Maduro, cada vez más disparatado: Vincula el supuesto plan para
asesinarlo con el ataque a Siria
AGENCIAS | Caracas | 29 Ago 2013 - 3:34 pm.
'Es una ofensiva imperial, camaradas (…) contra los países
independientes que hemos levantado las banderas de un mundo multipolar',
dice.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, subió el tono el miércoles
en sus habituales denuncias contra Estados Unidos y la oposición,
llegando al punto de afirmar que los supuestos planes de asesinarlo
están vinculados a un ataque contra Siria, informa la AFP.
"El plan era eliminarme a mí en simultáneo al ataque contra Siria", dijo
el mandatario venezolano en un encendido discurso en un acto público en
el estado Táchira (oeste), fronterizo con Colombia.
Acompañado del alto mando militar, Maduro atribuyó el supuesto complot a
Washington, en alianza con la "derecha" venezolana e "internacional",
para detener el avance de la revolución heredada del líder Hugo Chávez,
fallecido en marzo pasado de cáncer.
"Es una ofensiva imperial, camaradas (…) contra los países
independientes que hemos levantado las banderas de un mundo multipolar",
manifestó Maduro, al agregar que el plan era "cazarnos a uno por uno:
Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Venezuela, Cuba, Nicaragua".
Los líderes de la oposición han minimizado, con sarcasmo, los anunciados
planes de conspiración, en tanto que algunos analistas críticos del
Gobierno lo enmarcan en el caldeado clima político del país, sobre todo
de cara a los comicios municipales de diciembre.
"No hay nada más unificador (internamente) que la amenaza de un enemigo
común poderoso que busca atacarte, sea verdad o no", dijo Luis Vicente
León, presidente de la encuestadora Datanálisis.
Para el politólogo Ángel Álvarez, de la Universidad Central de Venezuela
(UCV), la denuncia es una "una cosa tan rocambolesca que no merece
análisis político serio".
"Un magnicidio por mes"
Maduro ha denunciado al menos cuatro supuestos planes de magnicidio
desde que asumió el poder. El lunes su Gobierno anunció la captura de
dos jóvenes que señaló como sicarios de una banda de diez colombianos
que, dijo el gobernante, pretendían ejecutarlo.
Un día después, Maduro pidió cuentas al presidente estadounidense,
Barack Obama, de la "conspiración" en su contra, según él orquestada por
la "derecha fascista venezolana" (como llama a la oposición), con el
anticastrista cubano Luis Posada Carriles, el exmandatario colombiano
Álvaro Uribe y el exgobernante de facto hondureño Roberto Micheletti.
"Hay una guerra declarada contra la estabilidad del pueblo venezolano.
Vamos a evitar que eso suceda. Estamos en guerra por la paz", expresó
Maduro, quien anunció reuniones con el alto mando militar para analizar
el supuesto complot.
El plan "internacional" extendió sus tentáculos, según Caracas, con
reuniones de los conspiradores en Costa Rica y encuentros —en julio— del
líder opositor Henrique Capriles con colaboradores cercanos al fallecido
exdictador chileno Augusto Pinochet.
"El Gobierno denuncia magnicidios una vez al mes. Un libreto típico de
Fidel Castro, muy de Gobierno cubano. Este señor quiere batir el
récord", afirmó Capriles, quien no reconoce su derrota electoral frente
a Maduro en las presidenciales de abril pasado.
Capriles sostuvo que el Gobierno monta "cortinas de humo" para tratar de
relegar del debate público los problemas económicos y de inseguridad que
afectan a los venezolanos. El líder opositor señaló que parte de esa
"estrategia" son las denuncias del Gobierno contra opositores por
supuestos casos de corrupción, que la oposición considera "persecución
política".
"Estrategias para relativizar temas"
El Gobierno ha dicho en los últimos días tener pruebas de sabotajes en
el incendio ocurrido hace un año con saldo de 40 muertos en la refinería
de Amuay, la principal del país, y otras instalaciones vitales del país
petrolero.
Maduro ha ofrecido mostrar las pruebas, tanto de la corrupción como de
los planes de magnicidio y sabotaje, a la oposición y a cualquiera.
"Ellos tiran la piedras y esconden la mano. Son los reyes del yo no
fui", manifestó el miércoles, al recordar el breve golpe de Estado
contra Chávez en abril de 2002 y reiterar su idea de que el cáncer que
acabó con la vida de su predecesor fue "inoculado".
Para el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, número dos
del chavismo, "la derecha venezolana está unida y no les importa que
haya un baño de sangre en el país".
"La respuesta será avasallante", desafió y acusó a la oposición de
banalizar las denuncias. "Dios quiera que no tengamos que presentar el
cuerpo del presidente o el mío para que crean que había plan de
magnicidio", afirmó Cabello, a quien, según Caracas, también quieren
asesinar.
El analista John Magdaleno afirmó a la AFP que el debate de la lucha
contra la corrupción y el magnicidio "se podría leer como una estrategia
del Gobierno para relativizar temas" en los que la población señala
directamente al Gobierno.
Según las encuestas, las principales preocupaciones de los venezolanos
son la inseguridad (16.000 homicidios en 2012), el desabastecimiento y
la inflación (del 29% en lo que va del año, la más alta de América Latina).
http://www.diariodecuba.com/internacional/1377783258_4833.html
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