, no tendrá la
información detallada de tanto afecto lejano y el tiempo no le alcanza
para responder los recados de sus camaradas. Mucho menos va a comprender
que, en el fondo, sus amigos latinoamericanos utilizan el dramático
conflicto de Siria para asuntos propios.
Desde Quito, Caracas, La Habana, La Paz y Managua el apoyo oficial al
régimen sirio es una campaña en bloque en contra de Estados Unidos, la
Unión Europea y la OTAN, con el vocabulario de siempre y alguna
incursión folclórica del presidente boliviano Evo Morales.
Se ratifica la política de los últimos años de lo que fue la rimbombante
pandilla del socialismo del siglo XXI. Ellos, guiados por Hugo Chávez,
sus discursos de matón de barrio y sus temores ocultos en las mochilas,
se aliaron con lo mejor de cada casa, desde Sadam Hussein hasta Muammar
el Gadafi, a quien el fallecido dirigente venezolano consideraba una
especie de Simón Bolívar de África.
De todos los gobernantes de América Latina que han expresado sus apoyos
al compañero sirio, el más apasionado es Nicolás Maduro. El presidente
de Venezuela, convencido de que como dijo su padre y predecesor, Bashar
el Assad es un gran humanista, se ha lanzado al ruedo con resolución y
con una canasta para recoger también su cosecha.
Maduro aseguró que existía un plan original para atacar a Siria y,
simultáneamente, matarlo a él y eliminar así "este portento que es
Venezuela".
Es una ofensiva imperial y hay que estar alerta, dijo. Así aprovechó el
problema de Siria para otro patético llamado a la unidad del chavismo
disperso, para pasarle la mano a los militares ariscos, desviar la
atención de la crisis económica y evocar al fantasma de Hugo Chávez que
debe protegerlo "del mal y los peligros".
http://www.diariodecuba.com/internacional/1377906777_4851.html
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