La oposición venezolana está ganando terreno
ANDRÉS OPPENHEIMER
aoppenheimer@miamiherald.com
Cuando entrevisté al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela,
Julio Borges, a principios de esta semana, en medio de las masivas
protestas contra el gobierno que han dejado por lo menos 26 muertos, una
de mis primeras preguntas fue si la oposición será capaz de mantener sus
multitudinarias protestas en las calles. Algunos dicen que no.
Un artículo del 23 de abril en el diario Financial Times argumentaba que
las protestas de la oposición pronto podrían reducirse, como lo hicieron
en 2013, 2014 y 2016.
"En un país donde la búsqueda de alimentos y medicinas se ha convertido
en un trabajo de tiempo completo para muchos, los costos personales de
sostener las protestas son simplemente demasiado altos", decía el
artículo de Daniel Lansberg-Rodríguez, profesor de la Escuela de
Administración de Kellogg. "Cuando el mundo deje de prestar atención y
la presión internacional comience a menguar, también lo harán las
multitudes".
El artículo dice que "el tiempo, por lo tanto, está del lado de [el
gobernante Nicolás] Maduro, aunque el 80 por ciento de los venezolanos
no lo estén". A diferencia de lo que sucedió en Brasil cuando la ex
presidenta Dilma Rousseff fue expulsada del poder en medio de protestas
nacionales, Venezuela no tiene un poder judicial independiente, ni un
Congreso que pueda ejercer sus poderes. "El sistema está demasiado roto
como para restablecerse por sí mismo", señala el artículo.
Después de que la oposición ganara las elecciones legislativas de 2015
por una mayoría abrumadora, Maduro abolió casi todos los poderes del
Congreso en un golpe de estado en cámara lenta. Luego suspendió
indefinidamente elecciones regionales, e inhabilitó a los principales
líderes opositores para ser candidatos por hasta 15 años.
Pero Borges dice que la ola de protestas callejeras no disminuirá, y que
la oposición triunfará.
"Hoy tenemos condiciones mucho más favorables, tanto a nivel nacional
como internacional", me dijo Borges. "Hoy tenemos más energía, más
motivación y un gobierno mucho más débil".
En el plano interno, hay cada vez más grietas en el régimen, dijo,
citando el caso de la procuradora general Luisa Ortega Díaz, una aliada
del régimen de Maduro que recientemente sorprendió al mundo al declarar
que el gobierno había violado la Constitución al recortarle sus poderes
a la Asamblea Nacional. Hay grietas similares dentro de las fuerzas
armadas, dijo.
En el plano internacional, los países más grandes de América Latina
–incluyendo México, Brasil, Argentina, Colombia y Perú– han firmado por
primera vez un documento conjunto denunciando la ruptura del régimen
democrático en Venezuela y exigiendo elecciones libres. Lo mismo ocurre
con la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea.
Y a diferencia de lo ocurrido en ocasiones anteriores, el régimen está
en bancarrota, en momentos en que Venezuela sigue pasando por una
escasez generalizada de alimentos y medicinas. La inflación del país es
la más alta del mundo, estimada en más de 700 por ciento este año.
Estos son factores nuevos, me dijo Borges. Es cierto que –a diferencia
de lo que ocurrió con Rousseff en Brasil– Venezuela no tiene
instituciones independientes que puedan llevar a cabo un juicio
político, me dijo Borges. Pero una combinación de factores –incluyendo
que las fuerzas armadas exijan que el régimen respete la Constitución,
las masivas protestas callejeras y la creciente presión internacional–
convergerá para obligar a Maduro a celebrar elecciones libres, agregó.
"No queremos que las fuerzas armadas vengan y 'salven' al país. No
queremos un golpe de estado", me dijo Borges. "Lo que queremos es que se
restituya una Constitución a la que el gobierno le ha dado un golpe de
estado".
Mi opinión: No sé si Maduro durará en el poder un mes, un año o incluso
más allá del final de su mandato en 2018. Pero 18 años después de la
desastrosa "revolución bolivariana" que convirtió uno de los países más
ricos del mundo en uno que está requiriendo ayuda humanitaria, Venezuela
ha demostrado que no es otra Cuba.
Los venezolanos no han perdido sus reflejos democráticos, a pesar de
casi dos décadas de controles a la prensa, masiva propaganda
gubernamental, intimidación y represión. Yo estoy más optimista que
antes de que Maduro no durará muchos años en el poder.
Source: La oposición venezolana está ganando terreno | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-oppenheimer-es/article146873334.html
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