Persistir y repudiar a la dictadura castrista de Venezuela
[09-05-2017 23:09:57]
Carlos Sánchez Berzaín
(www.miscelaneasdecuba.net).- En la desigual confrontación del castrismo
contra el pueblo venezolano la dictadura ya está moral y políticamente
derrotada, pero se mantiene con el uso de la fuerza interna y de la
complicidad internacional de los gobiernos aliados y sometidos a La
Habana. La estrategia que aplican para la permanencia de Nicolás Maduro
en el poder está basada en "ganar tiempo, dividir a la oposición y
administrar el miedo", que no es novedosa pero que les ha sido
generalmente exitosa. Frente a tremenda experticia criminal, en este
momento crucial de la lucha del pueblo venezolano por la libertad y
democracia, hay que "persistir" en la protesta legítima y exigir el
repudio internacional contra la dictadura venezolana.
Persistir es "mantenerse firme y constante en algo" y "durar por largo
tiempo". Por eso el peor enemigo del castrismo en Venezuela es la
exigencia popular para que la dictadura deje el poder, es el valor de
todo el pueblo venezolano volcado a las calles. Ya no se trata de
concesiones, diálogos o elecciones; la voz del pueblo clama "fuera
Maduro fuera". La crisis en Venezuela está en el punto en que o la
dictadura se acaba con la salida del régimen castrista o éste consolida
la segunda Cuba de la región.
Los venezolanos han sido reiterativos y han ejercido presión creciente
para retornar a un sistema de garantías y ejercicio pleno de derechos
hasta llegar a la situación actual en la que el pueblo se confronta en
las calles de todo el país contra un gobierno parapetado en su crisis,
en su corrupción, en sus crímenes, en el narcotráfico, en la violación
de los derechos humanos, en sus slogans y doctrina contra el
imperialismo norteamericano y en el control del poder total como
garantía de impunidad.
Venezuela es hoy un país paralizado por la protesta legítima, con
niveles de aceptación del gobierno inferiores al diez por ciento, con
una crisis humanitaria que produce muerte por falta de comida y
medicina, con la economía destrozada, con una deuda externa
multimillonaria de cifras secretas, con híper corrupción, con un régimen
constituido en "narco estado", con un sistema de justicia que es parte
del ejercicio dictatorial, con un poder electoral que es la dictadura
misma, con grupos paramilitares irregulares organizados y dirigidos por
el gobierno, con mandos militares obsecuentes a la dictadura, con presos
políticos, con casi millones de emigrantes forzados y miles de exiliados
políticos.
Los hechos demuestran que Nicolás Maduro y su dictadura son un gobierno
de intervención, no un gobierno de Venezuela, pues no prioriza el mejor
interés del pueblo venezolano, son castristas por encima de los vitales
intereses de sus ciudadanos y de su Patria. Maduro y sus socios, con los
mandos militares, con el Tribunal Supremo de Justicia y el sistema
judicial, con el Consejo Nacional Electoral, con la guardia bolivariana,
con los grupos paramilitares, con los delincuentes denominados
"colectivos", con sus milicias, con su prensa controlada, son "traidores
a la Patria" y criminales in fraganti.
La última maniobra dictatorial para ganar tiempo consiste en la
pretensión de engañar al mundo haciéndole creer que resolverán los
problemas en democracia con la convocatoria a una "asamblea
constituyente". Burda simulación destinada solo a profundizar y
legalizar la dictadura abierta a la cubana en Venezuela, a instaurar la
segunda Cuba. La lógica es sencilla, porque el crimen de estado
institucionalizado funciona por más de 58 años en Cuba y no tienen
porque no aplicarlo en Venezuela, más aún en un momento en que el
castrismo ejerce el liderazgo político de América Latina y tiene como
aliados a Rusia, Irán, Corea del Norte, China y todos los enemigos
declarados o potenciales de los Estados Unidos.
No hay duda de que el pueblo venezolano persiste y persistirá hasta
liberarse, pero para evitar que el alto precio que ya está pagando por
recuperar la democracia sea más doloroso , el mundo libre, las
democracias de las Américas y del mundo están obligadas –además por sus
propios intereses y seguridad- a actuar efectivamente, dejando de lado
las destempladas declaraciones de "preocupación" o expresiones de
"solidaridad" y hasta "esperanza" que han venido formulando de manera
tolerante con los verdugos de Venezuela.
Los gobiernos democráticos del mundo tienen la obligación de respaldar
el respeto a los derechos fundamentales, la paz y la seguridad
internacionales, y en el caso del pueblo venezolano eso es repudiar la
dictadura castrista de Venezuela, seguir el ejemplo del Perú y proceder
a retirar sus embajadores acreditados ante el gobierno de Nicolás Maduro
porque no es ni legítimo ni legal. El valor y la persistencia de los
venezolanos han conducido al momento en que la comunidad internacional
debe definirse a favor de la libertad y la democracia o en respaldo de
la dictadura y el oprobio. NO hay punto intermedio posible.
Cómo pueden los líderes de las democracias de la región y del mundo –sin
miedo a ser cómplices o víctimas- mantener relaciones diplomáticas con
un gobierno: que viola la obligaciones de la Carta de las Naciones
Unidas porque es una amenaza para la paz y la seguridad internacionales,
que no cumple ninguno de los elementos esenciales de la Carta
Democrática Interamericana como lo prueban dos informes del Secretario
General de la OEA, que viola abiertamente los derechos humanos de sus
ciudadanos, que no tiene control efectivo de su territorio, que es un
narco estado, que ha eliminado la libertad de prensa, que tiene presos
políticos institucionalizando el secuestro y la persecución
judicializadas, que todos los días mata a sus ciudadanos …….??????
Source: Persistir y repudiar a la dictadura castrista de Venezuela -
Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/591230253a682e09c47a7f44#.WRNHltJ976Q
No comments:
Post a Comment