Cubazuela, Raúl y Leopoldo
JUAN ANTONIO BLANCO | Miami | 10 de Julio de 2017 - 13:58 CEST.
¿A qué responde la nueva condición de preso domiciliario concedida
a Leopoldo López en la actual coyuntura política venezolana?
Es importante tener presente que tanto su arresto, condena y condiciones
de encarcelamiento en una prisión militar respondieron a órdenes
emanadas de Raúl Castro y acatadas por la elite criminal que
desgobierna Venezuela en su nombre. Esta otra decisión también. La
pregunta entonces es: ¿por qué ahora la salida de prisión?
En primer lugar, esto no representa una claudicación respecto al
objetivo totalitario del proyecto Cubazuela, ni una dejación de su
decisión de hacer uso de la fuerza para imponerla. Es una táctica
diversionista, un repliegue al que se ha visto obligada la cúpula
gobernante cubano-venezolana al enfrentarse a circunstancias cada vez
más complicadas. Leopoldo no ha sido liberado. Lo tienen ahora en su
casa, como rehén y con un grillete electrónico, hasta ver como les va
con esta nueva maniobra.
¿Cuáles son sus esperanzas? En lo interno, revivir viejos recelos
protagónicos que resquebrajen la actual unidad entre las fuerzas
opositoras y confundir a la opinión pública al lanzar la desinformación
de que López pactó su liberación a cambio de apaciguar a la ciudadanía.
Dentro de esa ecuación se incluye la intención de reanimar la
comprensible animadversión de Leopoldo y sectores de la oposición contra
la fiscal Luisa Ortega. Ella, sin duda, contribuyó a la condena de López
y de muchos otros. Qué mejor asesinato de la reputación de la ahora
rebelde Ortega que el que pudiere provenir de las filas de la oposición,
cuyos derechos constitucionales intenta valientemente proteger la fiscal
en esta hora dramática.
Con esta supuesta flexibilidad ante un preso político de la envergadura
de López, además se buscan potenciales adeptos para la campaña de la
Constituyente.
En lo externo, se busca dar aliento a la desmovilización internacional
apelando al falso juicio de que el Gobierno ha cambiado de rumbo y hay
que darle tiempo para ver cuánto más podría estar dispuesto a conceder.
Y, por supuesto, conectada con esa línea desinformativa, se procura
revivir el funesto equipo de seudodiálogo —bendecido por Castro, Maduro
y el papa Francisco—, compuesto por los expresidentes Zapatero,
Fernández, Torrijos y Samper.
Para reanimar la credibilidad del equipo más desprestigiado de la
historia de resolución de conflictos, ya han echado a rodar la versión,
incluso entre los familiares de Leopoldo, de que a ellos se debe esta
trasferencia temporal a su casa del preso político más famoso del
hemisferio occidental. Canjear presos por el mejoramiento de la imagen
exterior es una vieja treta de los Castro que ahora ponen en práctica en
Caracas.
Lo que no está detrás de la prisión domiciliaria de Leopoldo López es
—por el momento— el deseo de Raúl Castro de negociar una salida
bilateral con EEUU a la crisis venezolana. No porque sea cierto el mito
de que "La Habana nunca negocia principios y mucho menos bajo presión".
Lo han hecho antes. Pero Raúl Castro —por ahora— prefiere aquello de que
más vale pájaro en mano que cien volando. Entregar a sus socios mafiosos
de Caracas le supone a la familia Castro y sus allegados un riesgo mayor
que perder el subsidio petrolero: pueden perder los cuantiosos ingresos
que obtienen de su colaboración en actividades criminales, para terminar
siendo encausados por la DEA y perseguidos por Interpol. Eso tendría
poco glamour ideológico en un sector de la izquierda internacional que
los apoya hasta hoy.
La libertad de los venezolanos nacerá de su lucha interna y la presión
internacional, no de una ruptura castrista con sus amigos del Cártel de
los Soles. No es que dejen de hacerlo por razón de principios. Es que no
pueden prescindir de ese nexo. Mientras tanto, la salida de Leopoldo de
la prisión Ramo Verde es un triunfo de su idea original: el cambio para
Venezuela está en la calle.
Source: Cubazuela, Raúl y Leopoldo | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/internacional/1499687939_32454.html
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