Monday, March 20, 2017

Venezuela: muchos billetes y poco dinero

Venezuela: muchos billetes y poco dinero
MARÍA VICTORIA FERMÍN

Los billetes mueren y resucitan en la Venezuela de hoy.

Así ocurrió con los de 100 bolívares.

Nicolás Maduro, el presidente venezolano, ordenó de manera inesperadas u
eliminación el 12 de diciembre del año pasado y dio a sus compatriotas
un ultimátum para que los cambiaran en bancos públicos y privados en un
plazo máximo de 13 días.

Una semana después del anuncio rectificó, en un contexto de caos que
incluso terminó en saqueos en estados del interior del país donde las
instituciones financieras no eran suficientes o donde los compradores no
tenían otro medio de pago para los comerciantes que rechazaban recibir
las piezas. El gobernante entonces prorrogó la vigencia de los billetes
hasta el 2 de enero, luego hasta el 20 de ese mes, más tarde hasta el 20
de febrero, una vez más hasta el 20 de marzo y finalmente le dio oxígeno
al moribundo billete hasta el 20 de abril.

Lo sucedido fue un ejemplo extremo de las situaciones que tienen que
enfrentar los habitantes de un país que ha visto pulverizado el valor de
la moneda nacional y que acumulará al final del 2017 su tercer año
consecutivo con una inflación de tres dígitos.

En el 2015 fue de 270 por ciento, según datos oficiales. En el 2016 se
calcula que fue de 475.8 por ciento y en diciembre próximo habrá sido de
más de 1,600 por ciento, según las proyecciones del Fondo Monetario
Internacional.

Cuando se tiene el mayor índice de alza de precios del mundo, es normal
que tener muchos billetes no sea necesariamente un síntoma de riqueza.
Por eso cerrar una cartera con 9,000 bolívares, costo aproximado de un
combo con una hamburguesa, un refresco y unas papas fritas, es
comparable con el acto de subir la cremallera del pantalón después de
haber engordado mucho más de la cuenta.

El monto es equivalente a $900 a la tasa controlada por el gobierno para
el sector de alimentos y a $3.25, la que oficialmente aplica al resto de
la economía. En cualquiera de los dos casos, bastarían pocos billetes y
monedas de Estados Unidos para igualarlos.

Las escenas que a diario se ven en el país confirman las dificultades
que enfrenta la gente común con el sistema monetario. Una mujer saca de
su bolso un fajo de billetes que con dificultad sostiene en una mano
para pagar cuatro kilogramos de carne que ha comprado en un mercado
municipal de Caracas. Los separa por partes y los cuenta uno a uno para
completar el total: 36,000 bolívares, casi un sueldo mínimo. El proceso
lo repetirá el carnicero antes de que ella pueda marcharse.

En el este de la ciudad el dueño de una licorería opta por adquirir un
artefacto que, hasta ahora, era uso exclusivo de los bancos: una máquina
de contar billetes, que al terminar el proceso muestra el resultado en
una pantalla.

Mientras, algunos taxistas en el principal aeropuerto internacional del
país ya no preguntan primero el destino de sus pasajeros sino de qué
banco son clientes, para que así puedan pagar el servicio por una
transferencia electrónica. No es una alternativa sólo para la mejora del
servicio, sino una obligación para poder cobrar a los pasajeros, quienes
no siempre tienen a mano suficientes billetes para poder pagarles.

La situación no ha variado mucho desde mediados de enero, cuando
comenzaron a circular los billetes de 500, 2,000, 5,000, y 20,000
bolívares, que debían haber salido a circulación un mes antes. Esas
piezas aún tienen un alcance limitado y haber tenido una entre las manos
todavía es una novedad que puede disparar una conversación. El retardo
en su introducción ha sido atribuido por Maduro a conspiraciones
internacionales contra su gestión.

Razones semejantes argumentó cuando decidió eliminar el de 100 bolívares
sin previo anuncio. Dijo entonces que la medida era urgente porque en
una investigación oficial se habían descubierto mafias que los sacaban
hacia el exterior, particularmente con destino a Colombia, para cometer
actos ilícitos y afectar a la economía local.

