El espíritu del tiempo
FERNANDO MIRES | Oldenburg | 8 de Abril de 2017 - 10:05 CEST.
El concepto de Zeitgeist (espíritu del tiempo) proviene de la pluma de 
Hegel. Comúnmente es utilizado para señalar las formas hegemónicas de 
pensamiento que priman durante un tiempo en un país, región o incluso, 
en el mundo.
Debido a su índole metafísica, el concepto de Zeitgeist ha sido 
cuestionado por filósofos de inclinación materialista. Pero haciendo una 
revisión de los más recientes periodos, es indudable que, por lo menos 
en el campo de la política, posee cierta validez. Podemos así hablar del 
espíritu rebelde de los años 60, del espíritu antitotalitario y 
antidictatorial de los 80 y 90, del espíritu populista en los comienzos 
del siglo XXl.
Hoy, a juzgar por acontecimientos que tienen lugar en diversos países de 
Europa y América Latina, es posible pensar en el renacimiento de un 
cierto espíritu democrático. Lo prueban dos hechos.
El primero es europeo: se trata de los retrocesos experimentados 
recientemente por los partidos fóbicos o neofascistas (mal llamados 
"populismos de derecha") en países como Austria y Holanda. Las encuestas 
alemanas y francesas, además, delatan una creciente preferencia por los 
partidos de centro representados en figuras como Angela Merkel y 
Emmanuel Macron.
Interesante es constatar que las personalidades centristas de nuestro 
tiempo no solo bloquean a los extremistas del neofascismo sino, además, 
a la alternativa que en el pasado reciente representó el socialismo 
democrático. El declive de este último, en Austria, España, Holanda, 
Alemania, Francia e Italia, ha facilitado la aparición del neofascismo, 
pero también la emergencia de un centro democrático vigoroso en 
condiciones de emprender la defensa de la Unión Europea. Sin duda una 
institución que, pese a sus deformaciones burocráticas ocupa un 
significado importante al nivel de lo simbólico, a saber, la 
representación de una cooperación internacional basada en los principios 
heredados de los tiempos de la Ilustración.
A pesar del Brexit, a pesar de la aparición de los partidos y 
movimientos neofascistas, o quizás gracias a eso, Europa ha sacado 
fuerzas de flaqueza y mostrado su disposición a continuar la ruta 
trazada por los acuerdos de Roma, de hace ya 60 años.
El segundo hecho democrático es latinoamericano. Estamos asistiendo al 
ocaso del también mal llamado Socialismo del Siglo XXl y al 
desplazamiento de la política a posiciones centristas. Las derrota 
electoral del peronismo kirchnerista o cristinismo en la Argentina, la 
salida constitucional del post-lulismo de Rousseff en Brasil, la 
desintegración del bacheletismo en Chile, la derrota plebiscitaria 
sufrida por Morales en Bolivia y la pérdida de fuerzas del correísmo en 
Ecuador, son signos suficientes para afirmar que la política regional 
está hoy caracterizada por un viraje que va desde la izquierda hacia el 
centro (centro-derecha o centro-izquierda).
Las declaraciones conjuntas de la OEA mediante las cuales la mayoría de 
sus países se pronunciaron en contra de los desmanes golpistas del 
régimen de Maduro sientan un caso precedente. Significan un evidente 
compromiso con la democracia continental. Una democracia que ya no solo 
será entendida por sus orígenes electorales sino por el cumplimiento de 
normas como son la separación de los poderes públicos, la vigencia del 
principio constitucional, las elecciones libres y secretas y, no por 
último, el respeto a los derechos humanos. En fin, todo lo que Maduro y 
su pandilla ha violado en Venezuela.
Sí, el Zeitgeist no fue solo una ocurrencia hegeliana. Existe.
Source: El espíritu del tiempo | Diario de Cuba - 
http://www.diariodecuba.com/internacional/1491638742_30239.html
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