DINERO PLÁSTICO
Igualmente atribuyó a un ataque cibernético la falla en la plataforma
del consorcio privado Credicard que hizo colapsar el 2 de diciembre del
año pasado en buena parte del país la red de cajeros electrónicos y
puntos de venta, nombre con el se conoce el sistema de pagos con dinero
plástico. Pocas referencias hizo a la recarga del uso masivo de la
plataforma por el entorno inflacionario y la ausencia de billetes de
alta denominación.

Las transacciones electrónicas se hicieron más que imprescindibles desde
el año pasado para la población con acceso a cuentas bancarias. Un
reflejo de ello son los vendedores ambulantes, quienes han adquirido
terminales para pagos con dinero electrónico. En puestos callejeros
donde se expende comida, frutas o ropa, se exhiben cada vez más carteles
en los que se anuncia que se aceptan tarjetas de débito y crédito.

La modalidad no está exenta de dificultades, tanto en esos lugares como
en establecimientos formales. El tiempo de respuesta de los puntos de
pago electrónico en muchas ocasiones no es veloz y somete a clientes y
comerciantes a momentos de tensión. Así le ocurre a una pareja que pide
la cuenta por la cena en un restaurante. Dos pizzas y dos bebidas.
"Vamos a ver si funciona", advierte el mesero. Transcurren varios
minutos hasta que la máquina emite el recibo que revela el éxito de la
transacción. "Se salvaron. Si no se quedaban a lavar platos", bromea el
empleado.

Las filas frente a los cajeros automáticos también se multiplicaron. Los
tiempos de espera para retirar efectivo no son aptos para impacientes.
Nadie debe extrañarse si el dinero se agota después de esperar durante
una hora. El proceso de calibración para que los aparatos puedan
dispensar los nuevos billetes puede durar hasta marzo, según los voceros
del gobierno. Por eso las máquinas aún reparten mayoritariamente
billetes de 100 bolívares que en poco ayudan a agilizar los retiros,
pues los clientes deben hacer varios para obtener un mínimo razonable.
Como un paliativo a las incómodas colas, el gobierno autorizó a ciertos
locales comerciales a dar avances de efectivo. Los establecimientos
tienen poco que ofrecer de todas maneras, porque reciben pocos billetes
de los clientes.

Una parte de los ciudadanos, sin embargo, carece de acceso a medios
electrónicos de pago. José Guerra, diputado opositor de la Asamblea
Nacional y ex funcionario del Banco Central de Venezuela, calcula que 30
por ciento de los habitantes del país no tiene cuenta bancaria. Por ello
dependen más que nadie del papel moneda, del manejo del efectivo y su
refugio durante el año pasado fue la acumulación de billetes de 100
bolívares.

Esos billetes fueron los de mayor valor introducidos con la reforma
monetaria que hizo Hugo Chávez en el 2008 para estabilizar la economía,
cuando eliminó tres ceros de todos los precios con la promesa de crear
un "bolívar fuerte".

Desde entonces, según Guerra, la inflación fue de 12,000 por ciento
aproximadamente y la intención del fallecido gobernante fracasó. Para el
diputado la tendencia de aumento de precios continuará apuntando alto,
como anticipa la creación de un billete de 20,00 bolívares.

El nuevo papel moneda sigue sin dejarse ver entre la mayoría de las
personas, aunque los voceros gubernamentales insisten en que se están
haciendo los procesos para introducir los nuevos billetes a la banca y
al mercado. El 28 de febrero, el viceministro de Seguridad Ciudadana,
Manuel Pérez, aseguró que con la cantidad de nuevos billetes que habían
llegado al país el billete de 100 ya podía ser "desmonetizado".

"Nos quieren volver locos", resuena en una conversación entre dos
hombres mayores en El Metro de Caracas. Probablemente son jubilados y
forman parte de la mayoría del sector que acude a los bancos a cobrar su
pensión en efectivo.

'Uno de ellos interviene y dice: "Yo ya tengo el billete de 20,000". Su
compañero lo mira sorprendido y le pregunta "¿Cómo?". El primero saca
del bolsillo un billete de 2 bolívares con cuatro ceros dibujado en
marcador negro. Ríen y siguen el viaje.

* Relatos del Absurdo es una iniciativa periodística liderada por IPYS
Venezuela y CONNECTAS, que busca ofrecer insumos informativos para
entender las dificultades que vive la sociedad venezolana hoy. Vea todo
el especial aquí.
http://connectas.org/relatos-del-absurdo/

Source: Venezuela: muchos billetes y poco dinero | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/venezuela-es/article139520188.html

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